La producción automotriz cerró 2023 en línea con las proyecciones de comienzos de año, indicaron desde la Asociación de Fabricas de Automotores (Adefa) en la publicación del informe de diciembre. La producción aumentó 13,7 por ciento interanual y las ventas internas lo hicieron un 8,2 por ciento, aunque ambos registros fueron menores al desempeño de 2022. Las exportaciones resultaron el talón de Aquiles del sector y treparon apenas 1,1 por ciento. El modelo de negocios a partir de este año dependerá de temas como “la deuda comercial, los impuestos internos y las retenciones a las exportaciones”, para lo cual “ya se abrieron canales de diálogo con las nuevas autoridades”, confirmó el presidente de la entidad, Martín Zuppi.

Nuestro sector tiene capacidad para producir 1.300.000 unidades anuales”, señaló el directivo. Los datos de Adefa mostraron la elaboración de 610.715 unidades en 2023, y si bien el sector siempre opera con cierto margen en la capacidad instalada, la afirmación expresa la voluntad de impulsar aún más el desempeño fabril. A comienzos del año pasado los empresarios pronosticaban un impulso en la actividad de entre 10 y 15 por ciento, en tanto los datos marcaron un crecimiento del 13,7. Sin embargo, se contrapone con la expansión de 23,5 por ciento de 2022 respecto de 2021.

También las ventas tuvieron una perfomance más modesta en 2023, con un incremento del 8,2 por ciento respecto del año anterior, mientras que el mercado interno crecía 12,5 por ciento en 2022 versus 2021. La cantidad de unidades vendidas a nivel mayorista ascendió a 406.940 el año pasado, lejos de los picos de ventas de 2013 y 2017, cuando el tamaño del mercado involucraba unas 900.000 unidades por año. En particular las ventas a concesionarios se deterioraron en los últimos dos meses: cayeron 15,6 por ciento interanual en noviembre y 25,2 en diciembre.

Cuando se compara las ventas de vehículos nacionales e importados en el territorio local, se observa en los últimos años un crecimiento más acelerado de los primeros. Lo cual fue también inducido desde la política pública, dada la conciencia de la falta de dólares.

El desempeño este año todavía está por verse y desde Adefa todavía no difundieron estimaciones. En un comunicado oficial, el presidente de la entidad señaló que aspectos como “la deuda comercial, los impuestos internos y las retenciones a las exportaciones” tendrán una incidencia central y estratégica sobre el modelo de negocios del sector. La deuda comercial de importadores del sector automotor llegaría a unos 6130 millones de dólares según un informe privado de la consultora Abeceb. La mitad es deuda atrasada y el 80 por ciento correspondería a terminales, mientras un 20 por ciento sería del sector autopartista.

Por impuestos internos se refieren básicamente al impuesto sobre los autos de alta gama que suele tener un impacto directo sobre las ventas de vehículos importados. Desde el sector confían que el gobierno eliminará la alícuota del 20 por ciento sobre los vehículos de más de 14,7 millones de pesos, en tanto la base imponible quedó desactualizada y termina afectando a modelos como el Peugeot 208 o el Fiat Cronos, que no son de lujo. La alícuota para autos de mayor valor alcanza al 35 por ciento y aplica a montos superiores a los 32 millones de pesos.

Por último, las retenciones a las exportaciones de un sector que genera “más de 9000 millones de dólares en el año”, según señaló Adefa, serán también discutidas, en tanto la ley ómnibus que el gobierno envió al Congreso estipula llevarlas al 15 por ciento. Hasta 2023, la industria se vio beneficiada por la decisión de llevar a cero las retenciones sobre las ventas incrementales de autos. El sector sólo abonaba por las ventas hasta los montos facturados en 2020, lo cual dejaba el aporte real en niveles bastante bajos, menores al 3 por ciento.

Las exportaciones crecieron levemente en 2023: 1,1 por ciento en cantidades respecto a 2022, indica el informe de Adefa. Las dificultades para importar autopartes debido a la demora en la aprobación de la venta de las divisas en el viejo sistema SIRA interfirieron sobre los planes de producción y ventas al extranjero. Desde octubre las exportaciones vienen en baja respecto de los niveles de 2022, pero de todos modos siguen explicando el 63,7 por ciento de los envíos totales de Argentina hacia Brasil.

Al compararse los datos en particular en diciembre, la entidad advierte que “producto del receso estival de la mayoría de las terminales, el promedio de actividad fue de solo 13 días hábiles, por ello los volúmenes de producción y exportación fueron inferiores a los del mes anterior y a los de diciembre de 2022”. A su vez, de cara al futuro señala: “Aguardamos al desarrollo del primer trimestre para hablar de las proyecciones dado que existen varios temas pendientes en la agenda”, refiriéndose a las cuestiones antes mencionadas.