"Hoy volvieron a matar a mi madre", escribió en su muro de Facebook Juan Ponce, el hijo de Mercedes Delgado, la cocinera del centro comunitario San Cayetano que en enero de 2013 quedó en medio de un tiroteo entre bandas en Bielsa y Garzón, en barrio Ludueña. Es que en una audiencia solicitada por la defensa, el único condenado por el caso cometido hace más de diez años, Héctor Daniel Riquelme, obtuvo el permiso de salidas transitorias. Se trata del hombre que fue condenado a la pena de 16 años de prisión, en febrero de 2016.
"Lamentablemente no logramos evitar las salidas transitorias. Para la jueza Luciana Prunoto es válida la buena conducta que tiene el acusado en la cárcel. Queda menos de un año para que se cumpla la mitad de la condena que se le dio", señaló Juan, quien encabezó la lucha y el reclamo de justicia por su madre, con la premisa de que "la Mecha (como era conocida Mercedes) siga encendida".
Según indicó, las salidas serán transitorias, es decir en lapsos de dos horas cada tres meses, hasta llegar a las ocho horas. Al año, es decir en agosto de 2024, se evaluará nuevamente la situación. Para Juan, el recorrido de la causa en estos años les deja un aliciente: "Tenemos la certeza de que nunca bajamos los brazos y la peleamos hasta lo último", aseguró.
El dolor por el resultado de la audiencia quedó manifestado en sus redes sociales: "Cuando decimos que no tenemos justicia siempre estamos en lo cierto. (...) Cuando decimos 'vamos a pensar que la justicia va estar de nuestro lado', somos unos pobres hombres creyendo en una ilusión. Hoy todo esto que hacemos y luchamos para cambiar la realidad para muchos, pensar que podemos hacer un mundo distinto, una jueza lo tira todo en pocas palabras".
Al mismo tiempo, lamentó que la situación tiene que ver con "otro asesino en la calle.
Mañana o pasado lo vemos pasar por frente nuestro con toda impunidad". Y mencionó lo que significa "pedir justicia acá, en esta provincia donde matan una persona por día o a veces dos o tres".
La condena a Riquelme se conoció tres años y dos meses después del crimen de la militante social de barrio Ludueña, que tenía 51 años y seis hijos. Su tarea diaria era en el San Cayetano, donde por esos días cocinaba para unos 400 niños y niñas.
Tras el hecho, Riquelme estuvo prófugo 20 meses y finalmente fue detenido en septiembre de 2014, por personal de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), en Santa Fe. "Él sostiene que se mantuvo prófugo por miedo a lo que le podía pasar a él y a su familia", aseguró Juan, quien como parte de la reivindicación a su madre, colabora junto a su familia con asistencia alimentaria para los niños y niñas del barrio.
En tanto, unos meses antes de la condena a Riquelme, tres jóvenes implicados en el tiroteo fueron condenados a penas de entre 5 y 7 años de cárcel, por los delitos de "tentativa de homicidio y portación de armas".