Con más de un 1.000.000 de visitantes de todas las edades que recorrieron distintos museos, centros culturales y edificios emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires, La Noche de los Museos, que se celebró el sábado, volvió a confirmar el éxito de su convocatoria y superó la cifra de su edición pasada, tanto en cantidad de personas que participaron como en espacios que se sumaron a ser parte de la jornada.

Fecha esperada del calendario cultural porteño, La Noche de los Museos vivió su 19° edición de 19 a 2 de la madrugada y durante siete horas abrieron sus puertas más de 290 museos y edificios emblemáticos con propuestas pensadas especialmente para la jornada nocturna, como visitas breves por sus exposiciones, mappings sobre explanadas y hasta foodtrucks en las sedes de los espacios expositivos, además de calles cortadas al tránsito vehicular que facilitaron el movimiento peatonal.

Del más de millón de visitantes, unos 164.000 eligieron para sus recorridos Museos e Institutos Nacionales y los Centros Culturales Kirchner y Borges. El mayor punto de convocatoria lo traccionó el Museo Nacional de Bellas Artes, que recibió a más de 15.000 personas que recorrieron las salas que albergan la colección permanente y las muestras temporarias dedicadas a los artistas argentinos Alfredo Hlito y Daniel Santoro.

Además, en esta edición de la jornada nocturna participaron 38 nuevos espacios y se inauguró el nuevo Museo de la Imaginación y el Juego (MIJU) pensado y diseñado para chicas y chicos de 0 a 12 años y ubicado en la ex Cervecería Múnich. Además, 28 escuelas de la ciudad abrieron para mostrar sus espacios con actividades para toda la familia. Otros luares destacados fueron el Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), el Palacio de las Aguas Corrientes de Aysa -donde se acercaron más de 7.000 personas- y el de Arte Moderno, que pasadas las 19 ya había recibido más de 6.000 visitantes de todo el país y muchos turistas extranjeros, cifra similar a la que formó una extensa fila desde el Cabildo y la plaza de Mayo para ingresar al Museo del Bicentenario, en el ala sudeste de la Casa Rosada.

Imagen: Télam


Las calles cortadas de la Ciudad de Buenos Aires invitaron a que un gran caudal de personas comience a fluir como río curioso por los museos porteños. Por ejemplo, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, ubicado en avenida San Juan 350, ofreció, además de sus muestras permanentes, seis propuestas novedosas: “Revelaciones de un mundo posible”, un recorrido accesible orientado a personas con discapacidad, “Otra vuelta más”, un espacio de reutilización creativa para familias, “Un decir al mundo” un espacio de escritura colectiva para público general y “Fluye con el río”, espacio de dibujo para público general. También “Como estrellas en la noche”, un espacio de exploración lumínica para niños y niñas y “Colores danzantes”, espacio de creación pictórica a cargo de Nicolás Nacif.

Visitantes de todas las edades recorrieron durante la noche del sábado la sala A del Museo Moderno que despliega Manifiesto verde. Y pasaron desde una niña que posó a la cámara de su mamá mientras ella llevaba a su otro hijo en un cochecito hasta personas mayores que caminaban con la ayuda de un bastón. También asistieron parejas que disfrutaron de mirar los cuadros, abrazados. Desde hace años, la Noche de los Museos no conoce de franjas etarias y confirma que el arte no es solo para unos pocos.

Las obras que integran Manifiesto verde, producidas entre la década de 1940 y la actualidad, son una celebración del arte como herramienta fundamental para descubrir la potencia de la Tierra y sus entornos. La realidad y la fantasía convergen en esta muestra donde los humanos se funden con la flora, la fauna, el aire, el agua y la tierra. El cuadro que se destaca en la sala es el de niños y niñas cargando una boa gigante, como si se tratara de una mascota amable. Los colores son vibrantes y el peligro se mezcla con la felicidad. Todas las obras en esta muestra vienen a romper la distinción entre lo humano y lo animal para dejar de relieve cómo la naturaleza no distingue jerarquías y que nuestra Tierra no es un simple suelo de explotación.

A 18 minutos del sol es otra de las muestras que se sumaron para la edición de la Noche de los Museos. Compuesta por dos salas, una clara y otra oscura, la exposición retoma la relación de nuestros pueblos originarios con el universo. La sala oscura está dividida en cuatro zonas: la patagónica, el litoral, las tierras altas y las tierras bajas del noroeste argentino, el punto central es un espejo de agua que replica los observatorios de estrellas de diversas culturas de la cordillera de Los Andes que al reflejar el cielo eran al mismo tiempo un instrumento de observación y una imagen. Los telares cuelgan y muestran la naturaleza en un árbol o en un ñandú entre pulpos, flores y libélulas de colores estridentes.

En un estallido de colores vibrantes, las personas se sacaron selfies para eternizar el momento. Los animales también fueron protagonistas con pinturas de patos y también de felinos. Los asistentes, curiosos y embelesados, se dejaron cautivar por los tejidos de los antepasados.

