Se torna necesario, primero y principal, saber qué es una canción de amor para Víctor Heredia. Se le ha escrito tanto y tan distinto al sentimiento matriz de la humanidad, que el mero rótulo explica poco y nada. Esto es lo que piensa él: “Una canción de amor es aquella que cuenta con fidelidad un sentimiento auténtico de afecto profundo por el otro o por la sociedad en su conjunto. La que reconoce al 'otro' y a la necesidad de compartir, de acompañar, de soñar algo en común”. Ahora bien, ¿por qué la necesidad de que Heredia defina hoy qué es para él una canción de amor? Pues porque así le puso al espectáculo que presentará este sábado 23 de setiembre a las 21 en el Teatro Opera (Corrientes 860).

Una nueva presentación en Buenos Aires para Heredia, luego de aquellos memorables conciertos de 2017, vinculados a sus cincuenta años de vida musical, y de aquellos otros –también notables- de 2019, cuando el “Negro” conmemoró el 35° aniversario del disco Todavía cantamos. “Recuerdo ambos aniversarios con mucha emoción”, sostiene el cantautor de 76 años, antes de retomar el tópico "canciones de amor". “En ambas oportunidades, la presencia y acompañamiento de muchos de mis compañeros de ruta fue absolutamente halagadora. Ni hablar del apoyo del público después de bancarme tantos años sobre los escenarios… Me sentí realmente revalorizado, reconocido”.

-Dicho esto, lo que te convoca en la actualidad es la canción de amor, con todo lo que ello implica. Por empezar, hay mucha crítica recurrente respecto de las “estandar” por parte de quienes suelen darle una vuelta más a la creación estética. ¿Acordás con esto?

-Por supuesto, porque la banalidad es irritante, sobre todo cuando se trata de un sentimiento tan profundo y exclusivo como lo es el amor. Mercantilizarlo mediante rimas infantiles y lugares comunes es algo lamentable pero, bueno, la industria discográfica mancilla todo y hoy por hoy parece inevitable.

-¿Y en cuál de las múltiples formas del amor te asentás vos, cuando aparece la necesidad de escribir una canción sobre este sentimiento?

-Normalmente, cuando una relación es tan potente que me obliga a expresarlo a través de la poesía y la música, para hacerle saber al otro que el secreto acaba de desbordarse, que ya no es suficiente la intimidad, que debe tomar estado público, corporizarse estéticamente. Algunos llaman a eso inspiración; yo prefiero llamarlo reconocimiento.

El concierto por venir se llama “Una canción de amor” porque, entre otras cosas, así se titula también uno de los temas que el autor de “Sobreviviendo” va a estrenar, cuya letra le pertenece, y cuya música proviene de la inspiración de Luis Gurevich, tecladista, compositor y alterego de León Gieco. “Esta canción habla justamente de la necesidad de reafirmar el amor por sobre el odio y la violencia en los que parece hundirse la humanidad”, detalla Heredia, que rodeará su estreno con piezas pertenecientes a diferentes mojones de su profuso acervo. Van clavado “El viejo Matías”, que el trovador considera su mejor canción de amor, pese a que no se refiera a un vínculo de pareja, y “Razón de vivir”, pieza que considera la más emblemática en este sentido.

También recreará, entre otras, "La muerte no es morir", grabada originalmente en el disco Un día de gracia, de 1987; "Álamos de primavera"; "Síndrome de amor", que da nombre a su vigésimo cuarto disco publicado en 1994; y "El bar de los fracasos", editada en vivo, en el año cero del milenio. “Me hace bien cantar estos temas. Me hace bien compartirlos, además, porque algunas canciones de amor son el aroma, el del brillo verde de una época en la que amar era casi un delito… una probabilidad lejana en medio de la censura, los exilios, el miedo pavoroso que producía imaginar un hijo o una caricia sincera, mientras buscábamos a nuestros familiares desaparecidos. Algunas son eso: flores que resucitan luego del martirio del entorno en que se marchitaron”, se explaya Heredia, posado en las canciones por tocar que vuelven, nuevos arreglos mediante, a tomar un lugar en la lista de un repertorio que fue ocupado por algunas más nuevas, o “porque la circunstancia ameritaba cantar otras, en referencia a nuestra actualidad social”, señala.

-¿Qué cuestiones te aparecen cuando te sentás a componer en estos tiempos, a esta altura de tu vida?

-La problemática ambiental. Somos la única especie que parece decidida a romper su propio nido. La contaminación y sus consecuencias están a la vista. Entonces, creo que hay que ayudar desde donde se pueda a reflexionar y a luchar en favor de la naturaleza, porque el futuro de la humanidad está en peligro.

A la pregunta genérica de cuáles son sus referentes en cuestiones de canciones de amor, Heredia saca varios ases de la manga. Entre ellos, los de Armando Tejada Gómez, Atahualpa Yupanqui, y Alfredo Zitarrosa, Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez y Pablo Neruda, ambos –los dos últimos- que acarrean dos pasajes pasados clave. Con el poeta chileno, el de aquel disco publicado originalmente en 1974, con arreglos y dirección orquestal de Gustavo Beytelmann, y regrabado en forma completa nueve años después (ya en democracia), porque durante la dictadura habían destruido las matrices de la primera edición.

