Cristian Nicolás "Pupito" Avalle comenzó ayer a ser juzgado como organizador de una asociación ilícita que cometió extorsiones a comercios, atentados contra instituciones y también homicidios. El principal acusado es considerado una segunda línea de Los Monos que desde la cárcel de Ezeiza coordinaba las actividades de un grupo, con base principal en Villa Gobernador Gálvez, que fue parcialmente desarticulado la semana pasada con la detención de once personas. “Lo que traemos al juez y ponemos en conocimiento de la sociedad es que acá existió una organización que baleó colegios, sindicatos, empresas y comercios en Rosario. Son casi 50 hechos que están entrelazados y que ocurrieron en los últimos dos años. Lo que vemos es que las bandas ya son polirubros y no sólo se dedican a la venta de droga, sino que disputan poder y negocios en sindicatos e instituciones”, indicó Valeria Haurigot, una de las siete fiscales a cargo de la acusación, a quien se suma Franco Carbone, con quien imputarán a 26 personas

 A su vez también participarán de la audiencia los fiscales Gastón Ávila, Patricio Saldutti, Viviana O' Connell, Adrián Spelta y Alejandro Ferlazzo que estuvieron a cargo de las investigaciones de distintos hechos que ahora fueron relacionados a la misma organización.

“Venimos a exponer el concepto de bandas polirrubro que ya no se dedican solamente a la droga, es decir a la actividad de narcomenudeo, sino que quieren ingresar a otros emprendimientos, a cuestiones políticas y sindicales, y tratar de sacar ya no solo plata sino también espacios de poder compitiendo con el Estado”, agregó Haurigot.

A continuación, el fiscal Franco Carbone detalló que son 47 los hechos delictivos cometidos por distintos miembros de esta estructura criminal y son más de 30 las personas imputadas. “Eran lideradas por la figura de Avalle desde marzo de 2021. Cometían extorsiones e intimidaciones a bares, boliches, empresas y fábricas que continúan hasta la actualidad”, expresó.

 “Los sindicatos involucrados en esta trama fueron el de la Carne, la UOCRA, la Asociación Empleados de Comercio, el sindicato de recibidores de granos y el de Camioneros, que fue baleado la semana pasada. También encontramos evidencias del ataque a una escuela en el barrio Acindar, otro a la Agencia de Investigación Criminal e inclusive la balacera contra el frente del Canal 3 en diciembre pasado” agregó Carbone

El raid de la banda incluyó el ataque a balazos a la escuela Sylvestre Begnis, de barrio Acindar, en junio de este año, con el solo efecto de atemorizar a la sociedad, según sospecha el MPA.

 “Acá lo que vemos es que se usa la violencia ya no para disputar un territorio, sino para hacer negocios y conquistar poder, inclusive disputando con la política. Por eso decimos que de esta audiencia va a quedar material para analizar ya no sólo desde el punto de vista penal aquí, sino como soporte desde otros niveles del Estado para entender el momento que estamos viviendo en Rosario y en la provincia” según dice Carbone.

El fiscal Adrián Spelta sumó que los integrantes de la banda “están mezclados en la barra de Newell's y de Coronel Aguirre, ”y quieren meterse en los negocios legales de distintos sindicatos a través del apriete y extorsión", en tanto que aseguró que los afiliados “son víctimas” de este accionar.

“La cabeza de todo esto era Avalle pero uno de sus laderos más importantes era el señor (Carlos) Solís, quien en una suerte de traición lo que hace es empezar el negocio de forma independiente”, indicó y mencionó que se trata de personas que se encuentran privadas de la libertad “desde hace muchísimos meses”.

Un caso paradigmático de estos chantajes que terminó en homicidio fue la serie de extorsiones mafiosas contra Burguer House, un negocio gastronómico de Villa Gobernador Gálvez que venía sufriendo aprietes y balaceras a medida que sus dueños accedieron a realizar pagos regulares para poder trabajar. Según los fiscales, Solís quiso sacar una tajada individual de ese chantaje y pretendió cobrarle por su cuenta. Ante la negativa de la familia comerciante a pagar otra extorsión además de la que ya pagaba, el local fue baleado en mayo de este año. En esa balacera cayó muerto uno de los cadetes que hacían delivery desde allí: Hugo Villán, de 45 años.

“Ellos mencionan que vienen dando un mensaje por parte de Los Monos pero no se pudo todavía conectar ese liderazgo”, sumó Spelta.

A su turno el fiscal Patricio Saldutti detalló que son diez los homicidios que se imputan, que se suman a hechos de tentativa de homicidio, “en su gran mayoría con fines extorsivos”. “Tenemos un homicidio donde uno de los líderes manda a matar a quien estaba teniendo una relación con quien era su pareja y por error terminaron matando al primo”, ejemplificó.