Luego de su gira por España y Buenos Aires regresa a Rosario Sabatino "Cacho" Palma con su obra "22 de agosto". La obra comienza en el preciso momento en que el teatro se vuelve a cerrar y el actor insiste en hacer la obra una vez más, una pasada, una vuelta más. Un actor, obrero, luce despojado en su andamio de trabajo y se dispone en un camino a pies descalzos, a volver a tocar su alma. Tres 22 de agosto diferentes componen un juego de bisociaciones, en el cual lo político, lo poético, lo teatral y lo autobiográfico se integran. Las funciones están pautdas para el 7, 14, 21 y 28 de Abril a las 20 en el Teatro El Rayo Misterioso (Salta 2991)

“Desde el primer renglón, escribí pensando en que iba a ser yo el actor”, dijo Palma en una nota con el periodista de Rosario/12 Leandro Arteaga. “La primera idea tuvo que ver con hacer un arco poético que fuera político, social y cultural. Tenía un montón de material acumulado, donde hay cosas que tengo guardadas de hace 30 o 40 años; algunas estaban escritas, otras en la memoria, y se fueron hilvanando. Pero se estaba volviendo una obra monstruosa, interminable. Tenía, literalmente, 160 páginas. A partir de ahí comenzó el trabajo de elegir lo que era esencial. En noviembre le pasé un primer texto a una decena de amigos vinculados al arte, y tuve devoluciones. Comencé a ensayar en enero, hice una muestra, y luego me puse a corregir para lograr esta versión definitiva”.

El título de la obra privilegia una fecha, donde Palma hace coincidir varias cuestiones: “Hay una fecha inolvidable para mí que es el 22 de agosto de 1972, cuando fue la masacre de Trelew. Yo tenía 14 años y esa mañana sacamos a toda la Dante a la calle. En el patio, cuando izamos la bandera, empezamos a comentar lo que había pasado y a las 10 de la mañana salió toda la escuela a la calle. Esto implicó mi paso a la militancia, a un mundo de sueños. Hoy no creo para nada en la lucha armada, creo que fue un gran error, así como plantear una revolución al límite en un país que en ese momento tenía 5% de pobreza. Había otros proyectos para ese país, pero tuvo que venir mi madurez política y cultural, y eso llegó con los años. Yo tenía 14 y soñaba con cambiar el mundo”, señala el actor.

-¿Cómo llegaste a las otras referencias que coinciden en la fecha?

-Hace más de un año recordaba, por un amigo al que tenían que hacer una operación, a un paciente de cuando hice la residencia en el hospital psiquiátrico, el Agudo Ávila. Resulta que este paciente nos dice que nos va a contar algo, y nos cuenta cómo había vivido una sesión de electroshock. Esto era algo que yo tenía anotado, pero lo había borrado de la memoria. En ese taller literario había también un paciente, César, que un día nos mete una poesía como si fuera propia, pero que era del gran César Vallejo. La cuestión no termina ahí. Estábamos invitados a un congreso en Cuba, en el año ’85, y fuimos con todo este trabajo de apertura de un manicomio cerrado y siniestro, al que habíamos transformado en una máquina permanente de creación, donde había talleres todo el día. Llevé el poema de mi paciente, y ahí me entero que él se había hecho pasar por el gran poeta. Esto iba a ser parte de la obra, pero de golpe me encuentro con otro hallazgo. Vallejo comenzó a ser conocido en los ‘70 por el disco Traigo un pueblo en mi voz, donde Mercedes Sosa musicaliza un poema suyo, “A mi hermano Miguel”. Todo esto lo sabía, pero cuando voy a buscar las fuentes, me encuentro con que Miguel muere el 22 de agosto de 1915. Y a mí, para colmo, ¡me gustan los números! Resulta que yo debuté en teatro en los talleres de Arteón y con una obra emblemática, Cómo te explico, el 22 de agosto de 1980. No se trató de una obra más, Cómo te explico marcó a una generación totalmente silenciada, donde su protagonista, que era mudo, iba a contar lo que había sido la adolescencia en dictadura.

-Todo esto tuviste que traducirlo para la puesta escénica, ¿cómo fue ese proceso?

-Trabajamos con un equipo de 10 personas para toda la realización artística, entre sonido, video, vestuario, objetos escénicos. La idea es que esto sea transmitido a través de un vehículo, y eso es lo que es el arte. Hubo que darle un estatuto estético, escénico, que es lo que me gusta llamar “poesía en el espacio”; hay que pasar esa poesía al espacio y al cuerpo del actor, que es quien tiene que soportar todo esto. Por eso, antes que nada, hice un juramento interior, en el sentido de decirme: “Cacho Palma, te vas a bancar esto, ¿no?”. Asumido este compromiso, estoy muy feliz con lo que estoy trabajando.

En su estreno en Rosario el año pasado, la obra contó con u n debate posterior coordinado por Humberto Lobbosco. "Entre los amigos que acompañaron la obra en su mnomento hay quienes tienen un recorrido literario importante, son tres compañeros memorables: Roberto Retamoso, Roberto García y Humberto Lobbosco. Humberto quedó maravillado y me dijo que quería hablar de esto; él es, además de un gran lector, alguien que enseña a leer, y me pareció muy bueno que al terminar la obra, él hiciera un trabajo de lectura con la gente. Fue realmente un aval, un reconocimiento, e implicó algo que reconforta", explicó Palma.

Tras el estreno en Buenos Aires, Eduardo Jozami dijo que "en los comienzos de la obra, será vano que el espectador intente comprender. Todo es confuso, se cruzan los lenguajes y los movimientos en escena. Pero de a poco irá surgiendo un relato que puede juntar a Kafka con Trelew, al delirio con la tortura, al miedo con la ternura. Un relato desbordado y paranoico pero donde el espectador trabajosamente irá encontrando su lugar. Una historia personal, subjetiva y seguramente arbitraria, como siempre es el teatro y también la memoria. La poesía de Sabatino Palma, es un collage que va armando una vida que es también la historia del siglo. Un actor que si al principio parece pedir permiso, termina por adueñarse de la escena y entonces el espectador no querrá que la representación termine, seducido por una actuación extraordinaria, por la magia de la poesía, esa que como quería Walter Benjamín permite encontrar lo que cada fragmento de un texto o de una vida tienen de universal. Dramático homenaje al 22 de agosto".