River pondrá en juego hoy su futuro en la Copa Libertadores, el objetivo –y la obsesión– del semestre, cuando reciba a Jorge Wilstermann de Bolivia, en el partido de vuelta por los cuartos de final. La dura derrota por 3-0 sufrida en la altura de Cochabamba la semana pasada obliga al equipo de Marcelo Gallardo a ganar por el mismo resultado para forzar una definición por penales y por cuatro goles de diferencia, sin sufrir ninguno en contra, para seguir en carrera.

Desde el comienzo del exitoso ciclo del Muñeco, que lleva cinco títulos internacionales y una Copa Argentina, River nunca había perdido por tres goles de diferencia en el máximo torneo continental. El reto para el entrenador es todavía mayor si se tiene en cuenta que desde que comenzó la fase final del certamen perdió a los goleadores del equipo: Sebastián Driussi y Lucas Alario. Por este motivo no llama la atención que la única duda que tiene Gallardo para esta noche pase por el acompañante de Ignacio Scocco en el ataque.

El colombiano Rafael Santos Borré, uno de los refuerzos, lo hizo en Bolivia y no convenció, pero mejoró la imagen con un gol en la victoria del domingo sobre San Martín de San Juan (3-1), como visitante, por la tercera fecha de la Superliga. El otro candidato es Carlos Auzqui, quien en ocho partidos que disputó en esta edición (tres desde el inicio) no marcó goles.

El resto del equipo también deberá estar a la altura para lograr el objetivo. El arquero Germán Lux deberá ratificar la confianza que le dio Gallardo; los laterales Moreira y Casco tendrán que ser extremos; el capitán Leonardo Ponzio estará obligado a ser el equilibrio del mediocampo plagado de jugadores de buen pie. Ignacio Fernández y Enzo Pérez le deberán dar fluidez al juego y Gonzalo “Pity” Martínez tendrá que aportar la velocidad y el vértigo que necesitará el ataque.

A pesar de no haber jugado un buen partido en la ida, River generó muchas situaciones de gol y desde allí nace la confianza que tiene el plantel para lograr la remontada histórica.

Con la finalización del contrato de Gallardo a fin de año y un futuro todavía incierto, el partido toma más trascendencia ya que el mundo millonario pretende que el cierre de una etapa exitosa y de felicidad no sea apresurado ya que el sueño tiene como destino final el Mundial de Clubes en Abu Dhabi.