En los últimos tres años, Mi Nave se convirtió en una de las bandas más atractivas y movedizas del sello rosarino Polvo Bureau. Quinteto de raíz indie, toques de shoegaze y space rock, sus canciones son lapsos flotantes y climáticos cargados de sintetizadores, voces mixtas, guitarras ahogadas en eco y bases rítmicas galopantes; trances climáticos que desnudan el sentido lineal de su nombre. “Siempre lo pensamos como un viaje, aunque la palabra suene medio hippie”, dice el guitarrista Andrés Yeah. “Está lo de la tripulación de la nave y el viaje colectivo, donde cada uno desempeña un rol: esto es la sumatoria de las cinco individualidades que estén en el momento.”

Tristeza, su tercer y último disco, proyecta su música hacia un plano oscuro y cada vez más climático, con un buen trabajo de texturas, una insistente apuesta por el groove y cierta pulcritud que tiene al productor Diego Acosta (responsable del sonido de discos de Atrás Hay Truenos y Tobogán Andaluz, entre otros) como firma clave. “Lo buscamos porque queríamos generar climas nuevos, más sutilezas”, dice Andrés. “En vivo somos medio ruidosos y explosivos, y queríamos que el disco no reflejara eso”, suma Feli Punch, cantante y guitarrista. “Buscábamos que fuera una instancia para experimentar nuevas cosas, y hubo canciones que armamos para el disco sin haberlas tocado en vivo o ensayado, son de laboratorio.”

Según los integrantes de Mi Nave (completan Martín Salvador Greco en bajo, Ale Goma en batería y Jo Maidagan en sintetizadores, teclado y voz), el título del disco linkea directamente con el momento político y social, aunque no de forma intencionada ni literal. “Sin ser emo, resulta un homenaje a la tristeza, a la melancolía. Le debemos mucho a la tristeza: nos hace crecer y querer hacer cosas buenas para superarla”, dice Andrés. “Esto surge casi al mismo tiempo que la ‘revolución de la alegría’, así que nada es casual”, agrega Feli, que es ilustrador y muralista. “Salís a la calle y no hace falta ser súper sensible para darte cuenta de que hay cosas que están muy mal, pero mucha gente está en una nube de pedos. Creo que el rol de un artista es el de reconocer y estar atento a lo que pasa, ser un actor sensible; y las canciones deben responder a una época.”

Mi Nave también es una de las bandas más activas en la organización de Otro Río, el festival independiente y gratuito de Rosario que desde hace algunos años es un clásico de fin de año. “Rosario es una ciudad rara, tenemos un conflicto ahí. Sentimos que falta fuego, calor, no hay tanta gente que consuma la música”, analiza Feli. “Esto es un pueblo: hay muchos guetos, mucho hater”, suma Andrés. “Por suerte el Otro Río es un momento en que se deja todo eso de lado, estamos todos con el mismo objetivo y se terminan las diferencias. Eso te deja pensando que si estuviéramos todo el tiempo trabajando así, las cosas estarían mucho mejor.”

* Sábado 4/11 en Festival Otro Río, C.C. Parque de España, Sarmiento y el río, Rosario. Desde las 16 con Valle, Un Planeta, El Ultimo Vecino, Pyramides, Glass y más.