La muerte de Santiago Maldonado conmocionó a la sociedad argentina. El domingo en Tres Arroyos una chica fue a votar con una foto colgada a su cuello del joven que estuvo 78 días desaparecido después de un operativo de la Gendarmería en la comunidad mapuche Cushamén. Los integrantes de la Prefectura que custodiaban el acto electoral le impidieron ejercer su derecho al voto porque no querían que entrara al cuarto oscuro con el retrato.

Otro joven le pidió a los prefectos que se identificaran a lo cual se negaron. Dijeron que cumplían órdenes e intentaron detenerlo por pedirle explicaciones ante el atropello que estaban ejerciendo. 

Las imágenes son elocuentes de la arbitrariedad de los custodios y más aún del aval político con el que se sintieron respaldados para violar la obligación y el derecho al voto.