4 - EL EXORCISTA: CREYENTES

(The Exorcist: Believer, Estados Unidos/2023)

Dirección: David Gordon Green

Guion: David Gordon Green y Peter Sattler

Intérpretes: Ellen Burstyn, Olivia O’Neill, Lidya Jewett, Leslie Odom Jr., Jennifer Nettles y Ann Dowd

Estreno en salas

El 26 de diciembre se cumplen 50 años del estreno en Estados Unidos de El exorcista. ¿De qué manera celebra Hollywood el aniversario redondo de la que muy probablemente sea la película más aterradora de su historia? Reestrenarla para mostrar que mantiene inoxidable su capacidad de asustar hasta la médula ósea era una buena opción. Incluso mataban dos pájaros de un tiro homenajeando, de paso, a su director, William Friedkin, fallecido en agosto. Pero se sabe que las buenas ideas andan escaseando en la fábrica de sueños, así que hicieron lo mismo que con cualquier clásico al que quieren traer el presente: filmaron una secuela que transcurre en la actualidad y a la que quitaron todo lo bueno de la original. Si allí el terror, aunque encarnado en el diablo, era un ente ubicuo que empapaba toda la atmósfera del relato, aquí queda solo la anécdota de la posesión ya no de una nena, sino de dos. Una de ellas afroamericana: Satán será lo que será, pero no es racista.

Dirigida por David Gordon Green, quien ya había asumido el desafío de reactualizar un emblema del género timoneando los destinos de las últimas Halloween, la película podría llamarse “La noche demoníaca”, “El demonio está desatado”, “Posesión mortal”, “Infierno en la Tierra” o cualquiera de los títulos genéricos elegidos para el lanzamiento de alguna de las mil producciones sobre el diablo haciendo de las suyas que se estrenan cada año en la cartelera comercial. Total, sería lo mismo. O quizá mejor, pues clausuraría la relación con su linaje. Pero no. Se llama El exorcista: creyentes, creando un lazo que se visibiliza en dos elementos. El primero es que, como en la película de 1973, el relato se toma un buen tiempo para llegar al meollo de la cuestión. El segundo se relaciona a la aparición de un par de personajes de aquella, algo en lo que no se profundizará por el temita del spoiler.

La acción arranca trece años atrás, cuando una pareja anda de vacaciones en Haití justo cuando un terremoto destruye toda la isla. El bueno de Víctor (Leslie Odom Jr., impertérrito ante todo y todos) sale ileso, pero su mujer embarazada termina herida de muerte y el médico le dice que sólo puede salvar a ella o al bebé. Corte a un 2023 que encuentra a Víctor con su hija Angela (Lidya Jewett), quien un día se va caminando al bosque con una amiga. Es lo último que se sabe de ellas durante tres días, y cuando vuelven afirman no recordar nada. ¿Dónde estuvieron? ¿Qué pasó? La película ensaya varias maniobras propias del policial durante su parte inicial, como si la premisa pasara por completar las piezas faltantes de ese periodo temporal mezclando misticismo con delincuencia, como si fuera True Detective.

Pero las chicas se empiezan a portar raro, y ahí sí queda claro que el asunto no necesita investigadores sino curas, curanderos y cualquier persona que pueda dar una mano en términos espiritistas. A partir de allí, El exorcista: creyentes se arroja de cabeza a los lugares más comunes de las películas de posesiones, con cortes de luz, muebles que se mueven solos, voces guturales diciendo verdades ocultas a través de la boca de las chicas, y el desesperado intento de asustar a fuerza de golpes de sonido y montaje. El resultado es una película inane, adocenada, que para colmo marca el inicio de lo que todo indica será una nueva trilogía. Que Dios nos libre y nos guarde.