Rubén González tiene 43 años, es profesor de inglés, guardavidas y nadador profesional en aguas abiertas y frías. Por esto último, acaba de convertirse en el nuevo bicampeón mundial en las categorías de cien y doscientos metros. Su título se lo dió la “Winter Swimming World Cup”, la competencia más relevante en la disciplina que recientemente tuvo lugar en Calafate. Este premio es solo un hito más en una carrera llena de logros memorables. Nadó junto al Glaciar Perito Moreno, en el Lago Ness y en las Islas Malvinas. Todo lo hizo por causas que consideró patrióticas y a donde fue siempre llevó la bandera del Partido de La Matanza, donde vivió toda su vida.
Luego de convertirse en bicampeón mundial de natación en aguas abiertas y frías, Rubén González festejó el triunfo con un posteo en Instagram en el que no olvidó dedicar su premio al partido que lo vio nacer. “Un orgullo para mí representar a la Argentina y a mi querida Matanza, vamos por más!!!”, escribió González, que explicó este festejo del siguiente modo: “Yo soy nacido y criado en Isidro Casanova. Hasta los 35 años viví ahí y ahora estoy en Ramos Mejía. Viví toda la vida en La Matanza, todos mis amigos son de acá. También soy profesor de inglés y trabajo en colegios secundarios estatales en La Matanza. Conozco muy bien todo el partido y creo que el festejo, si es que se logra algo, lo mejor es compartirlo con el lugar donde te dieron todo, donde te dan el apoyo, te siguen y donde están los alumnos, los familiares”.
González no siempre compitió en aguas abiertas y frías. De hecho, su primera experiencia en un certamen fue en la “Winter Swimming World Cup 2023”, donde ganó las carreras de 100 y 200 metros nadando en aguas heladas y contra profesionales de todo el mundo. “Generalmente, estas competencias se hacen en Europa, en lagos congelados donde se pica el hielo y se arman piletas. Esta edición tuvo la particularidad de que fue en aguas que, además de frías, eran abiertas”, contó González.
Sobre su inició en esta disciplina, afirmó: “Allá por 2012 quería hacer un desafío, desafiarme a mí mismo. Tenía 33 años, había vuelto de España donde estuve trabajando siete años como guardavidas, y buscaba algún reto. Se me habían ocurrido varias cosas, como escalar el Aconcagua, pero lo mío era nadar. Por eso, decidí cruzar el canal de Beagle y unir nadando Argentina y Chile“, contó González, que descubrió la natación gracias a que su madre lo llevó a la pileta del Club Almirante Brown cuando tenía apenas seis años. “Ahí también está La Matanza, desde chico recorrí nadando casi todos los clubes del partido”, bromeó.
A partir de su experiencia cruzando el Canal de Beagle en 2013, Rubén González creció rápidamente como un referente en esta disciplina. Nadó sin protección térmica en las aguas heladas del Glaciar Perito Moreno, del Lago del Desierto y del Lago Ness en Escocia, entre otros destinos. Estos hitos en su carrera deportiva no siguieron simplemente un deseo personal de superación, sino que estuvieron siempre guiados por un trasfondo político. “Yo todos los cruces que hago los hago por una razón patriótica”, contó.
En 2019, por ejemplo, González homenajeó a los caídos en el hundimiento del submarino ARA San Juan cruzando a nado el Río de La Plata. En este sentido, su mayor logro deportivo tuvo lugar un año antes, en 2018, cuando nadó los cinco kilómetros que separan las Islas Malvinas en homenaje a los veteranos de la guerra junto a la nadadora inglesa Jade Perry. “Cuando realicé la primera aventura, que fue el canal de Beagle, ya estaba pensando en las Malvinas. Pero era como el Everest, tenía que escalar varias montañas más pequeñas para llegar ahí. No podía ir y decir de la noche a la mañana: voy a cruzar las Malvinas. Entonces fueron pasando etapas, fueron años y experiencias”, contó González.
En los cinco años que le llevó cumplir este sueño, no sólo se formó como nadador, sino que se acercó al Centro de Veteranos de Malvinas de La Matanza y se interiorizó con sus historias y proyectos. Finalmente, el 13 de marzo de 2018 González plantó, junto al cartel inglés que reza “Welcome to The Falkland Islands”, la bandera del Partido de La Matanza.
En palabras de González, la natación en aguas abiertas y frías es un deporte exigente en lo deportivo, pero también en lo económico. Para cada una de estas experiencias, se prepara con meses de anticipación, estando obligado a desplazarse regularmente varios kilómetros para sumergirse en aguas heladas. Por otra parte, “los lugares extremos donde nadamos generalmente son lugares inhóspitos que, además, son muy inestables. Por ejemplo, en Ushuaia nosotros habíamos dado una semana de ventana para obtener un momento de nado y no lo pudimos tener. Tuvimos que esperar tres días más y cambiar los pasajes. O sea, no podes decir, voy a nadar mañana y lo hacés. Ahí manda la naturaleza”, contó el nadador.
Como profesor de inglés, depende muchas veces del apoyo financiero de distintas entidades e individuos que siempre creyeron en su carrera. Open Park de La Matanza le abre constantemente sus puertas para que entrene en sus piletas y la Secretaría de Deportes de La Matanza colaboró en muchos de sus proyectos, entre ellos el viaje a Calafate que le dió su último gran premio. Así, su agradecimiento a La Matanza cobra forma en un proyecto colectivo que llena de orgullo al municipio.
Sobre el futuro, González se mostró entusiasmado: “Bueno, ahora me gustó el tema del Mundial. Como soy campeón, quiero defender mi título, no me gustaría que se corra otra vez la carrera y no estar presente para defenderlo. Así que me gustaría ir a Estonia”. Hasta entonces, seguirá entrenando y trabajará en el Mundial Itinerante de Natación, competencia internacional que él mismo fundó hace algunos años y que congrega a nadadores de todo el mundo.