Mi papá se había muerto de un paro cardíaco, y mi mamá me arrastraba a todos lados con ella porque no sabía que hacer conmigo. Todos los fines de semana íbamos a los cines de la calle Lavalle. Yo por ese entonces era una adolescente dark  y tenía un peinado como mínimo provocador. Mi mamá caminaba a metros mío porque le daba vergüenza todo lo que gritaban a mi paso.

Yo disfrutaba esas salidas, empezaba a descubrir mi fascinación por el cine, y la calle Lavalle tenía locales donde vendían discos y remeras de bandas de música que a mi me gustaban. El programa se completaba tomando café con crema y comiendo sfogliatellas en la barra del café Le Caravelle.

Las películas eran muy variadas: Solaris de Tarkovsky, Gremlins de Joe Dante, El marido de la peluquera de Patrice Leconte, son solo algunas de las que recuerdo... En esa época me había hecho socia del Instituto Goethe, porque en su biblioteca se podía consultar y sacar libros, películas, música. Ahí descubrí y me fasciné por los autores alemanes; Fritz Lang, Fassbinder, Rosa Von Praunhein, Win Wenders (y con Nick Cave and the Bad Seeds), Einsturzende Neubauten…

Una cosa iba llevando a otra,  El ballet mecánico de la Bauhaus, toda la Bauhaus, Grete Stern, Max Ernst, el dadaísmo, el surrealismo. Y eso me llevó a Buñuel, Cocteau. Ese momento de la adolescencia de pleno descubrimiento y fascinación donde todo es nuevo y revelador.

Recorría las calles del centro con mis borceguíes, y con la mochila llena de libros y películas. Frecuentaba cine clubs under. Recuerdo uno en la calle Sarmiento en una galería, donde vi retrospectivas de cine expresionista alemán. Murnau, Lang, todo en fílmico. Ahora me doy cuenta que seguramente era Peña quien estaba tras eso. 

Unos años después, con la aparición de los canales de cable, mi amigo Leonardo llegaba a mi casa con pizza y helado para pasarnos fines de semana enteros sin dormir viendo Bergman, Pasolini o Godard o descubriendo el nuevo cine queer de la mano de Gregg Araki. Por suerte la representación de lo lgbtiq para mi vino directamente de su mano.

Por supuesto había visto pasar personajes lgbtiq en diferentes películas pero nunca antes me habían interpelado. Yo me sentía queer sin saberlo, sentía que no encajaba demasiado en este mundo, y sumado a eso me habían empezado a gustar las mujeres. Aunque eso lo guardé por mucho tiempo como un secreto prohibido. El cine era mi refugio.

En fin, nada de esto tiene que ver con la película elegida, básicamente porque elegir una única película es para mi imposible, y por tanto necesitaba contar un poco mi romance con el cine en general, antes de pasar a hablar de una sola película. 

Elegí Criaturas celestiales de Peter Jackson, no por ser “la” favorita, sino por ser un punto de inflexión en mi vida. Recuerdo la tarde que la vi, en el cine del Patio Bullrich, con mi amiga Paulina. Recuerdo como sentí adentro mío una licuadora emocional encenderse. Enamorarme de las dos protagonistas. Todo me interpelada directamente, la potencia del cine y de la historia, que además era basada en una historia real. ¡La escena de las cicatrices, las actuaciones! No podía estar pasando eso frente a mi, adentro mío. La existencia de esa película me volvía plena, me hacía existir.

Salimos del cine, totalmente atravesadas las dos.

Fuimos a tomar un café.

Nos sentamos y yo estaba decidida, y entonces le pregunté a mi amiga:

¿Que pensás de mi?

Ella empezó a enumerar cosas: "Que sos egoísta, que sos muy ansiosa, que sos quejosa".

Entonces la frené de repente y le dije:

¡Pará! Me gustan las mujeres. Eso te quería decir.

¡Ah! Me dijo ella. Ya me lo imaginaba. ¿Y cuál es el problema?

Empezó a reírse dándose cuenta de lo sorprendida que estaba yo por todo lo que me había dicho. 

Yo también me reí.

Luego de ese día conté mi secreto al resto de mis amigxs. También a mi mama, a la que por suerte no tuve que matar. Sigo amando a Kate Winslet como la primera vez. No tanto a Peter, ¡pero igual le debo una!

Quienes no hayan visto esta película, vayan corriendo a verla.

Violeta Uman es directora, gestora cultural y productora. Dirigió el largometraje documental Nunca hizo tanto frío estrenado en BAFICI 2023, y tres cortometrajes que participaron en diversos festivales. El último de ellos Atardecer fue ganador del Bafici 2015. También fue programado en la competencia internacional del Festival internacional de cine de Biarritz y en el Festival internacional de cine de Rotterdam. Es Co-directora y productora de FAQ: Festival internacional de arte Queer y de VECINE: Festival de cine de Villa Crespo.