El Fondo Monetario Internacional publicó este jueves el informe técnico (staff report) sobre la última revisión del programa que su directorio aprobó el miércoles. En el documento revela los compromisos que asumió el gobierno de Javier Milei a cambio de recibir los 4700 millones de dólares que el organismo multilateral liberó esta semana. El listado incluye la eliminación de las restricciones cambiarias y del tipo de cambio preferencial para exportadores, un fuerte ajuste fiscal que incluye reducción de los subsidios a la energía y el transporte y cambios en los programas de asistencia social. La entidad respalda las medidas, pero advierte sobre los riesgos que enfrenta el programa. 

El FMI advirtió que desde la última revisión “los desequilibrios y distorsiones de Argentina se agudizaron peligrosamente” y le apuntó al gobierno de Alberto Fernández al afirman que “el programa se desvió significativamente reflejando políticas altamente expansivas e inconsistentes de la administración anterior”. “El déficit fiscal aumentó aún más, las reservas internacionales se agotaron y se intensificó la dependencia de medidas intervencionistas, lo que provocó una inflación de tres dígitos, un mayor deterioro del balance del banco central y un fuerte aumento de la deuda comercial de los importadores”, agrega.

Pese a ese panorama sombrío, el FMI subraya que “la nueva administración comenzó a tomar medidas audaces para restaurar la estabilidad macroeconómica y abordar muchos de los impedimentos de larga data al crecimiento y la inversión”. 

Al resumir las medidas, el organismo remarca que “el plan se centra en el establecimiento de una fuerte ancla fiscal (consistente en un gran ajuste inicial de alrededor de 5 puntos del PBI), junto con acciones clave para reconstruir las reservas impulsar la balanza comercial (para lograr superávits gemelos), corregir grandes y amplios desajustes de precios relativos, fortalecer el balance del Banco Central y crear una economía más simple, basada en reglas y orientada al mercado”. El objetivo en materia fiscal es lograr un superávit primario de 2 por ciento este año “principalmente mediante una combinación de impuestos temporales (relacionados con el comercio) y esfuerzos para reducir los costos administrativos, los subsidios a la energía y el transporte, las transferencias discrecionales a las provincias y empresas estatales y gasto en infraestructura”.

El organismo reconoce que el ajuste fiscal y la devaluación de la moneda afectará fuertemente la demanda interna provocando este año una caída de la economía de 2,8 por ciento. También prevé que la cuenta corriente entrará en superávit (con un fortalecimiento de más de 4 puntos porcentuales del PIB este año), respaldada por un repunte de las exportaciones agrícolas y nuevas mejoras en el balance energético, junto con una fuerte contracción de las importaciones. “La economía comenzaría a recuperarse a finales de 2024”, agrega.

Como parte de las medidas tendientes a aminorar el impacto social, el FMI afirma que “las autoridades han reforzado significativamente la asistencia social a través de los programas de subsidios por hijos y cupones de alimentos, al tiempo que se alejan de los programas sociales distribuidos a través de intermediarios y preservan el valor real de las pensiones a través de bonificaciones discrecionales”.

El organismo remarcó que el gobierno de Milei planea “(I) eliminar el esquema de exportación preferencial para junio de 2024, y (II) revertir completamente el impuesto PAÍS (y otras retenciones en origen sobre las importaciones) para fines de 2024, o antes, según lo permitan las condiciones". Además, adelantaron que “las autoridades se han comprometido a eliminar Práctica de Múltiples Monedas (MCPs) y restricciones cambiarias restantes este año y a desarrollar una hoja de ruta con este fin, reconociendo que no se pueden levantar de inmediato y se irán eliminando gradualmente”. Se espera que estas políticas conduzcan permitan acumular 10.000 millones de dólares de reservas para fines de 2024.

En cuanto a la política monetaria, el documento destaca que “se seguirán adoptando medidas para reducir el gran exceso de pesos, fortalecer gradualmente el balance del banco central y simplificar las regulaciones de los bancos comerciales”.

Al hacer referencia a los riesgos que enfrenta el programa de gobierno, el FMI dice que continúan siendo elevados, lo que refleja una herencia muy difícil, así como un contexto político y social complejo, con un Congreso fragmentado, salarios reales en caída y alta pobreza. “Existen riesgos de que el paquete de políticas no cumpla inicialmente sus objetivos, lo que requerirá una formulación de políticas ágil, planes de contingencia y la necesidad de ampliar aún más la asistencia social. Dicho esto, incluso si las autoridades no pudieran cumplir plenamente sus ambiciosas metas políticas, de todos modos se habrían tomado medidas importantes para corregir los graves desequilibrios de Argentina”, sostiene el Fondo.