El presidente Javier Milei sigue enojado por la Marcha Federal Universitaria del pasado 23 de abril, que reunió a más de 800.000 personas que salieron a las calles de todo el país a protestar contra el ajuste presupuestario a la educación que implementa el Gobierno de La Libertad Avanza. Este domingo, durante una entrevista radial en la que también criticó a Cristina Fernández de Kirchner, el ultraderechista insistió en calificarla como una "marcha política" y hasta sostuvo que hubo "actores contratados".
“El reclamo de la marcha puede ser genuino, pero está construido sobre una mentira. Nunca dijimos que íbamos a cerrar las universidades, nunca dijimos que le íbamos a quitar financiamiento. Lo único que pedimos es que como las universidades públicas están siendo financiadas por los pagadores de impuestos, los números tienen que ser auditados ¿Quién no quiere ser auditado? Los ladrones. Si los números fueran transparentes podrían ser auditados", planteó el mandatario en una entrevista con el programa radial Sipasapasa, desconociendo el trabajo que realiza desde hace años la Auditoría General de la Nación (AGN).
En ese marco, volvió a plantear que la marcha, en realidad, no respondió al brutal ajuste que implementa su Gobierno sino la "prostitución de una causa noble" por parte de la oposición.
"Tomaron una causa noble, la política la prostituyó, armó una falacia del hombre de paja y dijo que nosotros queríamos hacer cosas que nunca dijimos que íbamos a hacer. Esto fue la reedición de la campaña del miedo de Massa en las elecciones", aseguró Milei, y dijo que esto quedó demostrado por la participación en la movilización de la "CGT, Pablo Moyano, el ala progresista de la UCR, La Cámpora, Kicillof, Massa, los piqueteros, todo el arco de la izquierda, los que defienden los regímenes autócratas", y la presencia de "gente con profundo sentimiento antisemita".
"La foto es el tren fantasma”, agregó en referencia a la figura que usó el vocero presidencial, Manuel Adorni, en la conferencia previa a la movilización. "Muestra cómo hace política la vieja política: frente a un curro, algo turbio, lo disfraza de una causa noble, engaña a la gente y termina dejando de manifiesto que son los enemigos del bienestar y del progreso", indicó.
"Se juntaron todos porque me tienen miedo. Si para pelearse con uno tiene que llevar a 50 tipos... ¡que grande es ese tipo! Quiere decir que ninguno de esos está a la altura de mantener una discusión ínfimamente razonable", afirmó el mandatario. E insistió: "Son tan débiles que para enfrentar a un solo espacio, se tuvieron que juntar todos. (...) ¿En el fondo sabe qué muestra eso? El miedo que me tienen. Lo grande que soy respecto a ellos, lo poca cosa que son ellos respecto a mí".
"Lo que pasó ese día fue un triunfo político maravilloso de La Libertad Avanza", concluyó el ultraderechista, quien negó que de la marcha hayan participado exvotantes del espacio y denunció, redoblando la apuesta, que sí hubo actores contratados para dar testimonios en contra del ajuste. "En redes sociales saltaron los videos de gente que usan para hacer declaraciones. Por lo menos deberían ser más vivos y variarlos, para que uno no se de cuenta", dijo sin mayores pruebas sobre la presencia de actores.
Los números que desmienten a Milei
Pese a que Milei sostiene que no hay un desfinanciamiento de su Gobierno a la educación pública y que todo se trata de una movida política en su contra, los números dicen otra cosa.
Tal como describe esta nota de Página/12, el origen del problema reside en que se mantuvieron las mismas partidas presupuestarias del 2023. El año pasado alcanzaron los 1,38 billones de pesos y, actualizadas por la inflación que estima el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central de 189 por ciento para 2024, representan una caída del presupuesto en términos reales del 66 por ciento respecto al año anterior. En tanto, para tener el mismo funcionamiento que el año pasado, el presupuesto necesario para las universidades aumentó hasta los 4 billones de pesos.
En la mayoría de las 57 universidades nacionales los gastos se centran en el pago de salarios, que ocupan alrededor del 90 por ciento, por lo que el desfinanciamiento impacta de lleno en los bolsillos del personal docente y no docente de las instituciones educativas que acumulan una caída del 40 por ciento de su poder adquisitivo en lo que va del año.
Límites en las inscripciones a materias, cierres de comisiones, talleres y laboratorios, falta de insumos, cortes en los servicios de luz y gas, son ejemplos de la gravedad de la situación descrita. En base a los gastos operativos de las universidades y contemplando la inflación presente, las universidades estarían utilizando la totalidad del presupuesto para abril y mayo.
La propuesta inicial del gobierno contempla una suba del 140 por ciento respecto al año anterior únicamente sobre gastos de funcionamiento y sin recomposiciones salariales de ningún tipo. Esto no solo no alcanza a nivel presupuestario, ya que los gastos de funcionamiento representan poco más del 10 por ciento del total, sino que no llega a cubrir los aumentos tarifarios que afrontan las instituciones, ni alcanzar la inflación interanual que sigue incrementándose llegando al 287,9 por ciento.
Todavía queda pendiente que el gobierno se expida sobre el aumento de los salarios docentes y el financiamiento necesario para continuar con las actividades referidas a la ciencia e investigación, como también a las obras de infraestructura necesarias para el mantenimiento de las facultades. Lo que queda claro es que el problema de fondo no se trata de un tema de administración de recursos, sino la escasez absoluta de ellos.