“Si se adoptan medidas que entorpecen el libre funcionamiento de los mercados, la libre competencia, los sistemas de precios libres, si se entorpece el comercio, si se atenta contra la propiedad privada, el único destino posible es la pobreza”. dijo Javier Milei en Davos.

Daniel Defoe (1660-1731), el autor de Robinson Crusoe, por obvias razones no tuvo la oportunidad de escuchar al Presidente, pero sí describió cuáles habían sido las políticas económicas de Inglaterra para incentivar su desarrollo económico en la época de la monarquía Tudor en Inglaterra (1485-1603).

Defoe fue un hombre de una vida vertiginosa, versátil y por sobre todo atractiva. Él mismo es un personaje de novela, como señala Ha-Joon Chang en su libro de 2008 "¿Qué fue del Buen Samaritano? Naciones Ricas, Políticas Pobres”. Su obra fue muy grande, con piezas destacadas como Moll Flanders, considerada la primera gran novela social de la literatura Inglesa. Hay una pelìcula con Robín Wright, Morgan Freeman y John Lynch.

Es la historia de una mujer nacida en una cárcel, abandonada poco después, que tiene una vida de "pecado como el incesto, la prostitución y el robo". Para Andrés Ferrada en “La textura picaresca y meta-picaresca en Moll Flanders de Daniel Defoe” (2003) “, Moll Flanders registra "el proceso de una niña abandonada que se transforma en una mujer manipuladora, lo que le permite posicionarse en las altas esferas en la Inglaterra del siglo XVIII”.

Otra obra es “La Tormenta”, de 1704, donde Defoe refleja la grave tormenta que azotó a Londres entre el 7 y el 10 de diciembre de 1703, con miles de edificios destruídos y cientos de muertos. "La Tormenta" es considerado el primer libro periodístico de la historia, ya que Defoe habla en primera persona sobre hechos reales que va conociendo producto de su investigación. 

Antes de ser escritor, Defoe había trabajado en el gobierno recaudando el célebre “impuesto de ventanas”, un tributo que se cobraba según el número de ventanas de una casa. Creado por Guillermo III, el impuesto es visto por algunos como una prehistórica medición de la renta individual, ya que a más ventanas se suponía más aventajado al dueño de la propiedad. También fue un hombre de negocios. Importaba artículos de lana, vino y tabaco. Sin privarse de nada, también ejerció el espionaje. Llevaba una doble vida como espía del gobierno conservador, para luego terminar espiando para sus contrincantes, los liberales.

"Robinson Crusoe" es su obra mas conocida, considerada la primera novela moderna de habla inglesa, y sin duda un clásico universal. Basada en la historia de Alexander Selkirk, un joven escocés que a finales del siglo XVI decide abandonar su casa embarcándose en un navío. Al tratar de abastecerse de agua, el navío es atacado por un buque corsario y deja abandonados a cinco tripulantes, entre ellos Selkirk, en el archipiélago de Juan Fernández, en Chile. Están absolutamente indefensos, sin armas ni equipos. Rescatados por el mercante Duke, vuelven a Inglaterra y Selkirk se hace famoso contando su aventura. Defoe lo escucha y sus historias le inspiran el Crusoe.

El famoso libro dio lugar a innumerables interpretaciones económicas, lo que no extraña porque el autor también fue economista. Su obra más relevante y nada casualmente más olvidada en este campo es “A Plan of the English Commerce“ de 1728. La biografía de Richard West, “Las vidas y las extrañas y sorprendentes aventuras de Daniel Defoe”, ni la menciona. Ha-Joon Chang señala que “la premiada biografía de Paula Backsheider, la cita básicamente en relación a temas menores”. 

¿Por qué será semejante olvido? La respuesta es sencilla: en “El Plan”, Defoe sostiene que bajo los Tudor la industria británica se desarrolló bajo un esquema fuertemente proteccionista. Los llamados inventores del libre comercio de forma alguna cumplieron los postulados de los que supieron jactarse. Con la llegada de la dinastía Tudor, su primer Rey Enrique VII (1457-1509) implementó contundentes políticas de apoyo e incentivo a la producción industrial. Defoe en “El Plan” las señala: gravamen a la exportación de lana, prohibición de importar manufacturas sin terminar, reclutamiento de obreros especializados de los Países Bajos.

Básicamente lo que se buscaba era no dotar de materia prima a los competidores, como asimismo impedir el acceso de mercancías que pudieran competir con las locales, para estimular el desarrollo local. El reclutamiento de trabajadores especializados tenía un doble carácter, capacitar a los locales y dañar la producción de sus competidores. Es por esto que “El Plan” fue silenciado y olvidado.

Es historia conocida que cuando Inglaterra alcanzó la hegemonía manufacturera se olvidó de sus inicios. Como dijera Friedrich List (1789-1846) en su célebre "Sistema Nacional de Economía Política",  “una vez que se ha alcanzado la cima de la gloria, es una argucia muy común darle una patada a la escalera por la que se ha subido, privando así a otros de la posibilidad de subir detrás”. Inglaterra se transformó con la Revolucion Industrial en el país hegemónico a nivel mundial, espacio que le cede a Estados Unidos luego de la segunda guerra mundial. 

Las definiciones de Milei en Davos van a contramano de lo que sucede a nivel mundial y de forma alguna es la política que siguieron los países centrales en sus inicios, por ejemplo cuando EE.UU. era un país periférico. Luego de la crisis de 2008, y para algunos un tiempo antes, comenzó una política de relocalización de la producción. Es decir, los países volvieron a radicar sus industrias en sus propios territorios. Este proceso en virtud del covid 19 se intensificó porque se produjeron múltiples dificultades en las cadenas de valor. La OMC hoy es una cáscara vacía, sobre todo cuando tiene que laudar en perjuicio de los países centrales. El proteccionismo, la defensa de los vectores nacionales de producción, son la política que domina el comercio mundial.

Para Douglas Irwin en “El Regreso de la Política Industrial” (2023), aunque reniega del proteccionismo no puede dejar de admitir que vamos hacia una fragmentación de la economía mundial, en donde EEUU y China abrazan vía subsidios e inversiones estatales la producción industrial. Alvaro García Linera en “Nacionalismo Económico” (2023), nos habla de una nueva tendencia económica que está desplazando al libre mercado a escala global, aunque con sabiduría advierte que se trata de “un modelo hibrido, anfibio, que combina proteccionismo y libre cambio, según las necesidades nacionales”. Por ello insistir con una política de libre mercado, sin barreras importadoras tendrá efectos muy negativos para nuestra economía. 

Juan Padín en “Ingenuo Liberalismo en el Comercio Exterior” (Cash del 7 de enero último) dice que “la insistencia liberalizadora como solución a los problemas nacionales resulta un nuevo retroceso… además de ser un planteo cada día mas anacrónico en los tiempos que corren”. El 21 de febrero círculó la versión de que la Unión Europea anunciaba el cierre de las negociaciones con el Mercosur, dando una prueba más del proteccionismo vigente en los países centrales. Sobre esto se recomienda leer el “Asedio de Paris” en Buenos Aires/12 del 3 de febrero.

Sería bueno que el Presidente Milei, quien se jacta de haber leído miles de libros, estudiara a Defoe. Descubrirá que aparte de "Robinson Crusoe" escribió sobre economía real señalando lo que convenía a su país, y no siguiendo dogmas.