Tiene una superficie similar a Italia, pero una variedad de realidades muy distinta a la del país con forma de bota. Una que incluye desde la densidad poblacional del conurbano y sus contrastes sociales, hasta las planicies de la región pampeana y los centenares de pueblos con diseño urbano damero y siesta sagrada, pasando por el aire vacacional que respiran las ciudades bañadas por el Océano Atlántico. El principal motor económico es el complejo agrícola-ganadero, pero las industrias y el turismo también aportan sus caballos de fuerza. ¿Cómo pensar la identidad de la Provincia de Buenos Aires? 

El cine puede ser una buena herramienta para abarcar lo a priori inabarcable. Es bajo esa directriz que desde este viernes 2 y hasta el domingo 10 se llevará adelante la primera edición del Festival Internacional de Cine de la Provincia de Buenos Aires (FICPBA), en el que se verán más de un centenar de producciones bonaerenses y otras tantas filmadas en el resto del país y el exterior. También habrá clases magistrales, charlas abiertas, shows musicales y un encuentro de estudiantes bonaerenses de cine y carreras relacionadas. Todas las funciones y actividades tendrán entrada libre y gratuita.

Nacido con el objetivo de funcionar como “una potente ventana al mundo de la industria audiovisual y un punto de encuentro de todos sus representantes”, según reza la información oficial, el festival parte de la premisa de que el cine es mucho más que entretenimiento. En palabras de Florencia Saintout, presidenta del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, el cine “es verdad en movimiento”. “Tiene que ver con esa realidad dinámica que a través de ficción o cualquier género nos cuenta como sociedad. Este festival es importante para seguir impulsando un arte esencial en la constitución constantemente renovada de nuestra identidad. Y fundamentalmente por lo que implica como actividad, fomentando el trabajo y la producción a través de las múltiples disciplinas que lo conforman”, dijo la funcionaria.

Pornomelancolía, de Manuel Abramovich.

El epicentro del festival dirigido por la realizadora Paula de Luque será La Plata. El complejo Cinema Paradiso albergará las proyecciones de la Competencia Oficial y el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino oficiará como punto de encuentro prestando sus instalaciones para la Gala de Apertura –agendada para este miércoles a las 19, con un cierre musical a cargo de Juana Molina–, los talleres, las entrevistas abiertas con Cecilia Dopazo, Julio Chávez, Esteban Lamothe, Carlos Sorín y Jazmín Stuart, entre otras personalidades, y las clases magistrales dictadas por la realizadora Albertina Carri, el guionista Patricio Vega, el divulgador y coleccionista Fernando Martín Peña, el productor Juan Pablo Miller y el realizador, guionista y crítico Sebastián de Caro. 

En la ciudad de las diagonales se harán los conciertos y shows acústicos de Juana Molina, Santiago Motorizado, Antonio Birabent, Sergio Pángaro, Coronados de Gloria, Lautaro Barceló, Fernando Cabrera junto a Inés Estévez y Les Neon, además de los de varios artistas surgidos del programa estatal Código Provincia y Electrónica Bonaerense.

El Polo Audiovisual de Merlo también tendrá proyecciones y actividades especiales, mientras que una porción de la programación llegará a 35 municipios de toda la provincia a través de la Red de Salas de Cine Municipales y Universitarias. Varios de esos lugares ya tienen sus propios festivales o muestras. Pueden estar realizados de manera autogestiva o a través de apoyos públicos locales o nacionales, pero en común tienen el acercar a sus comunidades un corpus de películas que de otra forma sería inaccesible. Tiene sentido, entonces, que el FICPBA tenga una sección paralela, llamada Festival de festivales, con los títulos más destacados de 16 de esos eventos.

Buenos Aires y el mundo

La programación no escapa a la lógica más clásica de este tipo de propuestas, aquella que ubica en la cima del catálogo a las secciones competitivas. La edición bautismal del FICPBA tiene cinco: dos dedicadas a largometrajes internacionales (Ficción y Documental), otro para producciones bonaerenses (Cortos y Largos) y una de Cortometrajes Internacionales. Por fuera de ellas estarán los apartados paralelos: al mencionado Festival de festival se suman un Panorama internacional y otro argentino, Mujeres y disidencias, Presentado por Merlo Polo Audiovisual y por Nosotres Proyectamos, y Ficpbita, dedicado al cine infantil.

Blondi, de Dolores Fonzi.

La Competencia internacional de Largos de Ficción reúne once títulos, el grueso de ellos filmados en la Argentina o con aportes locales en el esquema de producción. Entre los primeros se destacan la monumental Trenque Lauquen, de Laura Citarella; Bill 79, de Mariano Galperín; Blondi, debut en realización de actriz Dolores Fonzi, y Casi muerta, de Fernán Mirás. Entre los segundos, Carbón, de Carolina Markowicz (coproducción con Brasil); El castigo, de Matías Bize (con Chile), y La piedad, de Eduardo Casanova (con España). Un varón, del colombiano Fabián Hernández; Klondike, de la ucraniana Maryna Er Gorbachn; la turca Mendirek, de Cem Demirer, y la alemana Hasta el final de la noche, de Christoph Hochhäusler completan la competencia cuyo ganador será determinado por el jurado que componen el realizador Eduardo Raspo, el cantante y director chileno Alex Anwandter y el realizador francés Mon Ross.

