Esto ni siquiera es una acción en contra de ellas: esto es una acción publicitaria del gobierno de la Ciudad para decirle a sus votantes que la ciudad que hay un operativo activo de limpieza social con la concepción higienista, que van a tener seguridad. Esto viene pasando desde el viernes al menos en un montón de espacios donde siempre el manotazo de ahogado que tiene el conservadurismo es ‘metamos presxs a los rotxs y descosidxs’. Bueno, nosotras no estamos rotas ni descosidas como para que ellos nos vengan a zurcir y no queremos que nos pasen por su máquina de coser. El tema acá es que hay un montón de problemas, de internas, que hacen que siempre el colectivo de las travestis, como las mujeres en situación de prostitución, queden presas del concepto de los progresistas y los conservadores de qué es una cosa y qué es otra, qué es trata y qué no es trata; y quedan presas de las organizaciones mafiosas internas que hacen una trata real pero que no son finalmente las que van a ir detenidas. La policía no respetó ningún protocolo, entró, rompió, violentó con armas de fuego; rompieron todo, dieron vuelta las maletas, tiraron toda la yerba y el azúcar, todo lo que había, sin necesidad, ¿qué están buscando? Estuvieron todo un conglomerado de departamentos de las fuerzas de seguridad: drogas peligrosas, contra la trata, migraciones, un montón de cosas para ver qué tan débiles están las personas para separarlas, distribuirlas, encarcelarlas, institucionalizarlas. Sin haber venido jamás a hacer una acción propositiva: ¿hay inmigrantes que necesitan documentos, hay personas que no tienen salud, que necesitan ser tratadas, alguien necesita educación? Todo lo que a nosotras las de las asociaciones civiles nos cuesta horrores, tiempo, esfuerzo de ir peleando con las instituciones migaja a migaja, vienen y te lo destruyen en un segundo. Las chicas están, en principio, aterrorizadas, después, muy dolidas y sin entender. Hay un montón de confusiones. Hay paradigmas o instituciones travestis como la maternidad trava que se presta a mucha confusión y están acusadas dos de estas mamás; una va presa -por gestión de diferentes organizaciones el juez ha accedido a que vaya detenida al Hospital Ramos Mejía, tiene una edad muy considerable, tiene muchos problemas de salud. Va a ir al hospital pero está detenida e incomunicada y está injustamente detenida e incomunicada. Hay otra que estaba justo de viaje en Salta y le hemos informado cuál es la situación y tendrá que venir y hay una tercera que tiene una red mafiosa que te exige que para estar acá o estar parada en Palermo le pagues una coima. Si te querés ir a Europa tenés que pedirle plata prestada a ella y se la vas a devolver con creces. No sé si es una red tan estrictamente de trata pero sí al menos es usurera e implementadora del miedo porque ahora las chicas temen; piensan, si la marcamos a Chichí con nombre y apellido nos van a venir a pegar un puntazo cuando estemos trabajando en la zona. Y eso es lo que tenemos nosotras, estemos en confrontación con quien estemos con el Estado y sus instituciones o con las redes mafiosas, siempre estamos en los mismos lugares paradas porque todos los días tenemos que hacer nuestra plata para sustentar la vivienda, el alimento y demás. En relación a esto, yo creo que hay que poner un poco de anestesia tanto a los ánimos progresistas como a los ánimos conservadores de que quieran hacer algo del orden de la acción: no piensen desde sus cabezas. Tienen que tomarse el tiempo para escuchar. Y para escuchar a las travas tienen que esperar que nos sentemos para dialogar, que nos sentemos para ir escudriñando qué es lo vivible, lo digno, cómo podemos darnos una organización en esta situación que es la prostitutiva desde la que ustedes no pueden dar cuenta de haber dado un paso desde el Estado para que tengamos una alternativa a la prostitución. Los bachilleres siguen siendo dos, uno en Tucumán y uno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, son bachilleratos populares impulsados desde las asociaciones civiles y no desde el Estado; no nos han ofrecido capacitación laboral, no nos han ofrecido trabajo -las privilegiadas que lo tenemos somos contadas con los dedos de una mano. Entonces que no vengan ahora a querer rasgarse las vestiduras por hacer. Nos tienen que dar tiempo de paz, nosotras nos tenemos que sentarnos en paz mental y de espíritu para poder pensar una solución; lo peor que hacemos es la prostitución y ver si queremos desarrollar otros proyectos posibles más dignos y saludables y amorosos. Hasta eso, por favor miren las instituciones, observen que no nos maltraten y nos sigan sobreimprimiendo violencia, todo es una violencia más, nunca es un bálsamo, una calma, siempre es alguna otra acción violenta sobre este colectivo que viene siendo muy vulnerado desde su infancia, es tan radical la violencia que sufrimos que nosotras no hemos crecido, todavía somos la niña de nueve años que la vieja y el viejo tiraron a la calle y usted le ofreció un sánguche para que le chupara la pija. Bueno, esa misma niña somos, no hemos crecido mucho más, a los ponchazos hemos ido entendiendo cuál es la plata, cuáles son los intercambios posibles en el capitalismo, cuánto es lo que vale una habitación miserable, cuánto es lo que vale la conciencia moral, cuánto es lo que vale su seguridad. Y cuánto valen los valores de ellos y hasta qué punto los tienen porque sabemos que viven rasgándose las vestiduras hablando de la infancia y sin embargo a nosotras nos violaron sistemáticamente desde la misma infancia. Así que, por favor, observen las instituciones cómo en este proceso que puede ser de aprendizaje para todos y todas dejan de impartir violencia y vamos por hacer cuestiones propositivas desde el deseo de las propias chicas y no desde el deseo de ninguna moral particular; estamos ante acciones que tiene que tomar el Estado lejos de todo pensamiento religioso y moral: acá hay imposiciones éticas que seguir.