"La obra parece que hubiera sido escrita ayer, creo que coincide más con la realidad actual que hace diez años. Es una sorpresa que nos ha dado la realidad". Apenas responde al llamado de Rosario/12, Raúl "Tintabrava" Castro distingue la vigencia de Anarquía, la Murga del Viruta, espectáculo que la emblemática murga uruguaya traerá a la ciudad a una década de su presentación oficial en el carnaval montevideano. Y es un regreso a toda orquesta: esta noche, a las 21.30, la Falta subirá al escenario del Teatro Lavardén (Sarmiento y Mendoza) contando entre sus filas a consagrados como el Zurdo Bessio, Orlando "Mono" Da Costa y Juan Felipe Castro, musicalizador de la versión original de Anarquía, que se presentará en Rosario en su versión completa.

"Cuando la presentamos en carnaval duró 40 minutos, y esta versión dura una hora y veinte minutos, donde cantamos un par de cuplés importantísimos para definir el concepto total del espectáculo --anticipa Castro, que vuelve a los tablados tras un tiempo de reposo--. Además tiene una madurez mucho mayor de cada uno de los artistas. Muchos de los que hace diez años eran solamente parte de la Falta, hoy son artistas que por sí solos te pueden llenar teatros. Entonces tenerlos a todos para poder hacer este espectáculo la verdad que ha sido una hermosísima tarea, muy gratificante".

Dispuesto a reflexionar sobre la vigencia de Anarquía --vigencia que, por un lado, ratifica la filosa percepción social que caracteriza a la Falta y Resto, pero que a la vez evidencia el fracaso de ciertas transformaciones sociales--, Tintabrava explica: "Creo que es utópico el planteo del espectáculo, que recurre nada más ni nada menos que a la promesa, al sino de la humanidad, de que va a llegar un momento en el mundo donde no va a ser necesaria la vigilancia del hombre para con los hombres, donde cada uno sea el encargado de vigilar la libertad de los demás y no haya necesidad de represiones. Una utopía que todavía está muy lejana, pero que Viruta acercaba mediante su poesía, siempre creyendo que eran las palabras, la unidad de comunicación, la única arma posible para luchar contra una sociedad injusta y llegar a una sociedad pacifista desde la anarquía".

Para el experimentado murguista, la posibilidad de transmitir esos ideales desde esa contundente caja de resonancia que es la Falta y Resto no puede garantizar éxito alguno. La relevancia, sin embargo, está en la posibilidad de ser consistentes en la defensa del ideal. Actuar y vivir bajo esos preceptos. "Es muy difícil en la realidad autodenominarse anarco, o anarquista --advierte Castro--. Ha sido y es usada la palabra de tantas maneras diferentes... Nosotros la entendemos como la mayor y más hermosa de las utopías, la entendemos como la sociedad del amor, donde el instinto es guiado por la cultura, si no se deja al libre albedrío la ambición de poder de los hombres y el destino de la humanidad. Creemos que el todos es más importante que uno solo".

‑ Eso es la murga.

‑ Exactamente. La murga es el emisor y es el mensaje, las dos cosas. Por trazar una metáfora religiosa, te diría que la mesías del hoy, es la murga. Es la que tiene que llevar la buena nueva, de tanto en común, de tanto en conjunto. De acordar para cantar una misma canción, de armonizar, de escucharse. De tratar de crear armonizando. Ese es el desafío de la humanidad.