Con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, Argentina se convirtió en la economía emergente que más deuda externa emitió. Las emisiones en moneda extranjera realizadas por el gobierno nacional superan a las realizadas por otros países que desde diciembre de 2015 recurrieron con frecuencia al mercado financiero internacional como China, Corea, México, Arabia Saudita, Indonesia, Rusia y Turquía. 

Los datos corresponden al servicio provisto por la empresa especializada Bloomberg pero están en línea con el desempeño advertido por centros de investigación locales como el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET. Los informes de esa casa de estudios encienden luces de alarma sobre el cambio de composición en los pasivos que muestran un incremento en la participación de los acreedores privados. Asimismo, advierten que de la mano del proceso de liberalización financiera el nuevo ciclo de endeudamiento externo tiene como correlato una creciente fuga de capitales en lugar de financiar obras de infraestructura o mejorar el acceso al financiamiento para la inversión. Desde el Ministerio de Finanzas aseguran que los crecientes niveles de endeudamiento son sostenibles y apuestan a profundizar el ingreso de capitales financieros. 

"Estoy convencido de que Argentina será la estrella de los mercados emergentes en los próximos 20 años. No quiero alardear, pero esto es muy evidente", celebró el lunes el ministro de Finanzas, Luis Caputo, al participar de un evento organizado por Bloomberg. Los datos de la firma financiera muestran que Argentina emitió bonos por más de 55 mil millones de dólares en el mercado financiero. La desregulación y liberalización de los movimientos de capitales que tuvieron lugar apenas asumió Macri fueron el punto de partida para el ciclo de endeudamiento externo que comenzó con el pago a los fondos buitre. 

Desde entonces el Gobierno colocó bonos en moneda extranjera para todos los paladares. Entre los títulos ofrecidos al mercado hubo colocaciones en dólares, euros y francos suizos con plazos de entre 3 y 30 años. El proceso tuvo su último hito a mediados de junio cuando Caputo coronó el proceso de reinserción en los mercados financieros internacionales con el lanzamiento de un título en dólares a 100 años. Antes de que finalice 2017, las autoridades buscarán colocar deuda por una suma equivalente a 5300 millones de dólares. "Las necesidades de financiamiento deberían ser menores en 2018 a los 40.000 millones de este año debido a que la brecha presupuestaria se reducirá", consideró Caputo.

Los últimos datos disponibles del Banco Central muestran que durante los primeros ocho meses de 2017 la fuga de capitales trepó a 30.117 millones de dólares. Cuando a esa cifra se le suman los 8671 millones de dólares por turismo, la salida de capitales acumulada en el año llega a 38.788 millones de dólares. La fuga insumió así 89 de cada 100 dólares ingresados en las emisiones de bonos realizadas por el Ministerio de Finanzas y 79 de cada 100 dólares acumulados en las reservas internacionales informadas por el BCRA a finales del mes pasado. Como advierten desde el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET "la nueva deuda está financiando la salida de divisas en el corto plazo, cuando en realidad ésta debería direccionarse a destinos que generasen las condiciones futuras para el repago de la misma: principalmente inversión de largo plazo para la diversificación de la matriz productiva y exportadora del país".