También en el universo de la música electroacústica y sus recodos, Buenos Aires tiene una tradición con la que medir su memoria. El jueves a las 19, en la capilla del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) tendrá lugar el segundo concierto del ciclo Aquí, allá y en todas partes, la serie que relanza la tarea del Laboratorio de Investigación y Producción Musical (LIPM), a cuarenta años de su creación. “40 compositores celebrando los 40 años del LIPM” es la consigna. Organizado por el compositor Jorge Sad Levi, en colaboración con Javier Leichman, el ciclo -que continuará los últimos jueves de junio, julio y agosto- se propone recuperar espacios, concretos y simbólicos, para una disciplina importante de la música contemporánea, en la que Buenos Aires supo ser un polo internacional.
“Este ciclo se inspira en los célebres conciertos de los miércoles que el inolvidable compositor y gestor Francisco Kröpfl promovió, en coincidencia con la llegada de la democracia y que se prolongó durante muchos años”, comenta Jorge Sad Levi a Página/12. “En aquellos encuentros era maravilloso ver la variedad del público que se acercaba a ‘la capilllita’, melómanos curiosos, escritores, cineastas, lectores de ciencia ficción, y por supuesto punks y rockeros. La idea es que estos conciertos puedan estimular algo semejante, que solo cambie ahora a los jueves”, agrega el compositor y curador del ciclo.
Obras de Daniel Teruggi, María Cristina Kasem , Diego Losa, Nico Rodriguez , Dante Tanzi , Lucía Drocchi y Alejandro Viñao, se podrán escuchar en este segundo concierto, en el que participarán Andrea Escobar (flauta) , Carolina Cervetto (saxo) y Daniela Cervetto (percusión). “Este es un programa de obras mixtas –que combinan electrónica e instrumentos tradicionales– que será interpretado por mujeres”, destaca Sad Levi. “Hay compositores argentinos desde hace años radicados fuera del país, como Teruggi y Viñao, que además son ya ‘clásicos’ de la música electroacústica argentina, y creadores argentinos más jóvenes, como Nico Rodríguez, compositoras como Kasem y Drocchi. También incluimos a un compositor italiano como Tanzi”, agrega el compositor.
El regreso del ciclo a la Sala El aleph del Centro Cultural Recoleta, también conocida como “la capillita”, es una de las banderas que Levi Sad levanta orgulloso. “Este espacio fue la clave para muchos, una especie de ‘santo y seña’ para una actividad que se abría más allá de lo que pasaba en Buenos Aires”, resalta. “Aquellos conciertos tenían una característica fundamental, daban lugar a creadores de todo el país en eventos federales como la Semana de la Música Electroacústica, que se hacía cada año. Había conexiones con muchos laboratorios y centros de producción de música electroacústica del mundo, que mandaban sus obras y nos permitían relacionarnos con otras concepciones, cuando todavía el mundo se movía sin redes y sin correos electrónicos”.
–¿Qué expectativas tenés respecto a la producción electroacústica actual?
–Presentaremos estéticas diversas, pero sin duda todos estamos comprometidos en resguardar una tradición poderosa. Por eso en este ciclo, que esperamos sea el reinicio de muchas cosas, incluimos obras de compositores y compositoras de Argentina y el mundo, creadores que trabajaron sus obras en el LIPM , y que consideramos fundamentales del género. Y también jóvenes. Habrá también una buena cantidad de obras mixtas y obras difundidas el sistema octofónico, que nos facilita la Fundación Música y Tecnología.
–¿Cómo cambiaron las estéticas en la música electroacústica con los sucesivos cambios tecnológicos?
–Desde los inicios, en los años '50, con los laboratorios de referencia como el de Colonia y el Groupe de Recherches Musicales de Francia, hasta el momento, las tecnologías cambiaron radicalmente. Pero las ideas básicas son las mismas: la escucha como parte fundamental del hecho musical, la idea de la electrónica como un mecanismo de expansión del timbre instrumental, el espacio como dimensión compositiva. Son temas que siguen siendo centrales para los compositores. Cambian las tecnologías, las ideas permanecen.