“Este disco tiene más estados de ánimo”, dice Ramiro Sagasti respecto de Caracas, el cuarto álbum de los platenses Pérez, que incluye diversidad rítmica y sonora, además de percusiones, elementos electrónicos y teclados. Pero claro, siempre son las guitarras las que van al frente. “Es más variado, hay canciones bien diferentes entre sí, tiene un rango dinámico más amplio. Probamos con nuevos ritmos e instrumentos”, cuenta el cantante. Y en esa pluralidad sumaron aportes de los invitados Kubilai Medina (Mostruo!), Germán Tschudy (El Gobierno Invisible) y Neco Marcenaro.

De primera mano se escucha la principal diferencia con La hora de los pájaros, el disco anterior, que Pérez grabó en medio de una gira europea. Ya con la extinción de la melancolía provista por el fin del día, llegaron a un disco dedicado al amor en sus diferentes formas. “También están la búsqueda de la calma, la duda, la necesidad de romper con la repetición automática de lo que sea. Y la conexión con el entorno, las experiencias sensoriales. En líneas generales, son estos los temas que atraviesan el disco, sólo que a veces muestran nuestro lado luminoso y a veces el oscuro”, dice Ramiro.

Pérez ahora son cinco: con la partida de Matías Zabajáuregui llegó Gastón Le, de Un Planeta, a tocar la guitarra, y también se sumó en teclados Germán Tschudy, que había grabado sintetizadores en el disco. “La transición se está dando joya. La estamos pasando muy bien en los ensayos y en las tocadas y estamos componiendo canciones nuevas”, cuenta el cantante.

En la era de la inmediatez y la urgencia, los platenses grabaron un tema de casi siete minutos que resulta prácticamente un hit por el estribillo ganchero y una letra optimista: Esta noche, el segundo track de Caracas. La idea surgió de un paseo por Parque Saavedra durante “un día lindo”, aclara Ramiro. “El tema era muy plano y a Martín Lambert, el baterista, se le ocurrió hacer esos cambios de ritmo y estructura. Laburamos mucho en la sala y en la preproducción hasta encontrarle la vuelta. La parte que dice ‘Cómo brilla la mañana después de la lluvia, supongo que estoy tranquilo’ es de otra canción que quedó fuera del disco”, cuenta Ramiro.

Esta noche nació espontáneamente de la grabación y se nutrió de esa naturalidad que recorre las once canciones del disco. Entre ellas, otra que destaca es Árbol viajero, con una base rítmica que bien podría pertenecer a sus coterráneos Virus, y cuya letra es una invitación a salir del aburrimiento “para hacer alguna”, dice Ramiro. Y aclara: “Los árboles siempre me parecieron alucinantes”.

Jueves 26/10 a las 21 en el C.C. Matienzo, Pringles 1249. Junto a 8.