Es lunes 5 de febrero, son las 9 de la mañana y en las puertas del ministerio ya hay una fila de más de 20 cuadras. Se estiman que son más de 10 mil las personas que se hicieron presentes para que, tal como dijo la ministra, reciba a quienes tienen hambre. Mensaje para Pettovello: “43 años vas a tardar en atender a las 4.5 millones de personas que asisten a los comedores”, le responde desde un cartel una mujer que está en la fila.

Las puertas de entrada al ministerio están custodiadas por seis policías varones y una mujer, además de un operativo de seguridad de las fuerzas federales en las inmediaciones del lugar. “El que no salta votó a Milei” y “Patria si, colonia no”, cantaban lxs presentes, entre otros ya conocidos repertorios, que también se cantaron en Plaza Congreso durante las protestas contra el proyecto de Ley Ómnibus que cayó el martes pasado.

Alejandra, no está en la fila, sostiene una bandera con el nombre del comedor en el que trabaja y que atiende a 150 niñeces, es una de las cocineras del espacio Milagro, ubicado en Moreno. “Todos los eneros son duros, pero este mes empeoró un montón por la inflación y estamos sin mercadería desde diciembre. El viernes pasado hicimos una olla, teníamos comida para 105 viandas, se nos sumaron más familias y no teníamos para darle. Tuvimos que avisar al grupo que tenemos con las mamás del merendero pidiendo disculpas porque no podíamos entregar más comida. Esta es la realidad que tenemos hoy en día, sabemos que estamos mal desde hace un montón de tiempo, pero por lo menos el gobierno anterior abastecía a los merenderos y los comedores.”

Valeria vive en el barrio Bongiovanni de Paso del Rey y trabaja en el merendero Manitos felices, que se organiza junto al comedor “Esperanza”, otro de los espacios comunitarios de esa misma ciudad del conurbano bonaerense. “Tenemos más de 30 chicos y seguimos anotando. Enero se nos hizo muy largo, no llegó comida y lo que teníamos de diciembre no alcanzó, tuvieron que poner plata del bolsillo algunos ayudantes del merendero para cubrir los gastos y ahora en febrero, no sé si tendremos de vuelta algo”, explica la realidad en su barrio.

La jornada del lunes se replicó en a nivel nacional, la fila del hambre se hizo presente en todas las oficinas donde funcionaba anteriormente el Ministerio de Desarrollo Social - hoy de Capital Humano - y también en oficinas de ANSES, que se encuentran en la órbita de la cartera que preside Pettovello. Johana Duarte, secretaria gremial de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) explica: “Hace tres semanas pedimos una audiencia con la ministra y no hemos tenido respuesta, ante eso nos acercamos la semana pasada y lo único que recibimos fue represión, gases con ese producto nuevo que se está usando ahora que es muy nocivo. Muchas compañeras fueron afectadas, sobre todo mujeres, trabajadoras de los espacios socio comunitarios; algunas tuvieron que recibir asistencia en hospitales.

Además de denunciar y visibilizar la situación de emergencia alimentaria que se vive en todo el país en las puertas del ministerio, Duarte explica: “Los merenderos ya venían funcionando con demora en la entrega pero nunca se había cortado la entrega como sí pasó a partir de diciembre con la asunción del nuevo gobierno. Sabemos que las partidas presupuestarias para la asistencia alimentaria están en el Ministerio de Capital Humano, pero no se ha ejecutado el dinero y fundamentalmente hay una partida especial que dan fondos internacionales de las Naciones Unidas se deben ejecutar en tiempo y forma, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).”

Llegó el mediodía y la ministra nunca bajó, la fila del hambre comenzaba en las oficinas del Ministerio de Capital Humano y se extendió hasta finalizar la Avenida 9 de Julio, llegando casi a Constitución, pero para Pettovello el hambre no es una prioridad.