Con una gran convocatoria de vecinos que se congregaron en la Casa de la Cultura de Ezeiza, finalizó el “Festival de Cine de Ezeiza”, una propuesta que ofreció casi un centenar de cortometrajes de todo el país a un público entusiasta de asistir al primer festival de cine que se realiza en la localidad. Con el apoyo del Municipio de Ezeiza y el INCAA, se trató de una propuesta única de gestión que ocupó un lugar históricamente vacante en Ezeiza y que tuvo una rareza: su creador y gestor es Nicolás Becerra, un estudiante de Comunicación y realizador audiovisual de apenas veinte años que, según expresó, acercó la propuesta al Municipio para “llenar ese vacío y mostrar que un festival así puede suceder más allá de capital”. Luego de este primer éxito, Becerra sueña con volverse internacional.
- ¿Qué te llevó a pensar en crear el Festival?
- Creo que es algo importante para la cultura de Zona Sur. En Ezeiza nunca se había hecho un festival, tampoco había sido sede de propuestas de este tipo. Yo vivo acá y siempre me tocó ir hasta Capital para asistir a un festival. Me pareció que tener una propuesta así en el Municipio podía llamar la atención de las personas más jóvenes para empezar a meterse en el mundo audiovisual como realizadores. O sea, hay mucha gente de Ezeiza que tal vez no ve una salida profesional en esto. Entonces, ver que sí se puede llegar a algo bueno, a un buen resultado con la realización audiovisual para mí podía impulsar a mucha gente a empezar a hacer cortometrajes, a hacer cine. La idea surgió más que nada el año pasado, fue algo con mis amigos, como una fantasía muy lejana. Unos meses después, me acerqué al Municipio por otro motivo, para preguntar por una locación para mi productora con la que trabajo, y me surgió la idea de preguntarles si se podría hacer un festival de cine en ese espacio. Ellos se mostraron abiertos a recibir una propuesta y armé una plan más detallado que fue aceptado recién después de las vacaciones de invierno, este año.
- ¿Cómo se involucra el INCAA?
- Yo estoy cursando el tercer año de Comunicación en la Universidad de Palermo. Llegué al INCAA porque le conté el proyecto a una profesora mía de la facultad que trabaja para CINE.Ar en una clase y ella se interesó. Empezamos a hablarlo por mail y me fue derivando a contactos que fueron aprobando el proyecto. Fue muy importante porque nos dio la posibilidad de tener el Premio CINE.Ar, dándole a los cortos ganadores la posibilidad de proyectarse en la plataforma, además de poder ofrecer un premio monetario.
- ¿Tenías alguna experiencia en gestión? ¿Dónde tomaste las referencias para el proyecto?
- Muchas cosas las fui aprendiendo sobre la marcha. Había trabajado como jurado en algunos festivales de cine, Construir CINE y un Festival de Nueva York virtualmente. Además, fui a varios festivales. De ambas experiencias, tomé cosas, pero después fue tirarse a la pileta y probar. Con Florencia Cantoni, mi pareja, armamos presupuestos para el municipio, hicimos cartas de presentación, programamos, diseñamos la publicidad, los premios, hicimos las fotos, todo. Fue mucho trabajo, pero el resultado lo hizo valer.
- ¿Cómo fueron los cortometrajes que recibieron?
- Para ser nuestra primera edición, recibimos muchísimas aplicaciones, más de trescientas piezas audiovisuales. Fue un poco de suerte, pero también sabía que estábamos ofreciendo algo que se necesitaba, que son espacios de difusión gratuitos, pantallas. Los cortos, en general, no tienen una salida comercial. Entonces, sabía que era algo atractivo y me encargué de difundirlo bien. Con respecto al material, hubo mucha diversidad: videoclips, ficción, no-ficción, animación. Hubo producciones de muchas provincias y diría que la mitad fueron realizaciones de estudiantes.
- ¿Qué buscaron en los ganadores?
- Los trescientos cortos que recibimos fueron filtrados primero por Florencia Cantoni y yo. Analizamos los cortos en base a su propuesta formal y narrativa, buscamos que sean coherentes en planteamiento y que su historia sea atractiva para el público. En base a esa primera selección, armamos secciones que fueron enviadas al equipo de jurados. Para eso, estuvieron Laura Manson, directora de videoclips; Lautaro García Candela, que el año pasado estrenó “Cambio Cambio”; Renzo Cozza, director de “El Hincha”; Milton Ekman, realizador y docente en la Universidad de Palermo; Florencia Cantoni y Agustín Díaz. Ellos calificaron las películas con sus propios criterios y su experiencia. En el caso del Premio CINE.Ar, tuvo su propio jurado.
- ¿Cómo fue la recepción del público?
- Muy buena, a la gente le gustó mucho. Hubo mucho público ligado a la cultura, pero también familias, gente que se acercó con sus hijos. El formato de cortometrajes, en un principio, puede descolocar un poco porque uno no está tan acostumbrado a verlo como en el caso del largometraje, menos en un cine. Pero armamos las secciones temáticas para que sea ameno y, así, ayudar a su recepción. Hubo gente que se acercó desde Rosario al festival y que se mostró muy contenta de participar. Esas cosas no solo me motivan a seguir haciéndolo, sino que también nutren mucho al festival. Al final, se hace de la gente que viene, participa y comparte la experiencia .
- ¿El Festival de Cine de Ezeiza tendrá más ediciones?
- Claro. En un principio, ya estoy pensando en la edición del año que viene. Quiero mejorar algunas cosas y ampliar la recepción nacional. Después, me gustaría que sea un Festival Internacional. Creo que la cercanía con el aeropuerto lo hace un punto, no solo bastante estratégico, sino algo casi simbólico. Eso igual a largo plazo. Por ahora, hay que mantener el vínculo con el público, mantener las redes sociales, y pensar propuestas para que el festival se mantenga renovado, que pueda ofrecer cosas nuevas cada año. Este año no pudo ser, pero espero que el próximo pueda hacerse en el Teatro Municipal, que genera otro ambiente y es más accesible.