El cantante Bad Bunny será el protagonista del show de medio tiempo del Super Bowl LX, que se disputará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California. Será la segunda vez que el estadio albergue una final de la NFL, tras el Super Bowl 50, celebrado una década atrás, y la tercera ocasión en que el evento se desarrolla en el Área de la Bahía de San Francisco.
El anuncio, realizado por el propio músico en su cuenta de Twitter, dejó una frase resonante: “Haré una sola fecha en Estados Unidos”. Con esas palabras, el artista explicó que su participación en el Super Bowl será la única excepción dentro de una gira mundial que excluye a ese país por razones políticas y sociales.
El espectáculo estará bajo la producción de Apple Music y Roc Nation, la compañía de Jay-Z, responsables de dar forma a un show que cada año es seguido por cientos de millones de espectadores en todo el mundo.
Una decisión atravesada por la política migratoria
El propio Bad Bunny había adelantado en una entrevista con la revista británica i-D que no llevaría su gira a Estados Unidos debido a su preocupación por las redadas migratorias de ICE, intensificadas bajo la administración de Donald Trump. “Hubo muchas razones por las que no fui a Estados Unidos, y ninguna fue por odio”, aclaró el cantante, quien destacó los riesgos de que sus seguidores fueran detenidos al asistir a los recitales.
Según cifras oficiales, en junio de 2025 se registraron 60.254 arrestos migratorios, frente a los 40.500 de enero. En Puerto Rico, su tierra natal, también hubo un incremento: 500 inmigrantes detenidos en los primeros cuatro meses del año, según la propia agencia estadounidense.
La decisión del intérprete de “Un Baile Inolvidable” y “Debí Tirar Más Fotos” no solo refuerza su imagen como ícono musical, sino también como figura comprometida con los debates sociales que afectan a su público. En ese marco, su participación en el Super Bowl se interpreta como un gesto artístico cargado de simbolismo.
Taylor Swift y las reacciones semiamargas
La confirmación del artista puertorriqueño llegó luego de semanas de especulaciones en torno a Taylor Swift, quien sonaba como posible candidata para el show. Sin embargo, las negociaciones entre la NFL y la cantante se frustraron cuando la artista pidió condiciones contractuales que reflejaran su peso en la industria, incluidas los derechos de grabación de la presentación.
“Taylor no necesita exposición, el Super Bowl la necesita a ella”, señaló un ejecutivo musical al periodista Rob Shuter. Esa pulseada inconclusa dejó un clima particular: mientras los fans de Bad Bunny celebran la decisión, otros expresan cierta sensación agridulce por lo que pudo haber sido el desembarco de Swift en el evento más televisado del planeta.
Una gira global con escala en Argentina
Paralelamente, el artista anunció el “Debí Tirar Más Fotos World Tour”, que comenzará en noviembre de 2025 en Santo Domingo y finalizará en julio de 2026 en Bruselas, con 23 fechas en América Latina, Europa, Asia y Oceanía. La gira lo traerá nuevamente a la Argentina, donde agotó tres estadios de River Plate para los días 13, 14 y 15 de febrero de 2026.
El recorrido marcará su regreso a Europa después de siete años y su debut en escenarios de Australia, Japón y Brasil, consolidando su lugar como uno de los artistas latinos más influyentes de la música global.
A esta faceta internacional se suma su costado solidario: parte de los ingresos del tour será destinada a la Fundación Good Bunny, que trabaja con niños y jóvenes de comunidades vulnerables a través de programas de arte, música y deporte.