La peluquería del barrio porteño de Recoleta en la que tres semanas atrás el colorista Abel Guzmán mató de un disparo en la cabeza a su compañero de trabajo German Medina, volvió a abrir sus puertas este sábado, mientras que el asesino continuaba prófugo.

El establecimiento "Verdini", situado en Berutti al 3000, reabrió sus puertas con custodia policial a partir de las 10 y varias de sus clientas comenzaron a atenderse en el escenario del escalofriante crimen, que tiene a su principal sospechoso en calidad de prófugo y con alerta roja de Interpol.

Una de las clientas salió presurosa del local y ante periodistas comentó que estaba "todo bien" en la peluquería, luego de ser atendida por una de las empleadas.

El abogado del dueño del comercio, Alejandro Cipolla, confirmó en las últimas horas que recibieron la autorización judicial por lo que se espera que mañana se haga la reapertura.

Asimismo, el defensor de Facundo Verdini destacó que previo se hicieron algunas refacciones y modificaciones, entre las que se destaca el recambio del vidrio que se estalló producto del disparo que mató al joven colorista.

Si bien el local tendrá custodia policial, Verdini dejó entrever su preocupación ante un posible ataque de Guzmán: "Todo el tiempo pienso en eso", afirmó en declaraciones al Canal Todo Noticias.

"Esto es una pesadilla, todavía no me recupero, él (Guzmán) sigue prófugo y eso me tiene intranquilo", añadió.

Además, confió que no pensaba reabrir el local, pero finalmente cambio de parecer, ya que "varias familias dependen de este trabajo".

En tanto, y mientras verifican los últimos detalles en la peluquería, la Justicia continúa buscando a Guzmán. Pese a que en un principio habían destacado que estaba acorralado, a tres semanas del crimen no hay noticias de su paradero.

Durante este lapso se realizaron diversos allanamientos y hasta se le concedió un pedido de captura nacional e internacional.

Esta incesante búsqueda genera preocupación en los familiares de la víctima, quienes sostienen que Guzmán tendría ayuda de terceros.

El crimen se produjo el 20 de marzo pasado por la noche cuando el personal de la peluquería compartía unas bebidas con el dueño, antes del cierre.

En ese contexto, delante del resto del staff y tras espetarle algunas palabras mientras blandeaba un arma de fuego, Guzmán, de 43 años, le efectuó un disparo en la cabeza a Medina, de 33.

Mientras el asesino escapó por una ventana y por el momento no fue ubicado, el herido falleció mientras era asistido en un hospital cercano.

Según trascendió, las sospechas apuntan a que el crimen, que fue registrado completamente por las cámaras de seguridad del local, fue planificado varios días antes y el móvil serían diferencias y celos profesionales.