Con casi el 74,05% de los votos cosechados en el balotaje, la figura de Javier Milei goza de buena salud en Córdoba. Sin embargo, el amplio apoyo a la figura presidencial en las urnas oculta las fuertes internas existentes en torno a los “padres” del libertarismo cordobés. En ese marco, el desembarco de Karina Milei y Martín Menem en Tribunales Federales de Córdoba vino a señalar la intención de las huestes violetas de organizar el partido, no ya coalición, en torno a la figura del diputado Gabriel Bornoroni.

Actual presidente Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República Argentina (Fecac) y reconocido referente del sector en Córdoba, la figura Bornoroni cobró relevancia durante la temporada estival.

Al frente de la Comisión de Legislación General, el empresario estacionero comandó de las maratónicas sesiones en las que la Ley Ómnibus comenzó a desengranarse para fracasar apenas llegada a la Cámara de Diputados.

Sin embargo, “el Jefe” y Menem, y por ende el presidente Milei, decidieron premiar la lealtad del cordobés apuntalándolo como el referente partidario local de cara a 2025. La estrategia es simple: llegar armados al turno electoral para engrosar la representación libertaria en la Cámara Baja, que además de Bornoroni cuenta con la empresaria María Celeste Ponce, fundadora del grupo Pumas Libertarios, y la presidenta del MID, Cecilia Ibáñez.

Con el parate de Semana Santa, los tiempos judiciales se desaceleraron, pero en los corrillos tribunalicios dan por descontado que Bornoroni se quedará con la representación oficial de La Libertad Avanza.

Paradójicamente, o no, el ordenamiento en torno a la política tradicional revuelve las entrañas libertarias, ya que la figura del diputado está lejos de ser una prenda de unidad.

De hecho, el ex concejal capitalino del PRO, Abelardo Losano, quien pretendía ser candidato a gobernador en 2023, denunció la falsificación de su firma en la planilla de adhesiones. Además, el diputado por el Parlasur y titular del Partido, Rodolfo Eiben, también se subió a la disputa y dejó aflorar las fuertes diferencias con Bornoroni. “Llegó a diputado con la estructura del Partido Demócrata”, explicó Eiben, quien sostuvo que desde principios de año “cortó el diálogo” con el diputado.

Efecto perinola

Por detrás, y no tanto, la emergencia del diputado libertario generó resquemores y rispideces. Rápido de reflejos, el empresario se apuró a ocupar espacios importantes dentro de la administración pública nacional, haciéndose fuerte en uno de los talones de Aquiles de los libertarios: la falta de cuadros.

Así fue que merced a sus buenos oficios, Bornoroni colocó a dos de sus prohombres nada menos que al frente del PAMI y de la ANSES. Dos cajas más que suculentas.

En primera instancia, Marcos Patiño Brizuela reemplazó a en febrero a Olga Riutort en la obra social de los jubilados. Apoderado de La Libertad Avanza en el último tramo de la campaña electoral, Patiño Brizuela fue uno de los principales armadores del desembarco de Milei en Córdoba. Sin antecedentes en la función pública, el presidente de PAMI es un abogado recibido en la UNC que nació en México ya que sus padres se exiliaron en 1973. Al ser conocida su designación, dijo mostrarse “sorprendido”.

En tanto, en la ANSES, donde la semana pasada se sucedieron una serie de despidos que resintieron la atención, la silla principal fue para Andrés Bauza. Se trata ni más ni menos que el hijo de Eduardo, primer jefe de Gabinete del menemismo.

Con algo más de trayectoria política, Bauza hijo fue en 2019 candidato a presidente del Colegio de Abogados de Córdoba en una lista que compartió con Franco Moggetta, actual secretario de Transporte de la Nación y ex funcionario de la administración de Juan Schiaretti. La ligazón también es profesional: es asesor letrado de la Federación de Expendedores de Combustible del Centro de la República (Fecac).

En tanto, en la Fábrica Militar de Aviones (FADEA), quedó para Fernando Sibila, quien fue vicepresidente y director ejecutivo de la empresa entre 2016 y 2020. Con capacidad técnica, hasta 2023 fue presidente de la Agencia Competitividad Córdoba, además de un recorrido por puestos provinciales.

La empresa, que en su momento figuró como una de las posibles candidatas a privatizarse, también estuvo en el candelero esta semana al conocerse la posibilidad de retiros voluntarios y suspensiones.

La Unicameral, otro cantar

Más allá del “número mágico” del 74% cosechado en la segunda vuelta, lo cierto es que la realidad provincial en torno al proyecto libertario fue, en las urnas, bastante menor.

Con dos listas, ninguna auspiciada oficialmente por Milei, la ola violeta apenas si alcanzó el 3% entre Eiben (acompañado por Bornoroni) y el empresario Agustín Spaccesi. No obstante, con 47.822 votos, este último consiguió una banca en la Legislatura Unicameral.

Sin embargo, con la extrema paridad existente entre el oficialismo de Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio, que cuentan con 33 legisladores por lado, el monobloque de Spacessi cobra relevancia a la hora de las votaciones.

“Es una moneda al aire. Tiene un perfil disruptivo, pero hay que tenerlo ahí”, reconocen en los pasillos de la Unicameral cordobesa. Quizá por eso, Spacessi consiguió la presidencia de la Comisión de trabajo de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).

Con cierta anarquía, propia de un espacio cuya línea política no se destaca por la organicidad, el libertarismo cordobés pugna por integrarse al sistema. Más allá de las diatribas antisistema, los “vicios” son los mismos: internismo fuerte, aunque disimulado, y verticalidad.

Nada nuevo bajo el sol.