“Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”. El refrán fue utilizado por el economista Walter Campero, quien se convirtió en uno de los principales guías ante la desesperación de quienes buscan cuidar sus finanzas con una rentabilidad que les permita ganarle a la devaluación del peso.

Es lo que el especialista indicó a Salta/12 respecto de la investigación abierta por la Fiscalía de Ciberdelincuencia salteña, en la cual ya se detuvo a cuatro personas sospechadas de ser parte de una estafa piramidal a través de la hoy desaparecida app “Yomigt”.

Este viernes se informó del cuarto detenido tras la realización de cinco allanamientos en distintos domicilios. Por el momento, son más de 300 las denuncias de personas afectadas por la aplicación.

Desde el Ministerio Público Fiscal se informó ayer que la fiscala penal especializada en Ciberdelincuencia, Sofía Cornejo, imputó de forma provisional a cuatro hombres mayores de edad como partícipes necesarios de los delitos de asociación ilícita en concurso real con estafa (pluralidad de hechos).

En la audiencia formal de imputación, tres de los detenidos estuvieron acompañados por defensores particulares y uno, por la defensa oficial y sólo uno de ellos prestó declaración.

Desde la Fiscalía se solicitó al Juzgado de Garantías 1 del distrito Centro que estas cuatro personas continúen detenidas mientras se cumplen diversas medidas solicitadas.

Tres fueron detenidos durante la mañana del jueves y un cuarto imputado fue detenido ayer por personal de la Unidad Especial de Investigación del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF).

La app

La aplicación se vendía como una plataforma de inversión en USDT, una criptomoneda ajustada al valor del dólar, con la promesa de renta del 100 por ciento en 35 días.

“Tuvo rentabilidad al principio, tanto que había un cripto comercio”, dijo a Salta/12 Soledad Cannuni, abogada y una de las afectadas por esta presunta estafa.

La abogada aclaró que las transacciones con la app se realizaban a través de billeteras virtuales. La posibilidad de tener mayor rentabilidad con las inversiones por día (que podían ser entre cinco y nueve), dependía de las personas ingresadas por cada inversor, pero también de aquellas que se seguían sumando en la misma línea del inversor original.

Una semana antes de las elecciones del 19 de noviembre pasado y en coincidencia de las acusaciones de lavado de dinero del CEO de una de las billeteras virtuales, la aplicación lanzó promociones. Estas involucraban duplicar en el acto la inversión realizada por las personas adheridas a la app. Y en ese momento muchas personas realizaron sus aportes.

Las elecciones pasaron y ese domingo y lunes posterior la gente ya no pudo retirar el dinero. “El primer comunicado dijo que la página había sido hackeada”, contó Cannuni. El comunicado sostenía que entonces no se podía saber quién había sido inversor y quién no. Para demostrar la adhesión, un inversor debía hacer ingresar a dos personas más con cien dólares para abrir nuevas cuentas. El domingo último la aplicación se cayó definitivamente del sistema.

Cannuni calculó que por la cantidad de grupos vip que existían en la app (redes piramidales), se estima que solo en Salta son entre tres mil y cuatro mil las personas perjudicadas. A este número se suman perjuicios a usuarios y usuarias de Jujuy, Corrientes, Catamarca, Córdoba, Buenos Aires, e incluso otros países, como Bolivia y México.

“La diferencia es que al menos acá se está trabajando”, indicó la abogada. Sostuvo que ante la situación generó un formulario para hacer las denuncias a la fiscalía de Cornejo, y decidió realizar un formulario Google, para conocer la magnitud del perjuicio y determinar si acaso la causa pueda pasar al fuero federal.

Advertencias anteriores

En un recorrido por la web respecto de las referencias a esta aplicación, se encontró un video de una persona que solo muestra imágenes con una voz en off. La publicación del video es de hace tres semanas. Allí, además de explicar la mecánica de la app, se advertía que la página contaba con anuncios de “muchos sitios web”, se señalaba que “no está regulada”, y que se suponía que estaba “automatizada”. Asimismo, se alertaba que en el 99 por ciento de los casos de aplicaciones de estas características son estafas.  

A ello agregaba la existencia de un bot (inteligencia artificial) que daba rentabilidades “muy altas”. Sucede que la promesa era ganar el 100 por ciento sobre lo invertido en 35 días. “Si pueden generar ese porcentaje… se sospecha que son falsas”, se advertía en el video.

Criptomonedas y estafa piramidal

“Que se hayan unido ambas cosas es circunstancial”, dijo Campero al hablar con Salta/12 sobre el caso Yomigt. Sostuvo que por un lado se encuentra la estafa piramidal, y por el otro el mercado de criptomonedas que en realidad existe. La diferencia es que las ganancias a través de estos sistemas no suelen ser exorbitantes como las prometidas al menos en este caso.

“Se genera rentabilidad con la entrada de nuevos inversores”, dijo. Explicó que en un momento sostener la pirámide y la renta prometida se vuelve imposible y las y los inversores que quedan en la base terminan siendo los más perjudicados.

Respecto a las critpmonedas, Campero afirmó que existe un mercado volátil por lo que el riesgo es muy alto. Pero no existe la “incautación” de la inversión sino su “desvalorización”.

El argumento de Yogmit era que se ganaba la rentabilidad de las criptomonedas a través del método de arbitraje “que sería comprar barato para vender caro”, simplificó. Sin embargo, “nadie puede preveer que eso suceda y ganar una rentabilidad como la prometida”.

A su entender, “en el fondo ellos (los que estaban a cargo de la app) no hacían ese arbitraje, sino que pagaban la rentabilidad con los ingresos” de nuevos inversionistas.

Campero afirmó que muchas personas ingresan en ese círculo pese a ser un “mundo desconocido”.

Pese a las advertencias, muchas personas terminan ingresando a estos sistemas y hasta los defienden como ‘confiables’. Incluso tanto en el boca en boca como en las redes se repite el mensaje de que tal o cual logró comprarse casa, heladera, auto y ganó mucha plata. “Muchas veces esto impide pensar racionalmente. Pero hay que entender que las cosas no ocurren mágicamente en la vida”.

“Si hay ganancia sin hacer nada, siempre algo raro hay”, insistió Campero, y aconsejó que si hay alguna desconfianza o no se entiende cómo se genera la rentabilidad “es mejor no entrar”.

En estafas de este tipo, que en la provincia tiene causas grandes como Ríos y Asociados, Saulo y Generación Zoe, ninguna se ha logrado resolver aún a nivel judicial. En este caso se señaló como distintivo respecto de las otras causas que existiría una conexión a nivel internacional.