También once títulos integran la Competencia Internacional de Largometrajes Documentales, en la que el cine argentino tiene como representantes a Clorindo Testa, de Mariano Llinás; La terminal, de Gustavo Fontán; Pornomelancolía, de Manuel Abramovich; Sebastián Moro, el caminante, de María Laura Cali, y la extraordinaria El juicio, en la que Ulises de la Orden narra, durante tres horas, lo ocurrido en el Juicio a las Juntas Militares a través de un voluminoso (y en muchos casos inédito) material de archivo filmado durante aquellas maratónicas jornadas. Carmen Guarini, la francesa Carole Sainsard y la congoleña Divaika Kiemba Dina conforman el jurado de un apartado que se completa con la española La singla, de Paloma Zapata; la ecuatoriana Ciudad a la espalda, de Paola Rodas Ziadé; la coproducción entre Colombia y Francia Transfariana, de Joris Lachaise; la libanesa Anxious in Beirut, de Zakaria Jaber, y las francesas Sur l’adamant, de Nicholas Philibert, y Sami’s Odysseys, de Robin Dimet.

La italiana Alessandra Guerzoni, la española Isabel Blanco y la costarricense Laura Astorga deberán elegir al cortometraje ganador de la selección oficial de trabajos de una duración menor a treinta minutos. Aquí hay representación de todo el mundo, desde Colombia (Boa, de Nicolás Eduardo Parra) hasta Malasia (Bulan Sepi/Media Luna, de Keenen Young), pasando por Estados Unidos (Eventide, de Sharon Lockhart), Cuba (Malade, de Anna Narbona, Evaristo Jaraw y Tibor de Laminne) y, claro, Argentina, de donde provienen Un corazón más contundente, de Martín Benchimol; En todos lados, de Maja Ruibal; Acuario, de Tomás Würschmidt, y Una casa ajena, de Sonia Stigliano.

Clorindo Testa, de Mariano Llinás.

Las producciones filmadas en la Provincia de Buenos Aires tienen reservado un lugar estelar en la programación, con una sección de largos y otra de cortos. En la primera hay varias conocidas de la cartelera comercial, por donde pasaron como pasan casi todas las películas nacionales: con pocas funciones en horarios mayormente incómodos, silbando bajito entre tanto tanque de Hollywood. Tal es el caso de Implosión, en la que Javier Van de Couter aborda las consecuencias de la llamada Masacre escolar de Carmen de Patagones, ocurrida cuando un alumno del Instituto N° 202 Islas Malvinas disparó el arma de su padre en el aula, matando a tres compañeros e hiriendo a otros cinco. Lo hace a través de un dispositivo de ficción cargado de verdad, en tanto los protagonistas no son otros que sobrevivientes de aquella balacera. O de Bahía Blanca, dirigida por Rodrigo Capriotti y con Guillermo Pfening en la piel de un profesor que, queriendo huir de la rutina, pide un mes de licencia para instalarse en la ciudad del título con la excusa de estudiar la obra de Ezequiel Martínez Estrada. O también de Amigas en un camino de campo, de Santiago Loza, y Danubio, de Agustina Pérez Rial, ambas con un fugaz periodo de exhibición en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín.

Raúl Perrone y el multifacético artista César González son dos de las voces más originales del cine nacional, un par de directores que hibridan como pocos las imágenes que filman con una tradición poética. Del realizador oriundo de Ituzaingó está programada Sean eternxs, mientras que de González dice presente con Reloj, soledad. La Competencia Bonaerense de Largometrajes se completa con La barbarie, de Andrew Sala; Camino al éxito, de Sebastián Rodríguez; Cruzar el muro, de Fabio Vallarelli y Mercedes Escusol; Sobre nadar, de Manuela Aguilar y Berenice Vigna; Ballenas, de Paula Saidón, y Avompla, antes de Navidad, de Adriana Lewczuk. Menuda tarea les espera al español Alberto Ammann Rey, el brasileño Rafaela Pavin y la productora Gema Juárez Allen en sus roles como jurados.

Hay, mucho más. Panorama argentino ofrece 12 títulos de cosecha reciente, entre ellas las recomendables El monte, de Sebastián Caulier; El suplente, de Diego Lerman, Retiros (IN)Voluntarios, de Sandra Gugliotta; Los convencidos, de Martín Farina, y Luminum, de Maximiliano Schonfeld. Por su parte, el Panorama internacional está integrado por 13 películas, como por ejemplo Fogaréu, de la brasileña Flávia Neves; Los viejos soldados, del histórico realizador boliviano Jorge Sanjinés; Aurora, de la costarricense Paz Fábrega, y Holy Spider, de Ali Abbasi. El apartado Mujeres y disidencias reúne 12 películas a cargo de realizadores, con las más que atendibles Gambaro, de Jazmín Bazán, y Husek, Daniela Seggiaro a la cabeza. Todo listo, entonces, para nueve días a puro cine entre diagonales. 

* Puede consultarse la programación completa aquí.

Amigas en un camino de campo, de Santiago Loza.