Socialistas haciendo la V de la victoria, macristas ironizando sobre comprar riñones, radicales y peronistas sumiéndose en un abrazo, PRO duros sacándose innumerables fotos con Javier Milei: la Asamblea Legislativa supo condensar, a menos de tres semanas de las elecciones, el mosaico de posicionamientos partidarios de cara al 19-N. La sesión era una mera formalidad que sólo debía proclamar las fórmulas que competirían en el balotaje, sin embargo terminó oficiando de escenario de varios reencuentros, miradas frías y breves arengas electorales. Con la presencia de Sergio Massa en los palcos, justo por encima de la banca de Javier Milei, y de Cristina Fernández de Kirchner, el Congreso oficializó así a los dos candidatos más votados que competirán para la presidencia el 19 de noviembre.

"¿Se rompe o no se rompe?", ironizó, en voz alta, la diputada radical Karina Banfi cuando se cruzó, al mediodía, a un legislador del PRO por los pasillos del Palacio Legislativo. Era la primera vez que la mayoría de les diputades de Juntos por el Cambio se veían las caras desde el cataclismo del acuerdo Macri-Milei y el clima era frío. La coalición estaba fracturada entre quienes se habían alineado detrás de la candidatura del libertario de extrema derecha y quienes optaron por la neutralidad, en un escenario de ruptura latente que sólo aguarda el resultado del balotaje para oficializarse. Algunos radicales caminaban en grupo, charlando con diputados de la Coalición Cívica, pero la mayoría se paseaba por el Congreso en soledad. En especial les dirigentes del PRO.

"El PRO no se va a romper. Cada uno apoyará al que quiera, aunque nadie está muy feliz", confesó una legisladora del PRO, consciente que su partido es quien lleva la mayor tensión interna con la división entre el ala Macri-Bullrich (la mayoría) y la larretista (minoritaria). En la UCR, mientras tanto, estaban más tranquilos: el bloque Evolución tuvo por la mañana una reunión de bloque y ya había tenido conversaciones con el bloque radical -que se había reunido el día anterior- para volver a reunificarse a partir del 11 de diciembre.

En la Cámara de Diputados, previo a que se reuniera toda la Asamblea Legislativa -es decir, las dos cámaras presentes-, se convocó a una breve sesión para tomar juramento a tres diputades: las tucumanas Elia Mansilla y María Marcela Herrera (en reemplazo de Rossana Chahla y Mario Leito) y el puntano Alberto Arancibia Rodríguez en reemplazo del gobernador electo Claudio Poggi. La sesión solo duró unos 10 minutos, pero sirvió como escenario para los primeros reencuentros. Uno de los grandes éxitos era el candidato presidencial Javier Milei, a quien varios macristas se le acercaban para pedirle una selfie o charlar un rato, como Alfredo Schiavoni (Misiones), Marilú Quiroz (Chaco) o Pablo Torello (PBA). Después de un rato, el libertario se arrimó a su compañera de banco, Romina del Plá, para intentar sacarle conversación. No tuvo mucho éxito: le recriminó, con humor, que la izquierda haya salido a "matarlo" por su invitación a formar parte del Ministerio de Capital Humano y la diputada del PO le retrucó con que ella sí estaba dispuesta a discutirle la teoría del valor.

Finalizada la sesión, un par de horas más tarde, el recinto de la Cámara de Diputados volvió a llenarse para dar comienzo a la Asamblea Legislativa. Apretujados en bancas y sillas plegables, se fue acomodando gran parte de les 257 diputades y de les 72 senadores. Después de unos minutos de espera, arribaron juntas - y lookeadas con el mismo tono- Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau y la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala. CFK presidía la Asamblea, con un rol más bien protocolar (ya que sólo debía pedir que se leyeran los resultados oficiales de las elecciones), pero antes de ingresar al recinto dejó una perlita sobre las palabras de Pablo Avelluto y la "droga del antikirchnerismo" que publicó a través de su cuenta de TikTok: "Si fuera una película y pudiera ponerle un título: Sensatez y democracia", ironizó.

En el recinto, la senadora Lucía Corpacci leyó los votos obtenidos por cada fórmula y anunció que, como ninguno había alcanzado el número suficiente para ser electo presidente, se iría a un balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei. Era una formalidad que apuntaba a cumplir con el artículo 120 del Código Electoral, pero la presencia de los dos candidatos en el recinto -Massa había arribado especialmente para estar presente durante la lectura- le dio un condimento adicional. Hubo un breve momento de tensión cuando Corpacci leyó los votos obtenidos por Milei y se escucharon algunos chiflidos, pero fueron rápidamente silenciados por la propia bancada oficialista. 

Finalizada la Asamblea Legislativa -no duró más de 20 minutos-, Sergio Massa se reunió con les diputades del Frente de Todos en el Salón de Honor del Congreso. "Ojo con dormirse en los laureles", les advirtió el ministro candidato de cara al 19-N.