Cecilia Pando confirmó que hubo contactos con Victoria Villarruel y con el “entorno” de Javier Milei para pedirles por la libertad de los genocidas presos. La semana pasada, la activista pro-impunidad había publicado una carta junto con esposas, hermanas, madres y amigas de detenidos por crímenes de lesa humanidad en la que reclamaban que el gobierno cumpliera con las promesas que les habían hecho a las familias de represores.

“Nosotros ya habíamos hablado con distintos políticos sobre este tema preocupante, que eran las condiciones inhumanas que estaban los militares. Ellos reconocen perfectamente lo que se les viola y prometieron obviamente hacer algo actual sobre este tema. Entonces lo que pedimos es que se apuren, porque son adultos mayores y que no tienen una vida larga por delante”, dijo Pando en una entrevista con Ernesto Tenembaum en el programa ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?.

Cuando le pidieron precisiones sobre los interlocutores, Pando no quiso dar nombres. “Hablamos con políticos que están cerca del Presidente”, afirmó. Y deslizó: “Yo sé que hubo gente que habló con la vicepresidenta, pero gente del entorno, donde siempre se le plantea este tema de la ilegalidad, de las ilegalidades que se cometen con los militares”.

El reclamo de Pando y compañía es amplio: abarca desde reivindicar a los militares por haber combatido en una supuesta “guerra contra el terrorismo” –caracterización a la que adscriben tanto Milei como Villarruel– hasta decir que los mayores de 70 años no pueden estar en prisión y que hay represores que llevan más de quince años en prisión preventiva –sin tener sentencias firmes. Pando sostuvo que no piden un indulto o una ley de amnistía, pero sí algún gesto por parte del Ejecutivo –entre los que incluyó una investigación –sin precisar acerca de qué.

Durante la campaña, Villarruel –que militó en el pasado con Pando– había dicho que en los juicios se violaron las garantías de los imputados y también apuntó a los supuestos excesos en la prisión preventiva. En una línea similar se pronunció Guillermo Francos, ministro del Interior de Milei.

Por el momento, el gobierno de LLA no tomó ninguna medida en las causas por crímenes de lesa humanidad. El ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, visitó la Cámara de Casación justo el mismo día en que hubo un intento de algunos jueces por poner fecha para hacer un plenario para debatir la domiciliaria para mayores de 70 años. El intentó no prosperó y, con suerte, volverá a evaluarse en febrero. A la salida, Cúneo le dijo a este diario que no había charlado ese tema con los jueces, pero recordó que hay convenciones que resguardan los derechos de los adultos mayores –justamente las que los abogados defensores invocan para forzar la vuelta a casa de sus defendidos.

El secretario de Derechos Humanos, el exjuez Alberto Baños, habló de ampliar la mirada con respecto a las víctimas y descartó darle otro uso al sitio de memoria que funciona en el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) –como había sugerido Villarruel en la campaña. Después de esas declaraciones, Baños hizo saber que se tomará vacaciones en los próximos días –antes de que se cumpla un mes de haber sido designado al frente de esa dependencia.

Cuando Pando y Vlllarruel marchaban juntas  por la liberación de los genocidas. Foto: Enrique García Medina.


Las rivalidades de Pando con Villarruel

Pando y Villarruel son viejas conocidas. En 2005, marchaban juntas –como reveló este diario– por la libertad de los genocidas. En 2006, Villarruel acompañó a su entonces compinche a la Casa Rosada para que Pando pudiera interrumpir, a grito pelado, un discurso de Néstor Kirchner por el Día de la Mujer. Después lo celebraron con una cena en Puerto Madero.

Algunos de esos datos se conocieron a partir de un posteo en Facebook del marido de Pando, el mayor retirado Pedro Rafael Mercado. En esa publicación, Mercado también recordaba que Villarruel tenía llegada directa a Jorge Rafael Videla y que él lo había conocido gracias a ella.

En el reportaje le preguntaron a Pando por lo que había publicado su marido, pero ella buscó tender un manto de piedad. “Yo no voy a hablar de ese tema, voy a apostar por este gobierno, porque ya tuvimos 20 años de kirchnerismo que hundieron al país. Yo quiero que a este gobierno le vaya bien. Eso quedará arrumbado. Tendría que hablar mi marido, porque fue mi marido el que escribió eso, pero bueno, lo que escribió mi marido fue así”, dijo.

Durante la campaña, Pando militaba por Patricia Bullrich y no dudaba en achacarle a Villarruel sus defecciones con la causa de los que ella llama “presos políticos”. De hecho, Pando acusó a su antigua socia de haber firmado libros que, en realidad, habría escrito Alberto González, un represor condenado a prisión perpetua por sus crímenes en la ESMA. González es, además, un historiador de la Marina, como lo fue el abuelo materno de Villarruel –Laurio Destéfanis.

Bullrich y Villarruel tienen un nexo: Carlos Manfroni, el actual jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad. Manfroni escribió Los otros muertos con la actual vicepresidenta. Durante el proceso electoral, Manfroni reveló –en un artículo que publicó en La Nación– que los equipos de Bullrich estaban trabajando en una solución para los detenidos de lesa humanidad. No se supo cuál era esa solución, pero actualmente Bullrich tiene bajo su órbita todas las cárceles federales.

Todas las miradas sobre la vice

La relación entre Villarruel y Milei no pasa por su mejor momento. El ejemplo más claro de la tensión se dio el 10 de diciembre, cuando nadie le reservó a la vice una silla para escuchar el discurso inaugural del Presidente --que fue de espaldas al Congreso. Las versiones indican que el vínculo se deterioró después de que Villarruel gestionara una reunión a solas con Macri después de que La Libertad Avanza (LLA) se metiera en el balotaje.

Este fin de semana volvieron con insistencia los rumores de otros encuentros entre Villarruel y Macri --que incluso podrían haber tenido lugar en el country Cumelén en Villa La Angostura.  Sin embargo, ante la consulta de este diario, en el entorno de Macri desmintieron las versiones. "No hubo ningún encuentro entre ambos. Hablaron por última vez hace un mes aproximadamente", dijeron. 

Lo cierto es que Villarruel viajó al sur del país y aprovechó para fidelizar el apoyo de la familia militar. Durante su estadía en Bariloche, visitó la Escuela Militar de Montaña, donde se fotografió con distintos uniformados. La recorrida coincidió --casualmente-- con el viaje de Milei a la Antártida, donde el actual mandatario también se codeó con los uniformados en la misma semana en que se hizo sentir el malestar por haber forzado una purga de generales para nombrar al nuevo jefe del Ejército.