La Canasta Básica de los Jubilados, elaborada por la Defensoría de la Tercera Edad, alcanzó un valor de 685.041 pesos en la última medición de marzo. Así, escaló en los últimos 12 meses un 239 por ciento, mientras que la inflación estimada para el período rondaría el 300 por ciento según consultoras privadas.

Los casi 700.000 pesos que se estiman necesarios para abonar los costos básicos que tienen los adultos mayores están muy lejos de la jubilación mínima, que se ubica en 134.445 pesos o alcanza los 204.445 pesos en caso de incluir el último bono de 70.000 pesos.

El haber medio de las y los jubilados que no recurrieron a las moratorias es de 299.407 pesos, es decir menos de la mitad de la Canasta Básica Estimada. Mientras que la Pensión para Adultos Mayor (PUAM), dirigida a personas mayores de 65 años que no reúnen los 30 años de aportes requeridos para tramitar la jubilación ordinaria, actualmente está en 107.557 pesos (o 177.557 pesos con el bono).

Estos haberes corresponden al último incremento que dispuso el Gobierno para marzo, cuando las jubilaciones reunieron un aumento del 27,18 por ciento, que quedó por debajo de la inflación en el primer bimestre del año, del 36,6 por ciento.

La Canasta Básica de los Jubilados incluye los gastos de vivienda y el rubro medicación contempla una variedad de remedios para diferentes patologías, considerando un descuento que se realiza en farmacias que oscila entre 40 y 80 por ciento según la obra social. La misma está compuesta por costos en alimentos por 197.610 pesos, vivienda en 117.000 pesos, medicamentos en 108.717 pesos, limpieza por 93.190, transporte por 46.000 pesos, insumos de farmacia por 45.220 pesos, servicios 26.394, recreación 26.000 pesos y vestimenta por 25.000 pesos.