Victoria Villarruel, la militante pro-impunidad que lleva Javier Milei como candidata a vicepresidenta, prepara un acto para el lunes en la Legislatura porteña. Será una presentación para hablar de los años ‘70 después de que salieran a la luz distintos vínculos que habría mantenido la actual diputada de La Libertad Avanza (LLA) con emblemas del terrorismo de Estado como Jorge Rafael Videla o Miguel Osvaldo Etchecolatz.
Una convocatoria empezó a circular este viernes en Twitter: anuncia un homenaje a las víctimas del terrorismo. El flyer dice que quien invita es la diputada Victoria Villarruel, pese a que ella no tiene nada que ver con la Legislatura porteña, ya que ocupa una banca en el Congreso nacional. Más pequeño aparece el nombre de la legisladora de LLA Lucía Montenegro, una de las leales de Milei en el frente porteño.
La actividad está prevista para el lunes a las 17 en el Salón Dorado. El año pasado, Montenegro había organizado la presentación del libro de Ceferino Reato sobre la bomba en el edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal (SSF), donde funcionaba un centro clandestino y tenían su base los agentes de inteligencia de la Policía Federal Argentina (PFA) durante la última dictadura.
La invitación lleva el sello del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), la entidad que preside Villarruel. El Celtyv fue conformado en 2006 como una reacción a la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad. El principal objetivo de este grupo es llevar a juicio a los militantes de los años ‘70. El Celtyv se creó como una rama de la Asociación Unidad Argentina (Aunar), fundada en 1993 por militares que actuaron en la represión ilegal.
Villarruel suele esconder su militancia previa en organizaciones que directamente reivindicaron el accionar de la última dictadura. No habla de Aunar ni de Memoria Completa, grupo en el que militó –según publicó el mayor retirado Pedro Rafael Mercado, marido de Cecilia Pando. Villarruel también integró Jóvenes por la Verdad y, desde allí, organizaba visitas a Videla mientras estaba detenido en la casa, de acuerdo con lo que recordó Mercado.
Jóvenes por la Verdad también juntaba cartas para mandarle al marino Ricardo Cavallo –represor de la ESMA– mientras estaba detenido en España. A Villarruel también la une una relación con otro de los que actuaron en el campo de concentración de la Marina, Alberto Eduardo González.
Esta semana se conoció que Villarruel figuraba en las anotaciones que hizo Etchecolatz mientras preparaba su defensa para el primer juicio que debió afrontar tras la reapertura de los procesos. La abogada Guadalupe Godoy también exhibió que aparecía en los registros de visitas a Norberto Cozzani, la mano derecha de Etchecolatz durante los años del terrorismo de Estado y después también.
A principios de año, otras organizaciones pro-impunidad usaron la fórmula “víctimas del terrorismo” en una presentación que hicieron ante la Legislatura porteña para pedir que se saque el nombre de Rodolfo Walsh de la estación de subte de la Línea E. Justicia y Concordia –que reúne a abogados de quienes afrontan procesos por delitos de lesa humanidad–, la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas del Terrorismo en Argentina (Afavita) y el Centro de Estudios Cruz del Sur pidieron que el nombre de Walsh se reemplace por “Víctimas del Terrorismo”.
Estas tres organizaciones suelen tener críticas hacia Villarruel –fundamentalmente porque con los años licuó su discurso de defensa de los militares y policías y se enfocó en la acusación de los militantes–. Si llegaran a participar del evento, mostraría que la dama de hierro de LLA está ampliando sus bases dentro de la familia militar después de que la lista que encabezan con Milei consiguiera casi 30 por ciento de los votos.