“El gobierno de la provincia de Misiones ha logrado algo histórico y que ningún sector sindical pudo conseguir: que todos nos unamos por el estado de hambruna que estamos padeciendo. Y esto no es un discurso: cada uno, al abrir su heladera, sabe que esto es verdad”. Cerca del mediodía del domingo, y cuando las Fuerzas Federales enviadas por Patricia Bullrich ya habían tomado posición en la avenida Uruguay donde se producen los cortes, el profesor de matemática Carlos Lezcano tomó la palabra en la puerta del Comando Radioeléctrico de Posadas para ofrecer una arenga que intentó nuclear a todos los sectores que desde la semana pasada están reclamando una readecuación salarial. Se espera que en el transcurso del lunes, el primer mandatario Hugo Passalacqua anuncie los aumentos prometidos la semana pasada, aunque las expectativas de que alcance el 100 por ciento reclamado son bastante bajas.
La capital misionera había amanecido con la llegada de los gendarmes que el gobernador le había solicitado expresamente a la Ministra de Seguridad de la Nación para intentar desactivar el corte que efectivos policiales estaban realizando en la esquina de Uruguay y Félix Bogado (donde está ubicado el Comando) y a los cuales se plegaron docentes a una cuadra de distancia.
Policías con megáfono
Representantes del gobierno de Misiones y de los uniformados protestantes mantuvieron distintas reuniones en el transcurso del día, mientras las calles de la capital provincial permanecían a la expectativa. Cerca de las 19 horas volvieron a hacerse oír los megáfonos en la calle Uruguay, aunque esta vez fueron los voceros de los propios uniformados quienes comentaron las novedades.
En ese contexto, el suboficial mayor retirado Ramón Amarilla --principal portavoz de la protesta policial-- reconoció que hubo algunos puntos de acuerdo, por caso el retiro de las denuncias por sedición anunciadas por el ministro Marcelo Pérez, aunque la oferta salarial “no se acerca a lo que pretendemos, por lo cual no firmamos nada”. La propuesta del gobierno provincial orillaba el 15 por ciento de aumento, muy por debajo del 100 reclamado no solo por efectivos, sino también por docentes y personal de salud, los tres núcleos alrededor de los cuales se vertebran los reclamos que colocan a Misiones en un estado de tensión inédito. Jamás se había vivido un escenario similar en las dos décadas que lleva la administración del Frente Renovador de la Concordia, la alianza electoral liderada por el exmandatario provincial y actual legislador Carlos Rovira.
De todos modos, Amarilla manifestó que hay “buenas perspectivas” de cara al nuevo encuentro de negociación pautado para el mediodía del lunes. “Mientras tanto, el gobierno va a ver de dónde hará el ajuste para proponernos una oferta mejor”. En relación a la aparición de las Fuerzas Federales con las que se produjeron unas refriegas en la mañana de domingo, sentenció en tono severo: “Vinieron a meterle palo a los misioneros… y se fueron castigados para Buenos Aires”.
El riesgo de la dispersión gremial
La reacción de los docentes a las palabras de Ramón Amarilla fue dispar. “Vamos a pelear para que los otros sectores sean beneficiados también, debemos apoyar a los docentes, al personal de salud y a todos los que se hicieron presentes”, dijo el mayor retirado recién en el tramo final de su exposición. Maestros y profesores habían decidido aproximarse a las inmediaciones del Comando Radioeléctrico como una forma de unir fuerzas, a pesar de que ellos ya venían realizando acciones de protesta previas a las de los efectivos. De hecho, en el transcurso del domingo habían protagonizado al menos tres cortes sobre la Ruta 12, puntualmente en los accesos a Puerto Iguazú, El Dorado y Jardín de América.
Sin embargo, no fueron pocos los docentes que se quedaron con sabor agridulce tras la arenga de Amarilla: apenas fueron mencionados en el discurso y temen que la policía arregle un aumento solo para la fuerza, abandonando de ese modo el reclamo que hasta el cierre de este despacho, compartían. Por ese motivo es que varias columnas del personal educativo volverán a concentrar la acción en el interior de la provincia. Donde, tal como había dicho el matemático Carlos Lezcano, “todos los maestros cobran por debajo de la línea de pobreza y deben elegir entre darle de comer a sus hijos o pagar la luz”.