Un hecho sin precedentes sucedió en una escuela de Catamarca. Un adolescente de 14 años, habría llevado un arma de fuego a clases y se le disparó. Aunque todos escucharon la detonación y se lo sindicó al adolescente, el hecho se tornó en duda cuando tanto los directivos, como docentes y la propia policía no encontraron pruebas ni el arma que los alumnos y el propio acusado dijeron haber visto y portado.
En diálogo con Catamarca12, Edgardo Herrera, director de la Escuela de Minería “Bernardo Houssay”, hizo un relato pormenorizado de lo sucedido el lunes, alrededor de las 17. Según explicó; él tomó conocimiento del hecho porque la profesora del tercer año al que concurre el jovencito de 14 años, lo llevó a la dirección para explicarle que había encendido un “cuete” en el aula, aunque nadie lo vio.
Fueron luego los compañeros del adolescente quienes le dijeron al director que desde hace una semana, él llevaba un arma de fuego a la escuela y la había empuñado frente a todos, incluso amenazando a otro de los alumnos. Ante esta novedad, Herrera llamó al chico a su lado, previo comunicar los sucedido a sus autoridades y activar el protocolo para casos extremos, y le preguntó por el arma. El adolescente dijo que sí la tenía, pero la “había tirado en el patio”. Aunque buscaron por los lugares que él decía que podía estar nunca la encontraron.
Tampoco la encontró la policía cuando concurrió al otro día alertada por los supervisores del Ministerio de Educación que estaban al tanto de lo que sucedía. Tampoco, según confirmó el director, encontraron algún indicio de detonación de arma de fuego en el aula, o encendedor con el que pudo encender el supuesto petardo, si es que eso produjo la detonación que escuchó toda la escuela.
“Cuando me cuentan de la supuesta arma de fuego convoco a preceptores y profesores, para que vayan al curso para saber si el arma quedó en algún lado. Se revisó y no se la encontró. A las 18.30 viene el padre y confirma que no tenían arma de fuego que el chico pudiera haberle sacado. Pero el hijo le decía que era un arma vieja que se la encontró en un baldío y que no servía”, contó.
“Los padres se enojaron conmigo porque no les avisé esa tarde. Pero hoy -por ayer- estuvimos reunidos como dos horas en donde les expliqué que se siguieron todos los pasos que indica el protocolo de actuación que nos da el Ministerio de Educación. Yo no puedo asegurar que haya habido un disparo. Nadie de los adultos vio el arma, solo los alumnos. No me toca a mi juzgar, sólo seguir los pasos que como docente me obligan a seguir y así lo hice”, concluyó.