El 28 de mayo se conmemora el día internacional de acción por la salud de las mujeres y disidencias sexuales, con el objetivo de sensibilizar sobre el cuidado y la protección de esta población, su derecho a vivir una vida digna, con igualdad de oportunidades y sin violencias. La fecha fue propuesta por la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en 1987.

Entre las principales causas de muerte de mujeres están las enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama y de cuello uterino, seguido por el cáncer de colon y el carcinoma pulmonar, según la Organización Mundial de la Salud. Si bien los factores de riesgo cardiovasculares son similares para todos, recientemente se reconoció a la violencia de género y al estrés emocional componentes ligados al género femenino que impactan sobre su salud cardiovascular.

“Las problemáticas de salud femeninas son distintas a las masculinas pero la ciencia históricamente se dedicó mucho más a investigar con un modelo masculino”, expresa la médica y sexóloga clínica de la UNR, Raquel Tizziani, quien aborda el concepto de salud de manera integral desde una perspectiva biopsicosocial.

Explica que el estrés es un mecanismo defensivo, una respuesta fisiológica que se activa frente a una amenaza que puede ser real o que se percibe como tal. En ambos casos se activan dos mecanismos: por un lado, el sistema nervioso simpático libera una hormona llamada adrenalina que prepara fisiológicamente para la lucha o la huida. Y a largo plazo, se activa otro sistema que libera cortisol, comunmente llamado la hormona del estrés, que genera un uso mayor de los nutrientes, el oxígeno, la glucosa, el calcio, para sostener una situación de alta demanda.

Esto puede ocurrir en un tiempo acotado, por ejemplo, frente a una entrevista de trabajo o un examen, pero el problema surge cuando la liberación de cortisol se hace crónica. Esta respuesta física, frente a una demanda externa y un contexto adverso, genera a largo plazo problemas de salud tales como síndrome metabólico, diabetes, hipertensión, infarto, accidentes cerebro vasculares, cuadros neurológicos, depresión. Asimismo, el estrés crónico disminuye el estado inmunitario, predispone infecciones y procesos inflamatorios crónicos que llevan a otras enfermedades como el cáncer.

Para Tizzinai, en esta fecha también se tratan de visibilizar otras cuestiones que impactan en la salud como las desigualdades, las violencias y los discursos de odio. Teniendo en cuenta el contexto social, las mujeres fueron asignadas culturalmente a tareas de cuidado y se dedicaron a los trabajos menos remunerados vinculados a la docencia y a la salud. Esto derivó en menores posibilidades de acceder al mercado laboral en cargos de toma de decisiones y mejor remunerados.

“Hacemos malabares para sostener a la vez un trabajo formal si es que lo tenemos y al grupo familiar a través de las tareas invisibilizadas dentro del hogar, lo que repercute indirectamente sobre la propia salud”, sostiene la docente de la Facultad de Ciencias Médicas. Además, al estar abocadas a múltiples tareas, “se restringen también las posibilidades de hacer controles de autocuidado”.

Otra cuestión social que para la médica influye actualmente es “el negacionismo y los discursos hegemónicos” que ponen en duda leyes que ya estaban garantizadas como la de divorcio, matrimonio igualitario e interrupción voluntaria del embarazo, por ejemplo. “Son temas que fueron discutidos arduamente en la sociedad y saldados pero hoy vuelven a cuestionarse”, expresa.

Tizziani recuerda que el 28 de mayo de 2005 se realizó una marcha que dio inicio la campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Dos años después se presentó el primer proyecto y luego hubo siete más hasta que en 2018 tomó estado parlamentario con un gran debate social. Pero fue recién en 2020 cuando se aprobó la ley de interrupción voluntaria del embarazo, “la legislación más reciente sobre temáticas vinculadas a salud sexual y reproductiva de las mujeres y las disidencias”.

Esta ley tuvo consecuencias directas sobre la salud de la mujer: disminuyó la mortalidad materna, hubo acceso a la anticoncepción y disminución de embarazos en adolescentes. Hoy, el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) y la línea telefónica 0800 que brindaba información sobre salud sexual y reproductiva, carecen de financiamiento público, lo que seguramente repercutirá sobre estas poblaciones.

Cuerpos y mandatos

El cuerpo se va transformando en las distintas etapas de la vida. “En la infancia estamos en permanente crecimiento, durante la pubertad hay una explosión de hormonas, en la adultez existen los cambios reproductivos por el embarazo y el puerperio y finalmente llega la menopausia, una etapa del proceso vital de la que prácticamente no se habla”.

Teniendo en cuenta que la actual expectativa de vida en Argentina es entre 75 y 80 años, cada vez hay más población femenina en proceso de climaterio. Sin embargo es un tema tabú, como también lo fue históricamente la menstruación, “algo vergonzante que había que ocultar”.

Dado que se trata del período en el que la mujer pierde su capacidad reproductiva, en la sociedad patriarcal pierde también su valor y su rol dentro de la estética, la sexualidad, el erotismo, especialmente en los medios de comunicación, según reflexiona la sexóloga clínica.

“Estamos inhabilitadas a hablarlo porque nos ubican por fuera de la mujer socialmente deseable y productiva”, cuestiona y advierte acerca del ideal social anti age en el que predominan las estrategias para no envejecer y mantener un cuerpo joven. “Una guerra totalmente perdida como lo es la guerra contra el tiempo”, ironiza.

Para la médica, hay que vivirlo de la mejor manera posible y entender que es una etapa más de la vida: “El desafío es poder amigarnos con nuestro cuerpo y con quienes somos desde una mirada amorosa hacia nosotras mismas frente al espejo. Tengo arrugas, canas, pero cuánto aprendizaje, cuánto camino recorrido, valorizar eso antes de la cuestión estética”.

Desde los feminismos la propuesta es desarmar estereotipos y generar colectivamente espacios de resistencia, como lo hicieron históricamente. “En el contexto actual, hablar de menopausia no es solo un acto de resistencia sino también intentar avanzar hacia otros temas”, entiende.

 

La doctora Tizziani y la comunicadora Mariángeles Camuso acompañarán a Mariana Carbajal en la presentación del libro Encendidas, un viaje íntimo por la menopausia” que tendrá lugar el martes 28 de mayo a las 18 en el bar de la Sede de Gobierno de la UNR, Maipú 1065.