“Al revés de lo que dice Diana Mondino, sabiendo lo que sucede en épocas de mayor consumo nosotros no le decimos a cada casa que se compre un generador.” La definición pertenece a Gastón Ghioni, subsecretario de Energía de la provincia de Buenos Aires. La comparación surge durante su charla con Buenos Aires/12 donde explica el Plan Verano, la iniciativa del gobierno de Axel Kicillof para reducir los cortes de luz durante los próximos meses en el interior bonaerense a partir de una inversión que oscila en los mil millones de pesos.
Para Ghioni lo que puso de manifiesto la expresión de quien será la canciller del gobierno de Javier Milei transparenta el perfil de la administración libertaria que asumirá este domingo. “Es un proyecto de salidas individuales, donde resuelve el mercado, y donde si no lo hace quedará en el individuo cómo resolverlo”, repara.
Este modelo, explica el subsecretario, es antagónico con el pregonado por Kicillof. “Hay cuestiones que son claras y se contrastan con la realidad: si el Estado no está hay obras que no se hacen, y así pueblos y ciudades se quedan sin servicios”, afirma.
“Cuando llegás con una línea de mayor potencia es cuando cambian las cosas, porque ahí se instalan las empresas y hay desarrollo inmobiliario”, asegura Ghioni. Desde su perspectiva, no hay manera de que muchas localidades del interior puedan crecer en infraestructura sin la presencia del Estado. La premisa del gobernador es “ser una provincia productiva y que desarrolle trabajo genuino”.
Al rol de la Provincia en la distribución de energía eléctrica, Ghioni también me suma el valor de la empresa estatal bonaerense de gas, Buenos Aires Gas SA (BAGSA), que lleva el suministro de este recurso a los pueblos pequeños con inversiones que los privados no consideran rentables.
En una extensa conversación con este medio, tampoco deja de lado su visión sobre la posible privatización de YPF que motoriza el Presidente electo. “Cuando una empresa de bandera invierte no hace como el privado, que compara su rentabilidad con lo que recauda en otras partes del mundo, sino que actúa pensando en lo que es mejor para el país”, afirma.
La obra pública para la energía
Advierte el subsecretario que la paralización de la obra pública o su paso a manos privadas de forma exclusiva pueden poner en riesgo el suministro de energía hacia la provincia de Buenos Aires. “El sistema debe crecer permanentemente, y yo no sé qué pasará si dejamos depositado ese trabajo en el sector privado, porque los PPP de la gestión de Mauricio Macri fracasaron y en cuatro años no se hizo ninguna obra, cuando hay transformadores de alta tensión que necesitan ir renovándose”, explica Ghioni.
“Hoy hay un déficit de, al menos, cuarenta obras que son necesarias, pero cuyo valor está entre los 15 y 30 millones de dólares”, señala. “Las empresas piensan en su rentabilidad: si una obra me demanda una inversión que recién voy a recuperar en 20 o 30 años, no la hace, porque no piensa en el desarrollo de Argentina o de la provincia, piensa en su negocio”, sostiene Ghioni.
Como claro ejemplo del protagonismo del Estado está la gestión conjunta que se desarrolló desde el Gobierno Nacional para diseñar y financiar el Proyecto AMBA 1. Es una inversión que ronda los 1.100 millones de dólares provenientes de China. “Está firmado el acuerdo entre países y es una obra de transporte de energía eléctrica prioritaria”, señala Ghioni.
Se trata del mejoramiento de la red de 500 kilowatts a partir de la construcción de una nueva Estación Transformadora, ya que las de Ezeiza y General Rodríguez funcionan al límite de su capacidad, e incluye un tendido que supera los 500 kilómetros de líneas de alta tensión.
La mención del Estado Nacional en el mundo de la energía no es un capricho de Ghioni, ni tampoco lo hace porque quiera sacarse el problema de encima. Es por una cuestión regulatoria. Sucede que, por ejemplo, la competencia de acción que tiene la Provincia en materia de energía eléctrica no incluye al conurbano, donde la distribución está a cargo de Edesur y Edenor, empresas que actúan bajo la órbita regulatoria del Gobierno Nacional.
A su vez, otra variable determinante en la vida de la sociedad cuando se le habla de la luz también está atada a la decisión de la Nación: las tarifas. Tal como detalla Ghioni, la boleta de luz tiene, básicamente, dos componentes: el valor de la energía y el costo de su distribución. Tanto la etapa de generación de la energía como su transporte están en manos del Gobierno Nacional, por lo cual esa instancia es la que determina su precio.
“La decisión de la Nación sobre las tarifas afectará directamente a la Provincia”, asegura el subsecretario. Para tomar como ejemplo, explica que la última segmentación tarifaria que se realizó llevó a que, en promedio, se cuadriplicara el valor de lo que se paga por la luz en los sectores de mayores ingresos, pero casi no hubo variaciones en el sector medio ni en el más bajo. “Si no hay subsidios, a todos se les multiplica el valor”, remarca.
A pesar de esta condición, desde la Provincia hubo inversiones para paliar algunos efectos vinculados a los aumentos de tarifas. Dado que en la provincia la gestión de la subsecretaria está anclada a la distribución, se subsidió en más de 4.800 millones de pesos a cooperativas eléctricas con el objetivo de que no vuelquen en las tarifas los aumentos en costos de distribución.
Más allá de ser dependientes en gran medida de las decisiones de la Casa Rosada, Ghioni tiene la tranquilidad de que no quedaron obras pendientes de finalizar con fondos nacionales. Una de las últimas inauguradas fue la línea de alta tensión entre Bahía Blanca y Vivoratá, una obra que es especialmente relevante porque garantiza el suministro confiable en Mar del Plata y la costa atlántica bonaerense, una zona cuya demanda eléctrica crece considerablemente durante la temporada turística de verano.
