El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se comprometió ante el consejo directivo de la CGT a que el Gobierno no avanzará en la reforma laboral y tampoco en cualquier modificación del sistema previsional. En esta nueva etapa de diálogo, ambos sectores acordaron la conformación de comisiones para evaluar el plan de blanqueo de los trabajadores; la creación y funcionamiento de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnología de la Salud, y la formación y capacitación. El encuentro, donde predominaron las referencias al diálogo y el consenso, puede considerarse como la suspensión (al menos por ahora) de cualquier plan de lucha de la central obrera.

La creación de comisiones como método para que no se resuelva nada supo adjudicársela a Juan Domingo Perón. También dicen que el tres veces presidente adquirió esa tesis de una frase de Napoleón. Más allá de eso, lo cierto es que tantas comisiones obligan al Gobierno a cumplir con sus compromisos y a la CGT también, porque una falta de resolución se leería como la adopción de una estrategia fallida o como señal de debilidad.

Tal vez eso fue lo que llevó al referente de la UOM Francisco “Barba” Gutiérrez a deslizarle al ministro una amigable advertencia. Le dijo que el diálogo no implica una muestra de debilidad de la central sindical y mucho menos bajar la guardia ante posibles conflictos si el Gobierno no cumple con los compromisos asumidos. 

En ese sentido, el triunviro Héctor Daer le recordó que al inicio del gobierno de Mauricio Macri se había acordado, junto a los empresarios, la suspensión de los despidos e incluso un bono de fin de año, que el sector patronal no cumplió y que el Gobierno no hizo nada al respecto. Una situación que terminó desembocando en grandes movilizaciones, el paro de abril pasado y la manifestación del 22 de agosto. Juan Carlos Schmid acotó en el mismo sentido. Triaca reconoció que hubo “errores” de parte del Ejecutivo pero les aseguró que no está en agenda una reforma laboral y les repitió la frase que viene utilizando: “La reforma realizada en Brasil no es el espejo de la Argentina”. Luego la volvió a pronunciar ante los periodistas y sumó la negativa a cualquier modificación del sistema previsional y la edad jubilatoria.

Triaca fue el primer ministro de Trabajo de un gobierno no peronista que visitó la CGT. A diferencia de lo que ocurrió las veces que fue Carlos Tomada, el funcionario macrista no recibió aplausos. Tampoco tuvo compañía sindical cuando realizó la conferencia de prensa.

El ministro calificó al encuentro como positivo, pero reconoció que “no se convino la realización de un próximo encuentro sino la continuidad de los contactos permanentes a través de las diversas comisiones de trabajo”. En ese sentido indicó, además, que durante la reunión, que duró cerca de una hora y media, “hubo avances, intercambio de opiniones y preocupaciones, propuestas, análisis, diagnósticos y consenso con los dirigentes sindicales respecto de la necesidad de trabajar en común sobre temas como la informalidad laboral, el empleo decente, la formación y capacitación de los trabajadores, la Agencia Científica de Evaluación de la Salud, la Ley de Riesgos del Trabajo y las obras sociales”. 

A su turno, el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, que ofició de vocero sindical, dijo que comenzó a construirse “un puente de diálogo indispensable para analizar la solución de los problemas gremiales”.

Por ahora no hay fecha para que comiencen a funcionar las comisiones. Para los dirigentes gremiales, lo más importante es la reafirmación de Triaca de no avanzar en la reforma laboral e incluso de defender el modelo sindical argentino al que consideró, según relataron, “el que les permitió a los trabajadores tener un salario por encima de la media de América Latina”. De todas formas, y tal como reconoció uno de los referentes del sector conocido como los Gordos, “todo bien con el encuentro pero igual te pueden joder”.

Una de las ausencias más notorias fue la de Pablo Moyano. Para dirigentes aliados al camionero, que estuvieron en la reunión con Triaca, el faltazo tiene que ver con “la decisión de confrontar con el modelo económico que en estos días Pablo expresó llamando a votar a Cristina (Kirchner) o a (Sergio) Massa”.