En un fallo sin precedentes que marca un hito en la búsqueda de memoria, verdad y justicia, el Tribunal Oral Federal N1 de La Plata condenó a diez represores de la dictadura a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, en un fallo que incluye el reconocimiento a las personas trans como víctimas de estos horrores históricos.

Este juicio, conocido como la Causa Brigadas, es el más extenso en materia de lesa humanidad en la región, abordando los delitos perpetrados en cuatro Brigadas de Investigaciones de la Policía bonaerense: Quilmes, Banfield, Lanús y San Justo. La lectura de la sentencia, que duró cuatro horas, fue recibida en una sala colmada de personas comprometidas con los derechos humanos.

Entre las 610 víctimas totales del juicio se encuentran mujeres embarazadas, nietes apropiades -7 de los cuales recuperaron su identidad-, militantes, estudiantes de La Noche de los Lápices, así como también 8 mujeres trans y travestis que sufrieron atrocidades en manos de los represores.

Es la primera vez en la historia argentina que los militares son condenados por crímenes como privación ilegítima de la libertad, tormentos, abuso sexual y reducción a la servidumbre contra personas del colectivo travesti trans. Esta decisión judicial histórica ha sido el resultado de años de lucha y reclamo por parte de la comunidad y la militancia de Derechos Humanos.

Los jueces Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, del TOF N1 de La Plata, retificaron que los hechos, además de constituir crímenes de lesa humanidad, fueron cometidos en el marco de un genocidio. También reconocieron como víctimas de estos crímenes a las sobrevivientes trans Valeria del Mar Ramírez, Carla Fabiana “La Cañito” Gutiérrez, Paola Leonor Alagastino, Julieta Alejandra “Trachyn” González, Analia Velázquez, Marcela Viegas Pedro, Judith y Claudia.

Los relatos de las sobrevivientes ofrecen un vívido testimonio de los horrores vividos en aquellos oscuros días de la dictadura. Valeria del Mar Ramírez, una de las víctimas que sufrió el infierno en el Pozo de Banfield, había descripto a través de los años que duró el juicio las atrocidades a las que fue sometida durante sus catorce días de detención. Su historia fue la primera que expuso ante un tribunal la persecución de las fuerzas represivas sobre el colectivo travesti trans durante la última dictadura cívico militar. "No entendía la saña, la violencia, la humillación de sus carceleros", compartió tiempo atrás.

En su testimonio ante el tribunal, describió la lucha diaria que enfrentaba en su condición de trans durante la dictadura. "Vivíamos de noche, si salíamos de día no había forma de ocultarse, incluso sabíamos que no teníamos que transitar por las avenidas asfaltadas por donde circulaban los patrulleros y los Falcon, siempre así, clandestinas, reuniéndonos en casas de amigas, ayudándonos entre nosotras para que otras puedan ser quienes son sin tener vergüenza, nos pasábamos información sobre si alguna estaba detenida en la comisaría, nos avisábamos si había razzias policiales, nos ayudábamos para escondernos. Era nuestra militancia, luchábamos por nuestra identidad, a pesar de la policía y de una sociedad que no nos comprendía”, expresó. 

Sus palabras reflejan la realidad de muchas personas trans en ese período, obligadas a vivir en la clandestinidad y enfrentando la violencia y la exclusión en cada momento de sus vidas.

Además de Ramírez, otras sobrevivientes como Analia Velázquez compartieron sus experiencias desgarradoras, revelando el constante temor a la muerte y los horrores que presenciaron en los centros clandestinos de detención. "También eran levantadas de la calle para llevarlas a “fiestas” que hacían las Brigadas. “Cuando querían nos sacaban de la celda y nos hacían hacer striptease, querían que bailáramos para ellos, a veces estaban alcoholizados. Recuerdo estar con una compañera y nos sacaban fotos y nos preguntaban cuál de las dos era más linda”, sostuvo.

El reconocimiento de las personas trans como víctimas de crímenes de lesa humanidad es un hito tanto en Argentina como en el mundo, marcando un avance significativo en la búsqueda de justicia y reparación para todas las personas que sufrieron la persecución durante la dictadura. Esta sentencia no solo trae luz sobre las atrocidades sufridas por el colectivo travesti trans en ese período oscuro de la historia, sino que también establece un precedente importante para la protección de los derechos humanos y la diversidad en el futuro.