No sólo se trata de la electricidad
En el transcurso de la charla, en la que Ghioni reafirma varias veces la necesaria presencia del Estado para equilibrar el sistema energético y así incluir a los lugares que el mercado discrimina, surge el rol de Buenos Aires Gas SA (BAGSA). Esta empresa de la Provincia es una subdistribuidora de gas que se ocupa de planificar y ejecutar obras para que el suministro llegue a pueblos de, en promedio, 1.500 o 2.000 habitantes.
La firma tiene su margen de acción ajustado a las posibilidades económicas de la Provincia. “Sin fondos, el ritmo de obras no va a ser el mismo”, asienta.
Inversiones como los 260 millones de pesos para que 160 familias de Fontezuela en Pergamino tengan gas desde principios de septiembre de este año, o la pronta inauguración de la red en Pirovano, partido de Bolívar, no están dentro de la planificación de las distribuidoras privadas y por eso ceden a la Provincia los derechos para llevar adelante la obra.
Esta condición es producto de la modalidad en la cual se privatizó la distribución de gas. En ese momento, cuatro distribuidoras se dividieron el territorio bonaerense con el privilegio de ser las que pueden hacer inversiones, pero con la particularidad de que el marco regulatorio no las obliga a realizarlas. Por ende, donde no les resulta rentable no ejecutan una obra. “Lo que nosotros hacemos es pedirles que nos firmen el permiso para hacer la obra y del costo se hace cargo la provincia”, cuenta Ghioni.
“A cada localidad a la que llegamos con el gas le mejoramos la calidad de vida y, además, eso permite que se desarrollen industrias, o se instale un secadero para los productores rurales”, indica el subsecretario.
Pero el análisis de Ghioni no se queda en la pequeña escala y también alcanza a la gran mole de la energía nacional, YPF. “La experiencia de la privatización fue un desastre”, comienza su descripción en total rechazo a los anuncios que viene haciendo Milei. Al igual que muchos otros funcionarios cuando se les pregunta sobre las posibles acciones del gobierno nacional electo, Ghioni toma el reparo de ir con una frase que se repite en muchas entrevistas: “Habrá que ver qué hace”.
“La experiencia de Repsol mostró que lo único que primó fue el capital privados por encima del desarrollo de la Argentina, lo que llevó a que cayeran las reservas de petróleo y la producción, y se terminó importando en un alto nivel que tuvo un impacto directo en la macroeconomía”, señala.
“YPF es una empresa tan grande y estratégica que mueve todo el barco a nivel nacional”, advierte Ghioni.
De todas maneras, en su lectura no prima el pesimismo y asegura que confía “en la resistencia y la memoria general para que esto no pase por el Congreso”. “No podemos renunciar a nuestros recursos y a nuestra empresa de bandera, y basta con ver el resultado del Gasoducto Néstor Kirchner con el que se está dejando de importar gas”, menciona para replicar la doctrina Mondino de “por qué financiar algo que no usamos todos”.
El Plan Verano
En este marco conceptual, la Subsecretaría de Energía de la Provincia de Buenos Aires, inició la implementación del Programa de Generación Eléctrica Distribuida Temporal o Plan Verano, una medida que reforzará la generación eléctrica distribuida en los puntos críticos del territorio bonaerense para mejorar la calidad del servicio en la temporada de mayor demanda. Será una inversión cercana a los mil millones de pesos y beneficiará a 26 localidades.
Este plan se implementó durante el último verano y se evitaron, según los análisis provinciales, más de 250 cortes prolongados de luz, beneficiando a más de 120 mil vecinos.
Para esta ocasión, la Dirección Provincial de Energía le solicitó a la concesionaria del servicio de Transporte de Energía Eléctrica por distribución troncal en la Provincia de Buenos Aires (Transba), los estudios de cargabilidad de las redes de Alta Tensión para analizar y prever nuevamente el mapa de nodos críticos. A partir de esa lectura, se decidió instalar cinco Unidades Generadoras Móviles en cinco municipios claves y la ubicación de cada equipo beneficiará directamente a corredores eléctricos de localidades de alta demanda.
De esta manera, en Carmen de Areco se instalarán cuatro megavatios (MW), beneficiando también a Pergamino Arrecifes, Capitán Sarmiento y San Antonio de Areco. También en la segunda sección, habrá otra unidad en Pergamino que aportará 5,7 MW al sistema, ayudando además al suministro de energía en Rojas, Junín, Colón y Carabales.
En la cuarta sección, Nueve de Julio y General Viamonte serán las sedes de las unidades que aportará 4 MW y 4,2 MW respectivamente. Como en los otros casos, la red que se alimenta beneficiará a mas municipios, como Bragado, Carlos Casares, Pehuajó y Trenque Lauquen.
El otro estará en la Quinta Sección. Mar del Tuyú tendrá su unidad de generación para mejorar el abastecimiento en San Clemente, Las Toninas, Santa Teresita, Mar de Ajó, Pinamar y Villa Gesell.
En lugares como la Sexta Sección esta vez no se pondrán unidades ya que se pudo avanzar en obras como la mencionada línea de alta tensión Bahía Blanca–Vivoratá que favoreció el suministro para la región.
Respecto a obras, las unidades distribuidas en la provincia están acompañadas de obras previas que mejoraron el abastecimiento en localidades del interior a través del cambio de transformadores por otros de mayor potencia en las estaciones transformadores. Tal es el caso de Pigüe en el partido de Saavedra, en Mar de Ajó, en Tornquist, Mercedes y Bragado. En algunos casos también se readecuaron las líneas de tensión.