La asonada musical que prepara Tremor para este jueves tiene un anclaje temporal conmemorativo. Dicho así, algo solemne, parece un hecho exacto. Pero como todo en el universo del trío, tiene un giro inesperado. Los diez años que dicen festejar no son tan tales. Y lo admite el propio creador del grupo, Leonardo Martinelli. “A pesar que estamos festejando los diez años, el proyecto musical se inicia a principios de siglo. De hecho, existe un disco previo a la formación de la banda”, (des)ubica el multiinstrumentista y compositor, llevándose puesto algunos meses. Como fuere esta cosa del tiempo, lo que pasó es lo que pasó. Diez o quince años en los que Martinelli, más Camilo Carabajal en bombo leguero y caja, y Gerardo Farez en teclados y batería vienen provocando una amalgama sonora que incorpora todo lo que puede en tecnología musical, a un trasfondo de músicas de raíz. “Cuando empezamos, no existía una escena contenedora para lo que hacíamos. Realmente no sabíamos dónde tocar, no había un público. Incluso, hablar de charango y electrónica era algo considerado ‘grasa’ para muchos. Recuerdo, cuando estaba por sumarse Camilo, que se lo comenté a un amigo cercano, y su primera reacción fue reírse”, sigue adentrando Martinelli, en la previa del show previsto para la nueve de la noche del día dicho, en Caras y Caretas (Salta 2037). 

 La anécdota sigue: “Él se imaginaba un tipo vestido de gaucho tocando un bombo al lado mío… pero los años pasaron, y aparecieron algunos espacios de contención y pertenencia, además de toda una corriente latinoamericana que se fue expandiendo y conectando entre sí. Para el público ya no es tanto una rareza, creo yo, esto de jugar con las fusiones”, sostiene el intrépido Martinelli sobre la macerada evolución del riesgo inicial. “En lo referido a la exploración con música de raíz, creo que nuestros padres musicales definitivamente son los Jaivas, Arco Iris, Domingo Cura, Ariel Ramírez y Waldo de los Ríos”, elige el músico, que tampoco duda en destacar sintonías con músicos de hoy. Entre ellos, Gaby Kerpel, la gente de Chancha Vía Circuito, Barrio Lindo, Barda, Dat Garcia y Federico Estévez. “Desde sus comienzos, Tremor aportó una sonoridad digital cruzada con lo más crudo de los elementos e instrumentos como el bombo legüero, el charango. Y así generó espacios sonoros, sensaciones rítmicas y una mirada muy abierta sobre la música, con canciones libres y una identidad propia. También, al ser música libre, pudimos trabajar tanto con la danza como con el cine documental, y algunas performances bien locas”, se pliega Carabajal.

Algo habrá de ello en el show aniversario. Una puesta visual (“una amalgama sutil entre música e imagen”, dicen ellos) a cargo de Gisela Faure. “La celebración va a ser especial por varios motivos”, apuntala Leo. “Primero, va a ser un show extenso de hora y media y, si bien van a estar los temas ‘clásicos’ de la banda, también hemos rescatado piezas de otras épocas, que hace mucho no tocamos. Habrá momentos para el baile, pero también psicodélicos, experimentales y hasta rockeros”, prevé el músico, sobre un set que también alcanzará para adelantar piezas de un nuevo EP, y para recibir invitados como Lucio Mantel, Chancha Vía Circuito, Miriam García, Micaela Farias Gomez, Mario Efron, y el Ballet Amerindia.  

“Tremor fue parte de un momento y un movimiento que, sin buscarlo, fue aportando al cambio mental de poder unir libremente estilos e instrumentaciones de otros lugares del mundo con la música nuestra. Ahora es algo más habitual, pero cuando Tremor comenzó allá por el 2002, 2003 (otras fechas iniciáticas posibles) y hasta cuando comenzamos a presentarnos en formato trío en el 2006 aún se veía como algo extraño la fusión”, aporta el baterista, brindando una data que abre discográficamente con Landing, publicación independiente de 2004. “A principios de 2017 vamos a editar un EP con un sonido renovado, por ZZK Récords. El disco ya esta terminado, nos queda completar el paquete con algunos videos”, anuncia Martinelli. “Siempre hay cosas por probar, riesgos que tomar, mucho por aprender y jugar”, agrega Farez. El trabajo ya tiene nombre (Ave reina mora) y su contexto “paramusical” es distinto al de hace unos años: los tres fueron padres. En lo musical, la nueva es que cantan los tres, y que el sonido es más intimista. Sigue Martinelli. “Así como Proa era el resultado de viajar mucho y querer tocar cada vez mas enroscado, en este caso, la dirección tampoco fue planeada. Al ser una etapa sensible y de estar mucho en casa, las canciones salieron solas, tal vez no solo por la paternidad, sino también porque no estuvimos pensando tanto en hacer algo distinto, sino que la música solo fluyó como una necesidad íntima”. “Se trata de un nuevo pasaje sonoro, nuevos elementos y nuevas sensaciones”, retoma Camilo. “La voz es la protagonista, hay mensajes en las canciones, y es un momento especial, ya que los tres fuimos padres y los tiempos se toman de otra manera”. 

–Ave Reina Mora, ¿qué encierra ese título?

Leonardo Martinelli: –La Reina Mora es un ave de estas latitudes. La verdad es que había unos anagramas dando vueltas por nuestras cabezas y cuando dimos con la obra de Gisela, nos cerró todo. La obra será la tapa del disco y tiene que ver con la etapa que mencionaba antes… la idea del nido, la fragilidad del mismo, pero al mismo tiempo la fuerza de esa situación arrolladora. El hombre más vulnerable y fuerte que nunca, al mismo tiempo.