El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lidera las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre del año que viene. El último sondeo de la consultora Ibope difundido el fin de semana pasado otorga a Lula el 35 por ciento en intención de voto, seguido por el diputado de ultraderecha Jair Bolsonaro, defensor de la última dictadura, con 13 por ciento. Justamente, unos 200 seguidores de Bolsonaro desplegaron ayer el muñeco inflable Pixuleko, que representa a Lula como un preso, a unos 600 metros del acto del ex mandatario.

El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) da pie a una eventual candidatura con sus giras proselitistas, aunque aun no dio por hecha su postulación. “Si el PT no tiene alternativa, si la izquierda no tiene alternativa, puedo volver a ser candidato”, afirmó.

Lula cerró esta semana en Belo Horizonte una gira de una semana por 20 ciudades del estado de Minas Gerais (sudeste) con un acto junto a su sucesora en el Planalto, Dilma Rousseff, en momento en que los sondeos de intención de voto lo sitúan como favorito de cara a las elecciones de 2018.

Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y fue condenado este año en primera instancia por supuesta corrupción, concluyó su periplo de más de 1.500 kilómetros en ocho días por la región minera con críticas contra el gobierno del presidente Michel Temer y contra una dirigencia que, en su opinión, se despreocupó históricamente del desarrollo del país.

“La élite brasileña nunca se preocupó en educar al pueblo porque sus hijos podían ir a Europa a estudiar”, dijo Lula ante la militancia del PT y aseveró que los recortes en educación suponen “el aborto del futuro de Brasil”. 

El ex mandatario defendió en su discurso el ascenso de la clase media durante la gestión petista, abogó por la democratización de los medios de comunicación y señaló que “la sociedad precisa levantar la cabeza para no sufrir en el siglo XXI el atraso sufrido en el siglo XX”. Lula  reiteró su propuesta de un referendo revocatorio para combatir las medidas neoliberales implementadas por el presidente de facto Michel Temer. “Estoy hablando de la palabra referendo porque si la población no autoriza la revocatoria, se vuelve muy difícil cambiar”, afirmó el martes durante el viaje hacia Belo Horizonte para concluir su caravana por el estado Minas Gerais.

El exmandatario explicó a medios alternativos que la idea de las caravanas surgió de su perspectiva sobre los candidatos que participaban en las elecciones y no conocen Brasil. Además, no tienen noción de las problemáticas presentes en cada región, de su cultura y desigualdades. 

Sobre el apoyo de los brasileños a las políticas implementadas durante su gestión, indicó que se debe a que las regiones más pobres obtuvieron mayores beneficios que mejoraron su calidad de vida. “O nosotros hacemos que los pobres suban un grado más en la escala social de este país, o Brasil será eternamente pobre”, expresó Lula quien considera  que se debe medir el desarrollo del país por la distribución de su riqueza y no por la concentración.

En el acto que se llevó a cabo en la plaza de la Estación de Belo Horizonte, Lula fue precedido en la palabra por la ex presidenta Rousseff, destituida el año pasado por el Congreso por supuestas irregularidades en el manejo de los presupuestos.

“Tenemos que resistir y luchar. Vamos a reconstruir la democracia en Brasil y reconquistar el respeto internacional de este país”, dijo Dilma en su ciudad natal, donde fue aplaudida a los gritos de “vuelve, querida”, reportó el diario Folha de San Pablo.

Rousseff afirmó que la justicia está siendo usada en Brasil como “forma de combate político sin fundamento” y llamó a “barrer” en los próximos comicios con el “golpe parlamentario comprado con dinero de la corrupción, que está desorganizando el país”.

La eventual candidatura de Lula para ejercer un tercer mandato en Brasil está condicionada por la condena en primera instancia a nueve años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero contra el ex mandatario, ligada a la trama de corrupción que operó en la petrolera estatal Petrobras. Si el tribunal de segunda instancia ratifica la sentencia, inhabilitará a Lula para ser candidato.

La de Minas Gerais es la segunda gira por Brasil del ex presidente este año. También en micro, el líder del Partido de los Trabajadores recorrió entre el 17 de agosto y el 5 de septiembre más de 4.000 kilómetros por 32 ciudades de los nueve estados que componen la región nordeste, la más pobre del gigante sudamericano.