Víctor Heredia canta a Pablo Neruda (así se llama el disco) está poblado por diez poemas del chileno musicalizados por el argentino. Entre ellos, “Sube conmigo, amor americano”, “Cuerpo de mujer” y “Por estos muertos”. “Aquel disco lleno de la poesías de uno de los más grandes del mundo hoy por supuesto se resignifica sólo, frente a las manifestaciones que en estos días suceden en Chile, donde se conmemora la tragedia de los cincuenta años del golpe y la entrañable figura de un Salvador Allende, cuya voz resuena como una campana por todo un continente, aún en lucha por sus democracias”, resalta el cantautor, que no solo conoció personalmente al vate chileno, sino también al mismísimo Salvador. “Neruda vive en cada joven que añora un mundo más equitativo y repleto de verdaderas libertades”, asegura el “Negro”.

Respecto del lazo que lo une a Silvio Rodríguez, otro de sus referentes en esta cosa de cantarle al amor, aún late fuerte en el corazón de Víctor, aquel Encuentro de la Música Popular que compartió con el cubano en 1983, en Obras Sanitarias, y que terminó publicando, solo en cassette, la revista Humor, organizadora del encuentro, acuerdo  con Polygram mediante. “Aquel encuentro sentó bases muy sólidas y llenas de esperanza”, asegura el cantautor, que en tal oportunidad compartió con su colega cubano versiones de “Ya no espero”, “Te doy una canción” y “Domingo de guardar”. “Obviamente que con Silvio mantenemos aquellas bases, con la conciencia de estar frente a un mundo distinto, manejado por redes de comunicación cuyos lectores son niños desinformados, gente que no vivió la pérdida de sus derechos y que no sabe que aquella lucha nos dejó gravemente heridos. Somos pueblos a los que no se les permite revisar su historia reciente bajo la proclama derechosa del peligro del 'adoctrinamiento'”.

-¿Qué les decís entonces a estos jóvenes, desde tu experiencia?

-Les digo a esos jóvenes, a ese pueblo y a nuestros gobiernos populares que esa verdad, que los sucesos mencionados deben ser repetidos hasta el cansancio para que no volvamos atrás. Los derechos adquiridos a través de semejante sacrificio deben ser honrados y respetados. Bueno, vuelvo sobre aquel Obras que compartimos con Silvio, en el que precisamente soñábamos con eso, con el futuro. Y por supuesto sigo compartiendo con él los sueños y las realidades de nuestros propios países.

-¿Cómo te encuentra la vida, a esta altura de tu vida?

-En alguna medida esperaba que a estas alturas de nuestra vida como argentinos estuviéramos de acuerdo en algunas cuestiones esenciales como nuestros derechos, el verdadero papel de la democracia y las espantosas consecuencias que dejó el genocidio que provocó la dictadura. Sin embargo, veo con profunda preocupación que haya sectores negacionistas que impulsan el pasado y tergiversan la historia aprovechando la desinformación y desconocimiento de las nuevas generaciones. Esa manipulación es lamentable, y solamente espero que la conciencia popular despierte y revierta la pretensión de quienes siempre le hicieron daño a este país.

-¿Y tus proyectos, más allá del futuro inmediato?

-Sigo pensando en escribir y cantar hasta cuando pueda. Sin eso andaría desnudo por este mundo.

-¿Algún otro libro en puerta también, acaso? No tantos como discos, pero algunos hiciste.

-Y sigo, sí. Ahora estoy intentando con una nueva novela que habla de los paraísos de la infancia y la adolescencia. Veremos qué sale cuando la termine.


Elecciones

Las razones de un voto

Ante la pregunta urgente de cuál será su decisión en las urnas el próximo 22 de octubre en las elecciones generales, el creador de “Todavía cantamos” asegura que votará a quienes “nos defendieron siempre: en la pandemia, en las asignaciones, en las escuelas, en la defensa de la democracia y los organismos por los derechos humanos. A quienes protegieron a la columna vertebral de ésta democracia: las Madres de Plaza de Mayo”, precisa. “Soy parte de una generación que sufrió demasiado los discursos y las deudas neoliberales contraídas a espaldas de nuestro pueblo como para pensar que pueden mejorar lo que destruyeron para beneficio propio, perversamente”.

-Cuestiones enlazadas además con el discurso negacionista... El contexto debe resultarte pesado también por la memoria de tu hermana María Cristina, desaparecida durante la dictadura. ¿Cómo te vuelve ella ante este marco impensado?

-Maria Cristina me sostiene. Es horrible ver y oír voces que comparan y excusan la represión estatal con una falsa e inexistente guerra subversiva. Todo ser humano que se precie de tal se compadece del dolor y de la muerte, eso está más que claro. Pero el aparato de un estado dictatorial puesto al servicio de la barbarie es un crimen de lesa humanidad. Y así debe ser recordado, pues así fue juzgado y sentenciado por la justicia argentina. Los jóvenes desprevenidos deben también ser alertados de esto.