Esta mañana tuve una entrevista en la secretaría de Cultura sita en la estación Rosario Norte. Como no llegaba a horario y además llovía, la única solución era tomar un taxi, lo que hice... No les cuento el costo porque es un disparate, pero soy responsable y me esperaban.
A la vuelta, compré un pasaje para abordar el tren de las 14.30 que me traería a Fisherton de regreso. Bien, larga cola para comprar pasajes por ventanilla, larga cola para abordarlo, vagones llenos, gente que hasta discutía por los asientos ocupados por otros pasajeros, vagones impecables, en buen estado, llenos de gente, hasta hubo que agregar uno más. En 10 minutos estuve en la estación Antártida Argentina. Todo esto por 130 pesos.
No lo leí en ningún medio de comunicación, no me lo contaron, lo viví yo, y la única verdad es la realidad, cita aristotélica, por otra parte, no teñida de partidismos, partidismos que sí tiñen los comentarios adversos sobre este maravilloso medio de transporte, eficaz y económico.