El coordinador del Grupo de Puebla y creador del Partido Progresista de Chile, Marco Enríquez Ominami, consideró que el país trasandino "entró en el sinsentido,  producto de una interpretación equivocada de las autoridades", tras el nuevo rechazo a la reforma constitucional, el domingo pasado.

En esa línea, el también excandidato presidencial señaló que la Constitución de 1981, que rige actualmente en Chile y que fue instaurada durante la dictadura de Augusto Pinochet, quedó refrendada por tercera vez: "Un país que vive en democracia quedó gobernado por las reglas que dibujó un grupo de economistas mientras torturaban a sus compatriotas, ese es el sinsentido", señaló Ominami en AM750.

Este domingo los chilenos votaron y rechazaron por segunda vez en cinco años una nueva reforma de la Constitución. La iniciativa, redactada por una mayoría de derecha encabezada por el excandidato presidencial José Antonio Kast, fue descartada por el 55,7 por ciento de los votantes. 

En diálogo con Aquí, allá y en todas partes, Ominami indicó que hubo dos factores que emergieron a nivel global que explican la incapacidad del país para superar la Constitución de 1981: el crecimiento de un sector que descree del Estado y el fracaso de gobiernos progresistas. 

"Este gobierno, el más joven y más votado de la historia, no ha presentado una sola reforma en materia de educación, ni tiene reforma tributaria, ni pensiones, ni de salud, ni política y, después de tres procesos electorales perdidos, nos deja a la mitad de su mandato con la Constitución de Pinochet", evaluó. 

El fundador del Grupo Puebla dijo que "hoy en día da un poco lo mismo entre conservadores y progresistas" porque, por ejemplo, las Administradoras de fondos de pensiones en Chile (instituciones privadas que administran las jubilaciones) son más fuertes en el Gobierno de Gabriel Boric que en el de Sebastián Piñera y que el gasto social es menor. "Son datos, no es una opinión", aclaró Ominami.

En ese contexto, planteó que en "momentos de sinsentido" la sociedad demanda confrontación, y que las respuestas "racionales" pierden capacidad para ser oídas. 

"(Donald) Trump inventó que China era culpable del desempleo en Estados Unidos, (Marine) Le Pen inventó que los inmigrantes eran los culpables de todos los males franceses, (Giorgia) Meloni inventó que la inmigración del Mediterráneo era el problema y terminó con más inmigrantes que antes. Pero, más allá de las contradicciones, inventan a un elemento externo como gran amenaza y confrontan con eso", detalló el exdiputado y excandidato a presidente.  

Sobre este punto, Ominami sostuvo que la izquierda interpretó erroneamente las manifestaciones del 2019, que dieron como resultado el proceso constituyente. Según el dirigente progresista, se diagnosticó presurosamente que las movilizaciones eran anticapitalistas cuando lo que denunciaban era el abuso del sistema y que, por esa conclusión precipitada, se perdieron las banderas de la educación pública gratuita y las "pensiones solidarias". 

"Era una marcha por universidades que cobren, pero cobren precios justos, que no es lo mismo que educación gratuita, pública, laica y de calidad. Querían una Constitución que no privilegiara al que nacía rico, que no es lo mismo que pedir un proceso Constituyente feminista, participativo y con representación indígena. Algunas banderas que incluso comparto, pero creo que equivocaron la interpretación", reflexionó el también cineasta. 

Por último, descartó un nuevo proceso constituyente en el corto plazo, consideró que la derecha tuvo "una gran derrota" y planteó que "no alcanza con ganarle": "Recorrí todo Chile apoyando el voto en contra porque me parecía que nos podíamos hundir. Es cierto, no nos hundimos, pero estamos a la deriva", subrayó.