Con una categoría de “amarillo potencial” o marrón, según surge del mapa final que resultó del proceso de revisión del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN), se presentó al Consejo Asesor el informe final del equipo técnico, tras más de un año de procedimientos para acomodar las regiones aptas para el desmonte y las que no.

El informe establece que quedan 1.278.221 hectáreas (16,95 por ciento de los bosques nativos) en la categoría 1, de muy alto valor de conservación (intocables, pintadas de rojo). En la categoría 2, de mediano valor de conservación (coloreadas de amarillo), se registró el 73.48 por ciento de la superficie, que involucra una extensión de 5.539.750 hectáreas. Para la categoría 3, de bajo valor de conservación y que es la única con posibilidad de ser desmontada, se registraron 721.568 hectáreas, que representan el 9,57 por ciento del total de la superficie, y llevan el verde como tinte característico.

La novedad del mapa es que las áreas verdes no tienen una ubicación geográfica definida, sino que pueden ser distribuidas en una categoría transitoria que se denominó “Área de Producción y Conservación (APC)”, aunque sin sobrepasar la cantidad de hectáreas suceptibles de ser desmontadas. Este área abarca 3.013.692 ha (39,97 por ciento) que se pueden transformar a verde, pero sin aumentar la cantidad de hectáreas efectivamente otorgadas a ese color, 721.568 . Los más de tres millones de hectáreas de amarillo potencial se encuentran incluidos en el total del área amarilla.

En el informe se asegura que la definición de la categoría transitoria “tiene múltiples beneficios ambientales ya que permitirá minimizar los impactos ambientales puntuales y acumulativos de los proyectos de cambio de uso de suelo que se aprueben en el futuro y facilitará el establecimiento de corredores ecológicos como una herramienta más de gestión de los bosques nativos”.

Se añadió que también cuenta con “beneficios socioeconómicos y productivos ya que permite una asignación equitativa de zonas verdes a todos los productores agropecuarios de la provincia que estén ubicados en zonas con potencialidad agrícola”.

Las limitaciones estarán impuestas por la situación histórica de las cuencas que se encuentran en estas zonas. Si en la zona donde se imprimen estas formaciones hubo mayor desmonte en el pasado, también será mayor la restricción para desmontes futuros. Uno de los objetivos de esa decisión, indica el informe, sería “promover acciones colectivas a nivel de cuencas para optimizar el uso compartido de la cuenca”.

Un amarillo estricto y otro amarronado

Si un proyecto de desmonte se incluye en un área donde hay verde, pero también amarillo potencial, se podrá hacer sobre el área del amarillo potencial o “amarronado”. Pero solo se podrá desmontar en una superficie acotada.

Por ejemplo, si en una cuenca hay 50 hectáreas en categoría verde y 100 hectáreas de amarillo potencial (suele suceder que hay menos verde siempre), y se piden desmontar 50 hectáreas, automáticamente las 50 hectáreas que están en verde (en esa misma cuenca) pasarán a ser amarillo estricto y no podrán ser transformadas. Y como se agotó el stock de tierras en verde ya en esa zona no se podrá desmontar dado que todo el amarillo potencial pasa a ser amarillo estricto. 

“Cuando todas las áreas verdes hayan sido sometidas a procesos de cambio de uso de suelo, el APC remanente pasará automáticamente a la categoría II (amarillo)”, indica el informe.

El llamado “amarillo estricto” es sobre 3.247.625 de hectáreas (43,07 por ciento), y el amarillo potencial o marrón es sobre 2.292.125 de hectáreas (30,40 por ciento).

El total final de áreas amarillas luego de que se agote el stock de áreas verdes, será de 5.539.750 de hectáreas (73.48 por ciento del total de bosques nativos de la provincia), según dice el informe.

Cuencas intocables

Lucas Seghezzo, integrante del Equipo Técnico por parte del Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional (INENCO), a cargo del Informe, explicó a Salta/12 que de las 31 cuencas que hay en la provincia, hay 6 que son intocables (es decir, donde no se podrá desmontar más): Las Chuñas, Juramento Inferior, Mojotoro-Lavallén, Rosario-Horcones, Salí y Urueña.

El investigador señaló que en este caso la necesidad es restaurarlas o reforestarlas. En el mapa final que ilustra esta nota, las cuencas intocables son aquellas incluidas con el blanco traslúcido.

En cuanto al informe, indicó que se elevó a la provincia en noviembre y este martes fue enviado al Consejo Asesor del OTBN. Se deberá esperar a conocer si se avala el nuevo OTBN por decreto o se envía el proyecto de Ley a la Legislatura Provincial.

Por ahora se desconoce la base sobre la que se evaluarán los distintos proyectos de desmonte para los que ya se convocó a audiencia pública, si será sobre este nuevo OTBN o el anterior que está vigente (aunque debió hacerse otro ordenamiento en 2014).