@humoristarudy

¿Cómo le va, lector, cómo anda? ¿No nos puede decir porque estamos en veda electoral? ¡no tema, lector, somos nosotros, sus correligionarios compañeros camaradas de siempre!

¡No lo vamos a delatar, ni a defraudar! Tampoco vamos a presuponer que, por ejemplo, si usted nos dice que anda más o menos bien entonces va a votar al oficialismo. Ni que, si nos dice que anda como el peor de los tujes, va a votar a la oposición más feroz. Mucho menos vamos a creer que, si nos miente, va a votar a los que se dicen opositores en los medios, pero luego, una vez sentados en sus cómodos aposentos legislativos, levantan la mano cada vez que el gobierno se los solicita amablemente.

Intentamos no ser prejuiciosos, lector.

¿No sabe cómo le va porque aun no ha visto las últimas encuestas? Es interesante lo suyo, lector, pero , debemos confesarlo, no muy original.. Cada vez más argentinos, por no decir más terrícolas, esperamos que la tele, el diario, la radio o las encuestas nos informen cómo estamos. 

Vivimos lo que el locutor nos dice. Somos tan felices como la propaganda de analgésicos quiere que seamos. Nos alimentamos adecuadamente  según el criterio  de algún anunciante transgénico. Y si el amor, el dinero o la salud no nos son favorables, se debe pura y exclusivamente a nuestro meritocrático destino.

Y cada tanto elegimos representantes para que gobiernen por, para, sobre tras o contra nosotros, depende de la preposición

De esto se tratan las elecciones, lector, de elegir cual va a ser la preposición  que nos va a relacionar con nuestros gobernantes.  

Sí, ya lo sé, la “preposición” tiene mucho de “pre”, o sea, a veces nos venden “previamente” la preposición, y después, que es un adverbio, resultó ser una “pos-posición” al mejor estilo adolescente

Recuérdole, lector, la lista de preposiciones: “A, ante, bajo, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según,  sin, so, sobre, tras” ¡uy, parece sexto ( o quinto) grado! ¡bueno, a veces las votaciones parecen de jardín de infantes, no?

No será lo mismo entonces si gobiernan “a” nosotros, o “con “ nosotros. Si lo hacen “contra” nosotros, o “sin” nosotros. 

Algunos gobiernos basan su autoridad en la preposición, o sea, son “prepotentes”

Cuidado entonces, lector, con la preposición que elige mañana.

De hecho, el 13 de agosto, en el escrutinio se usó mucho el “tras”, se “re-trasaron” los resultados, y mientras, en los medios, gobernaba el “ante”. “Ante la falta de resultados finales, por las dudas festejamos”

Y sabe, lector, mañana, además de candidatos, vamos a elegir qué preposición nos va a gobernar en los tiempos que vienen. Pero tenga cuidado, que a veces le dicen que es “por” y es “contra” sus intereses, o le dicen que es “con” todos los ciudadanos, y termina siendo “sin” los mas humildes.

Sí, lector, antes los que querían gobernar nos “proponían”. Ahora nos “preponen”, nos “suponen”  (o sea, nos ponen un supositorio), nos “exponen” (nos ponen afuera) y nos disponen.

Si así no fuera, hay cosas que no podrían, no nos podrían estar pasando,. Ni acá, ni allá

Por ejemplo, sigue la lista de demandas por acoso al président Trump. En cualquier momento, supera a la lista de votantes Pero “no pasa orange”, ni siquiera pasa limón, que era lo que queríamos venderles a cambio de… todo

Por ejemplo: Alemania cuenta ahora con un montonazo de diputados que no van a bajar los brazos. Bueno, el izquierdo, sí.

Y acá, mas cerca de nosotros mismos, pasan cosas que, si no fueran peligrosas, serían patéticas. 

Un candidato a senador se disfraza de gobernadora para ver si consigue más votos. Las diferencias físicas son notorias, las ideológicas no tanto. Otra candidata,  que parece arrasar con los votos capitalinos en nombre del sentido común, parece haber arrasado con el respeto, la ética e incluso la piedad, sin que le quede ni siquiera mal aliento, caspa o alguna inquietante verruga estratégicamente ubicada que le recuerde que esas cosas no se dicen impunemente. Bueno, pronto se sabrá si es “pune” o “impune”.

Quizás el llamado a silencio de sus candidatos sea toda una marca política, un verdadero signo de estos tiempos. No es casual que votantes y dirigentes de esta fuerza se burlaban, hace unos años, de las cadenas nacionales con las que el gobierno anterior nos quería informar de sus actos,  que como sueñe pasar con las medidas de los gobernantes, tienen consecuencias prácticas sobre la vida y obra de sus gobernados, que vendríamos a ser nosotros.

Ahora no., mejor hacer las cosas sin que se entere nadie. Y entonces, qué mejor campaña que  “si queres saber que voy a hacer, votame primero”

Hay partidos que se dicen opositores, y les creemos. El problema es que aun no han decidido a qué se quieren oponer. Porque lo coherente sería, si uno decidió ser opositor, es oponerse al gobierno, que para eso está  Pero en estos tiempos posverdaderos, a veces es mas fashion “oponerse ala oposición”. O bien, oponerse al gobierno, pero no al de ahora, sino al que estaba antes

Uno les preguntaría cual es el objeto de oponerse a quien ya no está gobernando., Y ahí ellos le explicarán que son modernos, y han logrado viajar en el tiempo. Y en cualquier momento viajan al pasado, y, siguiendo la doctrina Larreta, se enfrentan a los feroces dinosaurios.

Este sinsentido que acabo de escribir no es mucho más incoherente que algunas propuestas.

Están pasando, estamos viendo pasar, cosas que no dejarían dormir tranquilos a Stephen King, Lovecraft o Edgard Allan Poe. Sobre todo la insensibilidad de algunos de aquellos que, por querer representarnos, deberían ser especialmente sensibles. Por querer interpretarnos, deberían ser especialmente perceptivos a nuestros deseos y necesidades. Por querer ser mandatarios, deberían ser reflejo fiel de  nuestros mandatos. Pero no, ahí andan, mas pre-posicionados que nunca, asustándonos con, sobre todas las cosas, aquellos que lo que nos transformamos, como sociedad, cuando los votamos a pesar del frio que nos provocan.

De todo esto trata este suplemento, lector

Hasta el sábado que viene.