BOTTOMS – EL CLUB DE LAS PELEADORAS 6 puntos

Estados Unidos, 2023

Dirección: Emma Seligman.

Guion: Emma Seligman y Rachel Sennott.

Duración: 91 minutos.

Intérpretes: Rachel Sennott, Ayo Edebiri, Ruby Cruz, Havana Rose Liu, Kaia Gerber.

Disponible en Prime Video.

Mucha agua ha corrido debajo de los puentes de la teen movie, en particular aquellas películas abocadas a la descripción humorística del debut sexual de adolescentes al borde de un ataque de hormonas que florecieron en los años 80 y parte de los 90. Bottoms – El club de las peleadoras, segundo largometraje de la canadiense Emma Seligman, les hace los mil y un guiños a esas comedias de antaño recuperando tópicos y códigos para darlos vuelta como una media, corriendo el falocentrismo hacia los márgenes de la pantalla. El punto de vista es femenino y definitivamente lésbico, la “primera vez” ya no es central y quienes luchan por abordar sentimental y sexualmente a las porristas no son precisamente los chicos más populares de la escuela. De todas formas, las ansiedades de la atracción física son apenas uno de los múltiples motores de un film que, por momentos, roza el surrealismo, y en el cual tienen cabida toda clase de referencias reales y cinematográficas, de El club de la pelea a El club de los cinco, del empoderamiento femenino como excusa para otros fines al bullying, de la comedia romántica al gore.

Rachel Sennott (a su vez coguionista) es PJ, quien junto a su amiga del alma Josie (Ayo Edebiri, la coequiper en la cocina de El oso) andan detrás de dos cheerleaders bellas y súper populares que, desde luego, no les dan ni la hora. La terminología al uso aplicada a las protagonistas sería la de dos auténticas losers, aunque las chicas tienen un plan. Absurdo, pero plan al fin: armar un club de defensa personal exclusivo para mujeres en el cual los miembros puedan aprender las reglas básicas de la pelea a puño limpio. Que la susodicha peña esté apadrinada por un profesor negro políticamente poco correcto es apenas un detalle más de la nueva organización escolar. A partir de ese momento los muchachos, en particular los integrantes del equipo de fútbol americano de la escuela, se transforman en sus enemigos públicos y privados número uno. Así dadas las cosas, las idas y vueltas afectivas y sexuales habilitan un crescendo que tiene su clímax en la cancha, durante un partido con desarrollo absolutamente inesperado y extremo.

Bottoms es definitivamente un paso hacia el mainstream para la dupla de directora y protagonista. Seligman y Sennott habían ostentado un bienvenido talento para la comedia indie y algo existencialista en Shiva Baby, estrenada durante la segunda ola pandémica en la plataforma MUBI, y aquí demuestran que también pueden afrontar los avatares de la comedia disparatada, aunque el brillo sea intermitente. Si bien es cierto que tanto Sennott como Edebiri parecen demasiado grandes para interpretar roles adolescentes (ambas actrices rondan los veintiocho años), la química entre ambas funciona a la perfección y está apoyada en diálogos usualmente ingeniosos. Se agradece también, aunque no siempre funcione al cien por ciento, la desfachatez para abordar cuestiones hoy consideradas sensibles y “polémicas” y la falta de límites para llevar a cabo toda clase de gags verbales y físicos, haciendo de Bottoms una parodia en pleno derecho, sin realismos psicológicos o naturalistas que les sirvan de freno. Como muestra, dos botones: el jugo de ananá como kriptonita sin antídoto y la posibilidad de activar bombas y volar un automóvil como quien no quiere la cosa.