Tras la dura derrota sufrida por su equipo frente a Jorge Wilstermann en Bolivia, el entrenador de River, Marcelo Gallardo, señaló: “No lo esperábamos, pero ahora queda masticar la bronca, apelar a la rebeldía y tocar las fibras más íntimas”. Y recalcó: “No va a ser la primera vez que se pueda dar vuelta un resultado adverso; voy a estar ante uno de los desafíos más importantes como entrenador”. Si bien la diferencia de tres goles fue abultada para los bolivianos, lo cierto es que dejó al conjunto de Núñez al borde del nocaut, y con la necesidad de encontrar en la revancha de local una versión heroica de sí mismo para sostener el sueño de ganar la Copa Libertadores.

“Tenemos que jugar un gran partido para dar vuelta una serie de tres goles. Va a ser difícil, pero no imposible. Creo en mi equipo, vamos a tener chances; creo en el espíritu de mis jugadores”, destacó Gallardo en la conferencia de prensa posterior al golpe sufrido en Cochabamba. “Cada gol fue un mazazo que nos sorprendió. Sinceramente de ninguna manera esperábamos este resultado tan abultado en contra. Fue un partido raro, difícil; ir perdiendo a los pocos minutos hizo que perdiéramos el orden y la planificación. Tuvimos el control de pelota, nos faltó más profundidad y la realidad indica que ellos estuvieron más precisos a la hora de convertir. Pero tuvimos fallas colectivas que no podemos repetir en el Monumental, donde será difícil, pero no imposible cambiar la historia. Hay que pedirle a la gente que cope el estadio y nos aliente en los 90 minutos”, señaló el DT, que fue muy autocrítico al admitir que su equipo dio “muchas ventajas”.

Tras arribar a Ezeiza, el volante Leonardo Ponzio también dijo lo suyo sobre el 0-3: “Fue exagerado, porque el equipo quedó al borde de la eliminación con semejante diferencia. Pero sabíamos a lo que nos exponíamos con la altura y el campo de juego. Ahora debemos dar todo en Buenos Aires para darlo vuelta, como esta camiseta se merece”. Asimismo, el zaguero Javier Pinola apuntó: “Estábamos haciendo un partido correcto, pero erramos varias opciones claras. No hay excusas con la altura, porque corrimos de principio a fin”.

Por el lado boliviano hubo mesura pese a la abultada diferencia. El brasileño Serginho resaltó: “Wilstermann todavía no ganó nada”. Por su parte, el arquero Raúl Olivares afirmó: “River es un equipazo que se hará más fuerte como local”. Y el ex Boca Cristian Chávez confió: “El triunfo fue muy especial. Somos un equipo humilde y todos queremos llegar más lejos que estos cuartos de final en esta Libertadores”.