El ministro del Interior, Guillermo Francos, salió a desmarcarse del discurso acusatorio y ofensivo hacia los gobernadores lanzado por el presidente Javier Milei y demás espadas del oficialismo ante el fracaso de la Ley Ómnibus. Dijo que no se siente “traicionado” por la oposición y apostó a “sentarse otra vez” con los distintos sectores políticos “porque uno puede obviar al Parlamento”.

El tono de Francos, que por su función debe preservar el diálogo político sobre todo en los espacios donde el oficialismo es minoría, fue a contramano del que utilizaron esta mañana el Presidente y su vocero, Manuel Adorni.

Desde Israel, Milei dijo que los que no apoyaron su proyecto de ley son “conjunto de delincuentes” que “no están dispuestos a ceder sus privilegios” y que por eso “empezaron a descuartizar” la iniciativa oficialista.

Su vocero envalentonado fue igual de ríspido y responsabilizó esta mañana a los gobernadores: “El Presidente tiene la decisión tomada desde el 10 de diciembre. Acá no importa lo que hagan los gobernadores y los legisladores. Lo va a hacer con las herramientas que la Constitución le permite”, disparó.

Por el contrario, Francos fue mucho más cauto. Dijo que “el Gobierno sigue trabajando y arreglando la situación macroeconómica con los instrumentos que tiene” y le pidió a la sociedad “que no se preocupe tanto por la ley”.

En todo caso, añadió, luego de la caída y retirada del proyecto “tendremos que sentarnos a con versar otra vez porque uno no puede obviar el parlamento”, dijo durante una entrevista radial.

Eso sí, defendió “el cambio” que encarna Milei y que el electorado votó, y destacó que aún “hay legisladores que votaron un cambio, pero no votaron este proyecto”.

Particularmente decidió no confrontar con el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, en cuya provincia Milei ganó ampliamente el balotaje y que desde hace años es una reserva de votantes de partidos de derecha.

“No tuvimos un acuerdo con el gobierno de Córdoba y es raro porque la provincia apoyó a Milei”, reconoció y aseguró que “en lo personal, yo no me siento traicionado”. Solo “deberíamos haber llegado a un acuerdo que no se concretó”.

Lo que hizo Francos es tratar de mantener en pie los pocos pilares que el oficialismo tiene en el Congreso a través de alianzas con demás fuerzas que impulsan un cambio neoliberal, pero que para dar apoyo le ponen condiciones que los temperamentos de La Libertad Avanza (LLA) se niegan a conceder.

“De entrada sabíamos que cuando uno ingresa a un parlamento con un bloque minoritario y tiene que encarar un proceso de cambio significativo por el estado del país, va a ser complejo y difícil”, reconoció.