Darío Teitelbaum es un argentino-israelí que vive en un kibutz ubicado a siete kilómetros de la Franja de Gaza. Tuvo que evacuar tras la escalada de violencia producida el sábado por el ataque sorpresivo del grupo Hamas contra Israel y la respuesta militar ordenada por el Gobierno de Benjamin Netanyahu, que declaró el “estado de guerra”. "La gente está muy triste y asustada. Junto con eso, hay altos niveles de solidaridad: organizaciones que dan servicios, que juntan cosas, invitan a gente como yo a sus casas y cocinan para los soldados", expresó Teitelmbaum en diálogo con PáginaI12.

Además de educador, es presidente de la Unión Mundial de Meretz, que coordina la acción política de ese partido de izquierda fuera del país. Desde ese ángulo cuenta cómo los israelíes viven estos días de tensión y reflexiona acerca del accionar del primer ministro ante esta problemática.

-¿Cómo está la situación en Israel en estas horas?

-Estamos transitando entre la matanza y la tragedia, y en la toma de conciencia de la magnitud de los hechos. Todo esto luego de la masacre y también ahora bajo fuego. Es decir, hay ataques constantes de Hamas y hubo un ataque de Hezbollah, desde el norte, desde el Líbano, de manera que todo esto es una clase de olla a presión, en la cual todos lamentamos nuestros muertos, que aún no fueron enterrados. Estamos horrorizados por el nivel de violencia que ejerció Hamas. A pesar de esto, hay una ola de solidaridad muy grande en Israel, muy típica en realidad, que está juntando sus fuerzas de vuelta, porque primero que nada está en medio de una guerra. Segundo, tiene varias misiones que tienen que ver con lo que ocurrió el sábado y el domingo pasado. Y tercero, porque esto va a abrir un proceso de reconstrucción luego, no ahora, que va a incluir a mi manera de ver cambios políticos muy serios, especialmente de aquellos que son los responsables, no los culpables porque los culpables son solamente Hamas, pero que son responsables de este colapso de la doctrina de seguridad de Israel, que no es menos que una sorpresa. Nos agarraron con los pantalones bajos.

-Justamente, ¿cómo se explica que un país con uno de los mejores servicios de inteligencia del mundo haya sido sorprendido?

Es obvio que se podría haber evitado. Israel estuvo, quizás todavía, imbuido en una concepción. Y una de las cosas que una concepción te causa es que estás como un caballo con tapa ojos. Esto nos pasó en el 73 en la guerra de Yom Kippur, donde el colapso y la sorpresa fueron parecidos, aunque con una única diferencia: en ese momento en la primera línea estaban soldados, mientras que acá estaban bebés. Lo operativo fue otro colapso, es decir, el tiempo que le llevó al ejército reaccionar, enviar tropas, helicópteros, evitar la entrada de más gente, porque los que irrumpieron fueron con coches… esto con un helicóptero en el aire lo terminás en pocos minutos, por lo que es otra concepción que se derrumbó. Y la tercera concepción es política. Es decir, por un lado debilitar a la Autoridad Nacional Palestina, y por el otro fortalecer a Hamas. Permitirle permisos de trabajo a 22.000 personas que entraban diariamente a Israel, yo estoy a favor de eso pero estoy detallando, y haber permitido hasta ahora todas estas pequeñas escaladas que eran que tiraban 100 misiles, nosotros devolvíamos, destruíamos un poco, alguien se metía para mediar, y se conseguía no la paz, sino el cese de fuego hasta que pasen 3 meses o 4 meses y se repite el ciclo. Este sistema le permitió Hamas primero que nada sobrevivir como organización y segundo, al parecer, tomar todo el tiempo necesario para hacer los planes que llevaron a cabo a partir del sábado, que eran muy complejos, en el sentido de observación, inteligencia, saber horarios… quiere decir que estamos ante algo muy programado, no fue espontáneo. Ahora, la responsabilidad es política. Y reitero: no estoy hablando de culpa, la única culpa es de Hamas. Pero la responsabilidad política es otra cosa. Luego que termine la guerra y haya elecciones, me imagino que las urnas van a hacer justicia también a nivel político.

-¿Cuál es tu posición sobre el conflicto general entre Palestina e Israel?

-Desde hace 45 años lucho por la paz. Soy propalestino en el sentido del derecho del pueblo palestino por su autodeterminación. Mi corriente es la corriente sionista socialista. Son mis raíces. Si me preguntan si mis convicciones quedaron intactas después del sábado pasado a las 6.30, no puedo responder, pero yo tengo la sensación que estamos en un antes y un después. Lo que no tengo absolutamente ninguna duda es que la posibilidad de paz en el Medio Oriente en la base de dos estados para dos pueblos se va a postergar muchísimo más porque lo hecho es imperdonable. Israel tiene todo el derecho del mundo de justiciar a los autores intelectuales y materiales de esta masacre. Junto con esto, en la Franja de Gaza hay dos millones de palestinos. No son dos millones de terroristas. Dentro de ellos hay 15 o 20 mil terroristas que hicieron esta brutalidad. Me parece que Israel tiene un compromiso moral por tratar de evitar lo máximo posible la caída de no involucrados.

-¿Meretz como partido político tiene algún tipo de vínculo con la conformación de un gobierno de unidad propuesta por Netanyahu ante la situación de emergencia?

-De ninguna manera. Puede ser que la gente que entró, los dos ex comandantes en jefe del ejército, (Benny) Gantz y (Gadi) Eizenkot, generen un poco más de credibilidad, no de Netanyahu porque tiene cero credibilidad, sino en todo este cuerpo que está dirigido ahora. Son parte del gabinete de guerra, no de una coalición gubernamental. Meretz enérgicamente se opone a los gobiernos de esta clase. Lo único que hay que tener cuidado es que este tipo de gobierno no le salve las papas a Netanyahu. Sí que apoye, sí que ayude, porque hace falta liderazgo, pero que no le salve las papas a Netanyahu.

-¿La guerra dejó en el olvido los reclamos alrededor de la reforma judicial en el país?

-No, en absoluto. Yo creo que se va a abrir otra ala más de la protesta, que proviene de quienes se sienten abandonados por el gobierno israelí. Es decir, a pesar de que nuevamente hay alguna clase de espíritu de unidad necesario, jóvenes van a perder sus vidas luchando dentro de Gaza. No sabemos qué es lo que va a pasar, la guerra va a continuar mucho tiempo, no es algo que se termine en dos días. Israel va a tener como prioridad central tratar de salvar a los rehenes. Va a haber una gran presión de liberar a todos o a nadie.

Entrevista: Axel Schwarzfeld