La Escuela de Gestión Cooperativa Mundo Nuevo del barrio de Villa Crespo lanzó una campaña en busca de aportes para poder comprar el edificio en el que funciona desde hace más de cincuenta años y ampliar su proyecto educativo. Basada en los principios del cooperativismo y la gestión social, con propuestas pedagógicas que fomentan esas ideas, la escuela de nivel inicial y primario es un referente de ese tipo de proyectos en la Ciudad y ahora busca poder asentarse en su espacio. En el horizonte, además, aparece la posibilidad de crecer hacia el nivel secundario.

La Escuela Mundo Nuevo nació de una injusticia. En el año 1972, un colegio privado de la zona echó a una de sus maestras. ¿La razón? Estaba embarazada. "A partir de eso un grupo de docentes y familias se unieron para crear 'una escuela nueva para un mundo nuevo' en un contexto de mucha movida y lucha pedagógica. Después quedó conformada como cooperativa de trabajadores y trabajadoras", cuenta ahora a Página 12 Melina Merkier, trabajadora asociada de la cooperativa y docente de talleres. 51 años después, la lucha adquiere una nueva forma, ahora con un objetivo de crecimiento: adquirir la totalidad del edificio de Serrano al 500. 

Hace siete años, la cooperativa consiguió comprar con sus ahorros una parte del edificio. El resto lo continúan alquilando como desde 1972, como parte de un condominio. Los demás propietarios aparecen dispuestos a vender sus partes, una ventana de oportunidad para los y las integrantes de Mundo Nuevo en su búsqueda de asentarse definitivamente en el lugar. "Tener un espacio propio es la garantía de que el proyecto se pueda sostener en el tiempo y, además, de poder crecer", sostiene Merkier en este sentido.

"En este momento tenemos nivel inicial y primario, y desde hace muchos años queremos extendernos a secundario. También nos gustaría tener más grados en primaria y expandirnos a la primera infancia, ya que ahora tenemos desde sala de 2", cuenta la tallerista. "Para poder hacer esas inversiones tenemos que ser propietaries. En este momento en que está la voluntad de vender, también sería muy importante para poner en valor todas las inversiones que hicimos hasta el momento", agrega.

Por todo esto, la cooperativa lanzó la campaña "(Un) mundo nuevo para todxs", con la consigna "juntxs podemos comprar el edificio que habitamos". Los aportes se pueden hacer ingresando a la pestaña "colaborá" de la página web de la escuela --www.escuelamundonuevo.edu.ar--, donde se explica que "para que nuestro proyecto siga creciendo y se fortalezca, impulsamos una nueva modalidad de financiamiento colectivo de la que se puede participar haciendo un aporte único o una suscripción mensual". Los aportes únicos van desde los mil hasta los 50 mil pesos, mientras que las suscripciones mensuales también tienen la posibilidad del "monto libre". 

En la cooperativa escolar trabajan 82 personas y asisten en jornada extendida 270 niños y niñas hasta séptimo grado. Las particularidades del tipo de gestión también se extienden al proyecto educativo del establecimiento. "Es una escuela ligada a las prácticas cooperativas que se manifiestan en toda la propuesta político - pedagógica y en las prácticas de los chicos y chicas en su escolaridad: el cuidado de lo común, el hacer con otres, las prácticas democráticas y asamblearias, entre otros puntos", subraya Merkier.

Los y las alumnas tienen la posibilidad de elegir a sus cuerpos de delegados y delegadas, mientras que, por ejemplo, seleccionan a sus abanderados a partir de prácticas asamblearias. Una dinámica colectiva similar ocurre con los útiles y materiales, que son compartidos: "Nadie trae su cartuchera sino que todo es de uso comunitario", remarca la integrante de la cooperativa. La escuela también tiene una fuerte impronta de orientación artística con diversos talleres obligatorios con "desafíos de producción, de construcción, de acción, de investigación y de reflexión".

Hay talleres de arte y comunicación, expresión corporal, danza, ilustración, murales, música, narración oral, teatro y plástica. Además cuenta con otros talleres optativos como los de cine, circo, murga, percusión, fotografía o títeres, entre otros. Merkier señala en este sentido que la orientación "no es necesariamente para formar artistas, sino para que tengan diversas herramientas de lenguaje para expresar sus emociones".

Al igual que otras escuelas nucleadas en la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de Buenos Aires, desde Mundo Nuevo sostienen la necesidad de una ley específica para este tipo de escuelas, reconocidas en la Ley de Educación Nacional pero sin normativa propia. "Por esa razón tenemos que aparecer como parte del sector privado aunque no lo somos, porque no perseguimos fines de lucro, somos la sociedad civil organizada para generar proyectos educativos. Tampoco tenemos una partida presupuestaria que nos acompañe y dependemos de las habilidades específicas de cada proyecto", indica Merkier. 

Las escuelas conformaron también el Movimiento por la Educación Popular de Gestión Social y Cooperativa y piden que se apruebe el proyecto de Ley de Experiencias Educativas de Gestión Social, Cooperativa y Comunitaria, presentada por el diputado oficialista, Eduardo Toniolli, hace ya un año. Según un relevamiento de la Dirección de Información Educativa de la Nación, al año 2021 había 285 colegios de este tipo de gestión en todo el país.