En el pasillo, un mural fabuloso en homenaje a Oesterheld fue testigo de una fila larguísima de más de 70 personas que esperaron el comienzo del recorrido por otra de las muestras del Museo Moderno: “Juguetes rabiosos” con obras de artistas como Marta Minunjin, León Ferrari, Luis Felipe Noé, Alberto Greco, Fernando Birri, Zulema Ciorda, Noemí Di Benedetto, Joaquín Aras, Américo Spósito, Aldo Paparella, entre otros.

En la Usina del Arte, ubicada en Agustín R. Caffarena 1, las luces hacían juego con el ritmo de la cumbia que suena en el museo. “Mentiroso, corazón mentiroso, te vas a arrepentir cuando esté con otro”, bailaba un grupo de jóvenes en la entrada. La joya del lugar fue Tender Vortex Tormenta, una instalación diseñada por Martin Huberman & El Estudio Normal, para el Hall Central. Mientras tanto, un padre, frente a la imponente obra, le decía a su hijo: “¿Te diste cuenta con que está hecha? Con broches de madera”.

Según el texto curatorial, la obra de gan escala “es un ejercicio lin-gúístico-constructivo que devino en un sistema compositivo y experimental de gran escala”. El Tender viene de ser puesto a prueba en diferentes contextos y espacios de exhibición en espacios internacionales. Tras quince años de rotación, el Tender vuelve a ser exhibido en la ciudad que lo inspiró y lo vio nacer para intervenir el Hall en su versión final.

La música también se hizo presente en el Museo Histórico Nacional (situado en Defensa 1600, CABA) pero con un programa de música y danza a cargo del Ballet Folklórico, música en vivo interpretada por la banda de la Prefectura Naval Argentina y la agrupación Cuerda de Candombe.

En este museo se despidió una muestra y se le dio la bienvenida a una nueva. Por un lado, fue el último día de Pasión de Multitudes, dedicada al fútbol argentino, con más de 100 camisetas de diferentes clubes y de la selección. Las familias que caminan descubren pelotas, botines, copas, medallas de sus clubes favoritos. La bienvenida fue para la recientemente inaugurada Tiempo de Provincias, que reúne objetos icónicos del período 1820-1852 de la historia argentina: la bandera de la batalla de Vuelta de Obligado o la mesa donde Lavalle firmó la muerte de Dorrego. La muestra convive con la exposición permanente del museo “Tiempo de revolución”, rica en objetos de gran valor histórico de próceres como Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes como un catalejo y una pistola.

En el Museo Histórico Nacional el público se detenía en los detalles de las pinturas, los mapas y los objetos. Repasaban con gusto la historia argentina, desde el siglo diecinueve con la Independencia hasta su consagración reciente como país campeón del mundo. Un grupo de mujeres esperaba a la salida de la visita al Museo Histórico. Ivana, Micaela, María y Johana, todas estudiantes del profesorado de Educación primaria, asistieron por primera vez a la Noche de los Museos. “Vinimos con un grupo de excursión en un micro. Somos de Moreno, Zona Oeste”, contó a Télam Micaela. Ninguna conocía el museo. “Está bueno. Muy interesante. Nos parece lindo para trabajarlo en las aulas. Así que lo vamos a incluir en la planificación de una materia que se llama ‘Didáctica de las Ciencias Sociales’”, contó María, mientras Joana repasaba con su celular una lista con el itinerario porque todavía las esperaba el Museo de la Cárcova, el Museo Fragata en Puerto Madero, el del Bicentenario y, por último, el del Cabildo.

Actividades en el Espacio Memoria

El Espacio Memoria también se sumó a La Noche de los Museos, con una gran concurrencia de público y una agenda recargada de actividades. Hubo visitas guiadas, talleres, intervenciones artísticas, muestras, radio abierta, música, cine, fotografía y charlas, todo con entrada libre y gratuita.

Entre las 19 y las 00.30 horas se realizó un recorrido histórico por el predio de la ex ESMA. Más temprano, en el Centro Cultural Conti, hubo un encuentro en el que se debatió sobre la relación entre la inteligencia artificial, los nuevos formatos de escritura, el metaverso y las distopías históricas de la ciencia ficción. La Plaza Declaración de los Derechos Humanos, en tanto, fue escenario para la proyección de películas del Festival de Cortos de Derechos Humanos. También se vieron videos institucionales y producciones del programa Jóvenes y Memoria. El Museo Malvinas ofreció visitas guiadas por la sala de Flora y Fauna, en una actividad organizada conjuntamente con Parques Nacionales. Y Educ.ar presentó la actividad Huellas de nuestra identidad.

En un stand ubicado en la entrada del edificio Cuatro Columnas, el Equipo de Antropología Forense recibió a familiares de desaparecidos y respondió a sus consultas, además de tomar muestras de sangre a aquellos que antes no se hubiesen acercado. Dentro del edificio se pudo ver la muestra fotográfica El Alma expuesta de la democracia, a cargo de la Fundación El Libro y ARGRA.