“Los módulos son un bolsoncito con 1 kilo de harina, 1 kilo de azúcar, 1 kilo de yerba, 1kilo de leche y un puré de tomate. No es algo que puede durar una semana”. De esta manera Dalmiro Acosta, vecino del paraje San Felipe, ubicado a 25 kilómetros de Rivadavia Banda Sur, en el departamento Rivadavia, dio cuenta de la desesperación en la zona, donde sus habitantes sufren las consecuencias de la segunda crecida del río Bermejo que nuevamente los dejó aislados hace ya trece días.
Si bien la provincia informó que hubo acciones de contención para las familias, a las que se envió asistencia, Acosta dijo que no recibieron lo suficiente para soportar estos días en que la inundación no les permite salir a buscar provisiones. En estas circunstancias sostuvo que se sienten abandonados.
Uno de los pedidos apunta a que lleguen funcionarios o funcionarias hasta el lugar para llevar la ayuda necesaria y disponer los trabajos que aporten a una solución a los aislamientos que provocan las crecidas.
Sucede que el camino que conecta a San Felipe con el pueblo más cercano, en donde pueden abastecerse de alimentos, está inundado en dos kilómetros aproximadamente. Acosta contó que esta situación complicó también la continuidad de las clases y pone en riesgo a las personas que precisen atención sanitaria de urgencia.
El vecino apuntó también en contra de la Municipalidad de Rivadavia Banda Sur, cuyo intendente es Leopoldo Cuenca, de la que dijo que está “muy ausente y nos deja en total abandono en estos tiempos lamentables”.
Las crecidas también afectaron a parajes de Rivadavia Banda Norte. Según la información oficial del gobierno provincial, se coordinaron operativos con la secretaria de Políticas Sociales, Jorgelina Bellagamba, y la directora de Protocolo por Emergencia, Gabriela Locuratolo (ambas funcionarias del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia), quienes estuvieron acompañadas por el intendente de Coronel Juan Solá (Estación Morillo), Atta Gerala, y equipos de Acción Social bajo su coordinación, durante los vuelos realizados a parajes y comunidades originarias de Rivadavia.
Se informó que al equipo que realizó los vuelos para acercar mercadería se sumó el actual director de Asistencia Crítica y Emergencia del Ministerio de Capital Humano de la Nación, Esteban Bosch, con el objeto de relevar el funcionamiento de los protocolos para emergencias, la situación de las familias anegadas y la entrega de contención alimentaria.
A la espera que la Nación cumpla
En el marco de su visita a Salta, Bosch afirmó que la Nación enviará los fondos para que Salta continúe con los programas Focalizados y Unir.
Si bien durante las emergencias climáticas se entregan módulos de emergencia, los focalizados, que son destinados a un sector específico de la población rural, suelen ser más completos. Este programa apunta a la asistencia alimentaria reforzada para niños de 6 meses a 7 años, embarazadas a partir del tercer mes, personas con discapacidad y adultos mayores de comunidades originarias.
Fuentes del gobierno indicaron que el año pasado se debían realizar cuatro rondas de entrega de estos módulos y solo se cumplió con dos, dado que los fondos venían con retraso. Por este retraso tampoco se logró cubrir el costo del módulo porque los precios ya habían aumentado.
Se esperaba cumplir las otras dos rondas una vez que se actualizaran las partidas, para lo cual se hicieron las gestiones. Sin embargo, hasta el momento esa actualización no se autorizó y, por lo tanto, no se pudo concretar la tercera ronda de 2023. Y se prevé que la cuarta directamente ya no se haga. Ahora se esperan las partidas actualizadas para cumplir con la tercera ronda de 2023, y que se autoricen los fondos para cumplir con este programa en 2024.