Aerolíneas Argentinas dejará de operar los vuelos a Nueva York a partir del 10 de agosto, como parte de la política de recorte implementada por el gobierno de Javier Milei. Esta decisión se suma a la cancelación previa de los vuelos directos a La Habana, Cuba, en la cual se usaron excusas de aumentar la productividad y quedaron claro los objetivos declarado del presidente de privatizar las empresas del Estado.

Fabián Lombardo, nombrado al frente de Aerolíneas Argentinas, lidera la estrategia de "racionalización" que incluye la apertura de retiros voluntarios para reducir el personal. Según trascendidos, la ruta Buenos Aires-Nueva York arrojó pérdidas de 250.000 dólares, con proyecciones de alcanzar el millón de dólares en 2024. La aerolínea estadounidense Delta Airlines podría ocupar esta ruta, aprovechando su alianza existente con Aerolíneas.

En lugar de Nueva York, Aerolíneas Argentinas planea reforzar destinos más rentables como Miami, Madrid, el Caribe y Roma. La justificación esgrimida es el déficit que generan ciertas rutas, como sucedió con el cierre de los vuelos a La Habana el 8 de marzo, que dejó un rojo de medio millón de dólares.

Milei no ha ocultado su deseo de privatizar la aerolínea de bandera o, alternativamente, dejarla en manos de sus trabajadores, una opción que los gremios cuestionan debido al rol que cumple Aerolíneas en la conexión entre provincias, más allá de la rentabilidad. Incluso se rumora el posible cierre de vuelos de cabotaje en temporada baja.

El Gobierno avanzó con la "racionalización", redujo cargos gerenciales y desde enero dejó de asistir financieramente a la aerolínea, obligándola a sostenerse con recursos propios. Cuando el ministro del Interior, Guillermo Francos, calificó como "ficticios" los balances positivos de la empresa durante el tratamiento de la Ley Ómnibus que contemplaba la privatización, el ex presidente de Aerolíneas, Pablo Ciriani, respondió:

"En el 2023, la empresa estuvo equilibrada y por eso no necesitó aportes del Estado. Encima la dejamos con reservas para el primer trimestre de este año. Obviamente, después de la devaluación salvaje y empobrecedora del 130 por ciento, todas las ramas de la industria que no sean exportadoras quedaron desequilibradas".

El futuro de Aerolíneas Argentinas se vislumbra incierto, con recortes de rutas y personal, mientras el sueño privatizador de Milei se mantiene vigente, enfrentando resistencia sindical y cuestionamientos sobre el rol de la aerolínea en la conectividad nacional. 

La situación de la aerolínea de bandera argentina se suma a la de otras empresas estatales que vienen sufriendo en los últimos meses las consecuencias del desguace a partir de la puesta en marcha de políticas de ajuste ultraortodoxo por parte del gobierno. Los sectores afectados son estratégicos para el país y van desde medios públicos hasta empresas de altísismo contenido tecnológico como Arsat.